Capítulo 3: Una relación a distancia

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Capítulo 3: Una relación a distancia

Al día siguiente, Vannia debía partir a casa. Felipe y yo la fuimos a dejar a la estación de trenes, pues a ella le encanta viajar en tren porque se puede disfrutar más de paisaje.  Cuando estábamos allá, ella me dijo que si quería, todos los días podríamos a hablar por teléfono.

-No te aseguro nada. –Le dije –Con el trabajo y los entrenamientos, no tengo mucho tiempo, pero cada vez que pueda te prometo que hablaremos.

-Está bien, no te preocupes. No moriremos si no hablamos todos los días. –Dijo sarcásticamente –Era solo una sugerencia…

Ambos nos abrazamos y nos dimos un beso de despedida.

-¿Cuándo vendrás otra vez?

-En dos semanas, pero solo por el día

-Te estaré esperando…

La acompañé hasta la puerta del tren, en donde nos dimos el último beso antes de la partida…

-Recuerda que esto no es una despedida, es como si te fueras de vacaciones

Ella rio y luego subió al tren

-¡Todos los días pensaré en ti! – Gritó Vannia desde el tren

La miré, he hice un gesto con la mano para despedirme de ella. No sabía qué hacer para mantener una buena relación a distancia, solo sabía que lo haría.

Felipe y yo volvimos a casa, nosotros ya éramos grandes amigos

-¿Quieres venir a jugar Xbox a mi casa? –Me preguntó Felipe

-Bueno. ¿Qué tipo de juegos tienes?

-Tengo varios juegos de guerra

Luego de que jugamos por tres horas seguidas, decidí que ya era demasiado tarde, y que debía volver a casa –Si quieres, mañana vas a tu a mi casa a jugar

-Está bien, gracias por la invitación. Adiós.

-Adiós

Esa noche, no pude dormir bien pensando en cómo mantendría una relación a distancia, jamás había tenido una y no sabía que tan duro iba a ser.

Eran ya las 3:00 a.m., cuando me decidí por enviarle un mensaje de texto, en el que le decía que la extrañaba mucho, que la amaba, que apenas hace unas horas ella se había ido, y ya parecía haber pasado una eternidad.

Al día siguiente, debía ir a trabajar. Me la pasé todo el día pensando en que hacer para que una relación a distancia funcione bien.

Cuando llegué a casa después del trabajo, Felipe me estaba esperando. Entramos a mi casa y comenzamos a beber un jugo natural, de piña.

-¿Cómo estás? –Preguntó de repente Felipe

-Bien, supongo

-¿Qué vas a hacer?

-No lo sé –Me quedé en silencio antes de continuar –Solo se, -Dije al fin –que lo haré. Cuando hago una promesa, jamás la rompo

-¿Qué pasará si no lo logran? ¿Qué le dirás a Vannia? Ella está muy ilusionada con esto

-Lo lograré, prometí que lo haría, así que lo haré. No tengo idea de cómo, pero así será

Ya eran las once de la noche cuando me fui a acostar.

Todo estaba oscuro. Era como si pudiera ver. De pronto, una luz salió de la nada. Me acerqué. Y lo vi. Era ella. Con otro hombre. Me miró.

-Perdiste

Fue lo único que logré entender de lo que dijo. “Perdiste”

Estaba con otro. No funcionó. No lo logré. Rompí la promesa. Perdí…

Una Triste historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora