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Capítulo 12: ¿Solo? Jamás.
Ese incómodo momento en que no sabes si estás feliz o si estás triste. No sabes si estás contento o destruido por las noticias que te dieron. Y solo sabes que estás viviendo por los demás. Que los demás son tu razón de vivir. Así era como estaba… Solo sabía que debía seguir adelante…
A los dos días me dieron el alta, me fui a casa, y Felipe y Vannia me acompañaron. Desde el momento en que abandonamos el hospital, todo se volvió muy incómodo. Nadie dijo palabra alguna en todo el viaje.
Cuando llegamos a casa, Felipe dijo me preguntó si quería que él se quedara conmigo, por si me sentía mal, pero no pude aceptarlo, estaría bien.
-¿Seguro que no quieres que me quede?
-Seguro, no te preocupes. Estoy bien –Dije con una gran sonrisa en mi cara
Pero en cuanto ellos se fueron, me dirigí a mi habitación, cerré la puerta y me di cuenta de algo que nunca antes había notado. Estaba solo…
Por primera vez, noté que vivía solo, sin nadie a mi lado, ni siquiera una mascota. Pasé el resto del día recostado en mi habitación, pensando…
Me decidí por invitar a Vannia a una cita, ya que se suponía que a eso había ido ella a Bracon. Así que tomé el teléfono y marqué su número. Cuando contestó –cosa que no tardó mucho -, se lo propuse:
-¿Vannia?
-Sí, ella misma ¿Qué quieres? –Dijo con su bella voz de siempre
-Me preguntaba si quisieras tener una cita, hoy, conmigo… -Dije con una voz un poco temblorosa
Ella se quedó en silencio un momento, como para hacerse la interesante, y luego asintió muy feliz.
Esta, iba a ser la mejor cita de la historia, la más romántica del mundo.
Le dije a Vannia que pasaría por ella a las 9:30 y ya eran casi las 9:00. Así que me fui a arreglar.
Busqué mi mejor traje –aunque no podía ser muy formal, ya que a nadie le gusta eso -. Así que me decidí por ponerme unos jeans bien azulados, con una polera blanca –la más blanca que encontré –y para darle un toque elegante, me coloqué una chaqueta de vestir negra, abierta.
Esta era mi gran oportunidad de tener por fin –después de un buen tiempo –una verdadera cita con mi novia, y de así demostrarle que si se puede tener una relación a distancia y que yo, siempre, cumplo mis promesas.
Eran las 9:29 cuando me paré frente a la casa de Vannia a esperar la hora. Iba a ser muy puntual, para que sea todo lo más perfecto posible.
Dio la hora, toqué a la puerta y ella salió. Lucía hermosa, como nunca antes la había visto. Ella llevaba un bello vestido sobre la rodilla, de un hermoso color celeste, pero muy, muy claro, con unos relieves de flores. El vestido, en ciertas partes, llevaba unos detalles en blanco, lo cual hacía que combine perfectamente con aretes colgantes, que se veían tan bien en ella. Su cabello, su bello cabello, iba con unas ondas que nunca antes había visto, unas onditas perfectas, que salían de una trenza cascada. Ella, estaba más guapa que nunca…
-Luces tan… -Comencé a decir, pero no sabía que palabra ocupar
-¿Tan qué?
-Tan guapa –dije con una sonrisa en mi cara
-Gracias –al oír lo que le dije, se ruborizó un poco -, tú también te ves muy guapo
-Apuesto lo que sea a que no tanto como tu
Ya estaba oscuro, las estrellas estaban en el cielo, la calle estaba vacía. Solo estábamos nosotros, caminando, de la mano, como la pareja más feliz del universo. Ella se acurrucaba en mi hombro de vez en cuando, lo cual lo hacía ver mucho más romántico.
-¿Adónde vamos a ir? –Pregunto de repente Vannia, con su dulce voz que nunca me canso de oír
-A un lugar… -solo quería hacerme el misterioso por un momento
-Pero dime… Por favor…
-Es una sorpresa, toda esta noche es una gran sorpresa
Con Vannia fuimos caminamos toda lo noche, por el cielo estrellado hasta llegar a un parque. Nunca nadie iba a este parque, pero aun así era un lugar hermoso. -Creo que ese es uno de los más hermosos parques de Inglaterra -Tenía muchos árboles grandes y antiguos, ideales para sentarse y disfrutar del amor.
Nos sentamos en uno de los árboles, uno al lado del otro, y yo no podía dejar de mirarla, ella era perfecta…
-¿Por qué me miras tanto?
-Porque eres hermosa, eres perfecta
Al oír mis palabras, ella se ruborizó, y yo saqué de mi bolsillo una bolsa de papel, toda arrugada
-¿Qué es eso? –dijo señalando hacia la bolsa
-Esto –dije señalando con mi mano derecha la bolsa -, es lo que te mantendrá unida a mí, lo que siempre te recordara que hay alguien que te ama.
Tomé su mano, la acaricié, la besé y luego coloqué sobre ella la bolsa toda arrugada y gastada. Acerqué su mano a su pecho y le dije que eso “era símbolo de lo que somos y del amor que yo siento por ella”
Luego de esta escena, note que ella no lo vio, solo lo tomó y lo guardó en su bolsillo, lo que me llamó mucho la atención
-Lo voy a guarda –comenzó a decir cuando notó que la observaba –para quedarme con la duda de qué es, y así, cuando necesite a alguien, lo veré. Y recordaré todo esto que está pasando…
-Vannia, eres lo mejor…
-Ignacio, ¿Por qué haces todo esto? Me invitas de repente, me das un regalo, ¿qué paso?
-Nada… Bueno… Estoy solo... No aquí ni ahora, pero si todos los días, en casa, en el trabajo, siempre estoy solo...
-Tú no estás solo, ni ahora ni nunca. Tú me tienes a mí y a Felipe, nosotros siempre vamos a estar juntos, pase lo que pase…
Como no sabía que decir, la miré, me acerqué a ella y la besé…
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Una Triste historia de amor
RomanceEs triste enamorarse cuando a penas conoces a alguien, no sabes con que sorpresas te encontrarás... "Las relaciones a distancia nunca funcionan", me decían, tenían razón... En especial, si deben preocuparse por ti... No se puede tener todo... Vannia...