Capítulo 5

329 58 12
                                    

Yuri Plisetsky de nuevo iba desvaneciéndose, tardó más en bajar la mirada decepcionado de lo que yo tardé en manifestarme. La ira me invadió por completo una vez más. ¿Quién se creía Victor Nikiforov para hacerme creer que se preocupaba de verdad y después salir así como si nada, tocando a ese cerdo idiota?. Me sentía desesperado, nervioso, ansioso y Yuri no dejaba de lloriquear que lo dejara en paz.

"Ya cállate, Yuri Plisetsky" reclamé a la débil voz en mi cabeza que me suplicaba que me fuera "no me dejas pensar. ¿Ves lo que hiciste? Victor se fue con el cerdo y todo por tus tonterías, ya te dije que si no vas a ayudarme, te desvanezcas y me dejes actuar".

Caminé por la habitación desesperado, ¿y ahora qué?. Tenía que pensar rápidamente o quién sabe qué pasaría entre esos dos. La sola idea me daba rabia, una rabia descomunal que me quemaba el estómago y me hacía querer romper cincuenta espejos más... eso era, el espejo. Descubrí mi mano y la estiré, provocando que la herida volviera a abrirse haciéndola sangrar un poco y sonreí. Victor parecía estar más al pendiente cuando yo entraba en crisis o depresión. Escuché a Yuri pidiendo que me detuviera, pero no estaba dispuesto a dejar que su inseguridad me arruinara los planes así que me aproveché de su estado de debilidad y miedo para volver a tomar posesión del cuerpo que compartíamos por completo.

Abrí la puerta en silencio y me dirigí a la sala; solo hasta entonces me percaté de que seguramente había pasado mucho tiempo en mi habitación discutiendo conmigo mismo, era casi de madrugada y Victor miraba su celular con una expresión de fatiga bastante visible, mientras el cerdo dormía en el otro sofá. Bajé la mirada y dejé los ojos abiertos el tiempo suficiente para que se enrojecieran y un par de lágrimas corrieran por debajo de mis mejillas.

–Victor...- lo llamé con la misma timidez con la que habría hecho Yuri y él levantó la mirada -n-no... yo... olvídalo- me di media vuelta y antes de subir a mi recámara, escuché cómo se puso de pie y se acercó a mi. Sonreí con malicia mientras le daba la espalda; era tan fácil de manipular.

–¿Qué pasa Yuri?- me preguntó con voz suave y me sostuvo con delicadeza por los hombros -no te vayas-

–No es importante-

–Lo es para mi- me hizo volverme hacia él y acarició mi rostro -vamos, dime, nada de lo que digas carecerá de importancia, recuerda que te dije que podías confiar en mi

–Es que yo... no quiero dormir solo- bajé la mirada -tuve una pesadilla y...

–¿Quieres que te acompañe?- me preguntó con su cálida sonrisa y por un momento me estremecí de verdad

–S... si

–De acuerdo, vamos

Sonreí con la mejor imagen de ternura que pude poner y él me acompañó en seguida a mi recámara.

En cuanto estuvimos arriba, Victor se dirigió a mi cama y se recostó

–¿Yuri?

Yo me había quedado en la puerta, mirándolo con una sonrisa y en cuanto me llamó, cerré y atranqué con una silla, en caso de que al cerdo se le ocurriera subir.

–Victor- murmuré

–Yuri ¿qué haces?-

Sonreí una vez más y me acerqué a él a paso lento, mirándolo decidido mientras me desabotonaba la camisa que llevaba.

–Eres más fácil de convencer de lo que creía, Victor Nikiforov- llegué a la cama y me hinqué sobre él, con una rodilla a cada lado de su cuerpo, con la camisa abierta -espero que no te hayas aburrido con el cerdo-

Love me (not) - [Victurio]Where stories live. Discover now