Definitivamente Yuri me las pagaría. Se lo había dejado en claro muchas veces, Victor era mío. Le había dicho que si se atrevía a pensar siquiera en estar con él, lo atormentaría hasta que sus ganas de suicidarse volvieran a manifestarse con la misma solidez que cuando nuestro abuelo había muerto. No solo le había escrito una estúpida carta llena de cursilerías y tonterías, sino que ahora me preocupaba que Victor se atreviera a serme infiel y poner los ojos en él; por supuesto que no iba a permitirlo.
Georgi me miraba preocupado mientras me sentaba en el sofá y escondía la cabeza entre las manos.
"Eres un imbécil, Yuri. Te juro que de esta no te salvas, pequeño niño estúpido; te dije que no te metieras con Victor, ahora tendré que matarte".
–¿Yuri?- Georgi se sentó junto a mi
–¡No me llames Yuri!-
–Yuratchka... ¿cierto?-
–Si, así es-
–Está bien, Yuratchka, solo cálmate. Es normal que estos episodios te confundan y te sientas desorientado-
–Georgi- lo miré -tienes que ayudarme a deshacerme de Yuri-
–¿Disculpa?-
Si Yuri se había atrevido a meterse entre Victor y yo, entonces haría hasta lo imposible por destrozar su personalidad y quedarme yo solo. Así podría tener a Victor para mí. Lo dejaría muy mal parado frente a Georgi y frente a mi adorado novio y amante si eso hacía falta para deshacerme de él.
–Yuri es un monstruo, no tienes ni la menor idea. Es manipulador y astuto y lo único que piensa día y noche es en violencia. Violencia física, violencia emocional, violencia sexual...- suspiré -no suelo decirle esto a nadie pero estoy aterrado, Yuri me tiene aterrado-
Georgi me miró con desconfianza, sabía que dudaba, por supuesto. Hacerle creer que era Yuri quien estaba poniéndome y poniéndolos a todos en peligro no sería tarea sencilla, especialmente con esa actitud tan introvertida y estúpida que tanto caracterizaba a mi alter ego, pero no estaba dispuesto a perder el tiempo y darle oportunidad de acercarse a mi hombre. Victor era solo mío.
–Yuri... parece tierno- me dijo Georgi
–¡Claro que parece tierno!. ¿Tu crees que va a manifestar lo enfermo que está?, lo que menos le conviene es que duden de él. Georgi, tengo miedo por lo que Yuri pueda hacer- entrelacé las manos fingiendo nerviosismo -sé que nadie me cree ni se fía de mi, Yuri los tiene manipulados a todos, jamás voy a conseguir que alguien me crea. Pero tengo mucho miedo y solo confío en Victor y en ti-
–¿Le has contado de esto a Victor?-
–No. Hasta ahora Victor es el único que me ha entendido de verdad y me sentiría destrozado si dejara de hacerlo, porque se que también aprecia a Yuri- lo miré -promete que no le dirás-
–Lo prometo-
Sabía que no me creía del todo, pero había logrado sembrar dudas y con eso sería suficiente por el momento. Podía sentir la débil presencia de Yuri reclamando con desesperación por difamarlo de semejante manera.
"Te dije que me las ibas a pagar, Yuri".
El día transcurrió normal, sin contratiempo alguno, pero parecía que Georgi estaba mucho más al pendiente de mi que de costumbre, seguramente quería cerciorarse de alguna reacción extraña o cualquier cosa parecida. Me puso las actividades de siempre mientras yo me comportaba un poco más reservado que de costumbre, demostrándole que me sentía inseguro con respecto a lo que había dicho. Mi actitud tenía que ser distinta para que pudiera comenzar a dudar de Yuri.
Victor se apareció en la noche. Yo lo esperaba con ansias y aunque sentí que Yuri luchaba por querer manifestarse no estaba dispuesto a permitírselo. Me costó mucho más trabajo que de costumbre deshacerme de él, me parecía que su personalidad estaba ganando algo de fuerza y eso no me gustaba para nada.
"Lárgate Yuri. ¿A caso quieres que Victor se burle de ti en tu cara de tantas estupideces que dijiste?. Ya te lo dije, él me quiere a mi, es mi novio, me besa a mi y me hace el amor a mi, tu eres un cero a la izquierda". Finalmente pude convencerlo y sentí su presencia desvanecerse.
En cuanto Victor se despidió de Georgi se acercó para saludarme con un beso y luego se sentó junto a mi.
–Pareces mucho menos molesto ahora que Katsuki se ha ido-
–Claro que estoy menos molesto, detestaba tener que verle la cara todo el tiempo- lo besé de nuevo -Victor ya no me tengas así, sabes que te necesito-
–Yuratchka no me tientes, gatito- me besó el cuello -sabes que deseo estar contigo más que nada pero no me perdonaría si esa herida se te abre y vas a dar de nuevo al hospital-
–Victor te juro que no va a pasarme nada-
–No quiero arriesgarme. Ponte en mi lugar- me dijo mientras acariciaba mi cabello y me lo apartaba del rostro -no dudes de lo mucho que deseo tenerte entre mis brazos-
–Está bien. Voy por nuestro hijo- le dije y fui a mi recámara a buscar al gatito que me había regalado. Tardé varios minutos en encontrarlo debido a que se le había ocurrido irse a dormir a la tina de baño. Pero cuál no sería mi sorpresa al descubrir, apenas volví a la sala, que Victor se encontraba leyendo muy feliz y sonriente la estúpida carta que Yuri había escrito. Lancé al gato al sofá y ni siquiera le permití terminarla de leer, se la arrebaté de un manotazo y comencé yo mismo a indagar en qué tanta tontería había escrito Yuri.
–Yuratchka esa carta es tan linda- me dijo sonriendo y me besó la mejilla. Lo aparté de un manotazo y comencé a reír en tono de burla.
–Yo no escribí esta estupidez, Victor- aclaré y en ese preciso momento la rompí en mil pedazos -estas cursilerías las escribió Yuri y te voy a decir una cosa, tú eres mío, no de él. Ni se te ocurra pensar siquiera en lo contrario ¿me oíste?-
Victor me miró bastante sorprendido y en ese momento sentí que Yuri pensaba manifestarse y venía con una fuerza que hasta el momento desconocía; pero no se lo permitiría, eso jamás. Ya había hecho suficiente con incitar a Victor.
Subí a mi recámara corriendo y cerré la puerta detrás de mi.
"Por qué lo hiciste? No tenías derecho alguno!!! Esa carta se le di a Victor y no tenías porqué romperla... en verdad eres de lo peor"
–Tú eres quien no tiene derecho alguno, idiota. ¡Te dije que Victor es mío y lo es!, es a mi a quien besa, a quien abraza y a quien le hace el amor, ¡no a ti!, ¡no te permitiré que te acerques a él!-
"Aún así, eso no tenía nada que ver que contigo!!! Yo no pretendo que Victor haga conmigo nada de eso que tanto presumes...es más, ni siquiera espero que me ame. Yo solo quería hacerle saber lo que siento por él; si tan seguro estás de su amor hacia ti no deberías tener miedo de mis acciones"
–No tengo miedo de tus acciones, no seas ingenuo, pero eso no significa que voy a permitirte que siquiera le insinúes nada, ¿no te quedó claro cuando nos mandé al hospital? ¡¿no te quedó claro?!, ¡haré lo que sea por tenerlo sólo para mi!-
"Tú no lo amas, no eres más que un maldito egoísta que lo utilizas a tu antojo. Pero llegará el día que Victor abrirá los ojos y se verá claramente al monstruo que eres...crees que te seguirá amando aún así? Detente ya, por favor!!! No quiero que lo lastimes..."
–Te lo voy a decir sólo una vez más. Victor es mío, yo lo amo y lo necesito a mi lado, él me va a amar a pesar de todo, me lo ha dicho- sonreí -Victor es mío- murmuré intentando convencerme a mi mismo de que en verdad ese hermoso enfermero me pertenecía.
"En verdad, tú no entiendes de razones. Tu obsesión ha sobrepasado todos los límites pero no voy a permitir que le hagas más daño...ya ha sido suficiente con lo que has hecho todo este tiempo. Yo lo amo de forma desinteresada y si tengo que protegerlo de ti, lo haré; ya no te tengo miedo, así que más vale que te tranquilices"
–¡Ya basta!, ¡me tienes harto, maldita sea! ¡no me importa si tengo que matarte!, ¡tu no vas a venir ahora a decirme qué hacer!- no me di cuenta que mis gritos habían llamado la atención de Victor y ahora subía alarmado a mi recámara -¡te odio!, ¡vete al diablo, Yuri Plisetsky!, ¡vete al diablo ahora mismo!- grité con todas mis fuerzas mientras arrojaba una lámpara que se hizo añicos en un instante y después tomaba las almohadas de mi cama y las arrojaba con fuerza fuera de mi recámara.
Victor entró inmediatamente y me sostuvo al ver que estaba dispuesto a arrojar una silla por la ventana.
–¡Yuratchka!, tranquilízate, ¿qué sucede?-
–¡Tienes que prometerlo!- grité mientras lo golpeaba sin mucha fuerza y me arrojaba a sus brazos después, en medio de lágrimas de rabia -tienes que jurarme que me amas y que siempre estarás conmigo-
–Pero...-
–¡Hazlo maldita sea!, ¡hazlo ya!- grité sin soltarlo
–Está bien, está bien, tranquilo- tomó mi rostro con delicadeza y me miró a los ojos, limpiando mis lágrimas con sus largos dedos -Yuratchka, te amo y siempre estaré contigo, pase lo que pase-
Me tranquilicé y mis dudas se disiparon momentáneamente, pero sabía que en algún momento volvería mi inseguridad. Yuri jamás había logrado hacer que dudara del amor de Victor, pero ahora ya no me sentía tan seguro, sus palabras me daban vueltas y vueltas en la cabeza "¿crees que te seguirá amando?". Definitivamente tendría que deshacerme de Yuri.
Georgi llegó al día siguiente. Esa noche me había besado con Victor hasta el amanecer, despertando mi deseo a morir y teniendo que aguantarme cuando se fue después de haberme negado sexo una vez más. Ya no soportaba no tenerlo cerca, estaba volviéndome loco sin sentir el calor de su cuerpo, la satisfacción de su miembro en mi interior y encima las palabras de Yuri. Estaba de muy mal humor, pero por supuesto Georgi no podía ser objeto de mi desquite si es que quería seguir teniéndolo de mi lado.
Entonces recordé el recorte de periódico que Yuri había guardado y lo busqué inmediatamente. Al menos algo bueno había hecho ese niño insoportable. Cuando Georgi vino a mi recámara a saludarme yo estaba con mi laptop averiguando lo más que podía sobre el supuesto DJ universitario al que la policía había interrogado hacía apenas unos días.
–Hola Yu...-
–Yuratchka- aclaré y en ese momento, el gatito apareció detrás de él y se subió a la cama. Georgi comenzó a acariciarlo y a jugar con él y eso resultó ser de lo más oportuno porque me dio tiempo de guardar los datos que había recopilado y abrir una ventana nueva en internet para fingir que solo estaba viendo vídeos.
–Yuratchka, ¿no tienes hambre?, puedo subirte tu desayuno si quieres-
–No tengo hambre- suspiré -Georgi, ¿puedo pedirte un favor?-
–Dime-
–Estoy harto de estar aquí, por favor sácame. Llévame a dar un paseo, ¿si?, por favor-
–No se si tengo autorización para...-
–Por favor. Prometo portarme bien. Puedo ir amarrado si es necesario, pero hace muchísimo tiempo que no pongo un pie fuera de mi casa. Extraño el aire fresco, los ruidos de la calle, el viento en la cara, la lluvia y el sol. No tienes idea de lo que es estar aquí- bajé la mirada, tenía que convencerlo -por favor Georgi, ¿cómo quieres que te lo pida?-
–Está bien, lo haré. Pero tienes que portarte bien y obedecer. Cuando te diga que volvamos no quiero excusas, ¿de acuerdo?-
–Lo prometo-
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Tenía planes muy específicos para ese paseo. En realidad quería saber a dónde quedaba la casa de JJ. Había investigado en directorios y en internet y finalmente sabía más o menos hacia dónde dirigirme, aunque sabía que sería un poco difícil debido a que llevaba muchísimo tiempo sin poner un pie fuera de mi casa, apenas recordaba cómo eran las calles de por ahí y me movería por puro instinto.
No puedo negar que por un momento me olvidé de mis planes debido a la fascinación que sentí al estar afuera por fin. Habían sido tantos días de confinamiento que en verdad había olvidado lo maravilloso que era ser libre al menos momentáneamente. Quería correr por todos lados pero no podía desobedecer a Georgi si quería que mis planes funcionaran, así que me mantuve tranquilo.
Resultaba que cerca de la casa de ese imbécil había un mirador de modo que ese fue mi pretexto para ir en esa dirección. Georgi conocía bastante bien las calles así que llegamos muy pronto.
Desde afuera pude ver sombras que se movían dentro de la casa. Resultó que Jean estaba con sus amigos, pude reconocer a Otabek y a unos cuantos más que habían llegado esa noche a mi casa y matado a mi abuelo. Intenté permanecer sereno pero los recuerdos me golpearon tan fuerte que no pude evitar sentir cómo la rabia iba invadiéndome de a poco, hasta hacerme enloquecer. Miraba a Georgi de reojo temiendo que pudiera darse cuenta de lo que estaba sucediéndome y efectivamente no tuvo que pasar mucho tiempo para que me pidiera volver. Intenté objetar y pedirle que me permitiera disfrutar del mirador un momento más pero recordé lo que había prometido... y si quería seguir con mis planes y convencerlo de que volviera a sacarme no me quedaba más opción que obedecer.
Esa noche mientras fingía dormir al lado de Victor, abrazado a él, sentí cómo esa ira iba acrecentando poco a poco, era ira contra Yuri y contra Jean... Otabek... todos ellos. Me habían desequilibrado y los recuerdos de la muerte de mi abuelo y mi estadía en el maldito hospital me llenaban de rabia y temor. No le permitiría a Yuri quitarme a Victor, no le permitiría a Jean y a todos esos imbéciles salirse con la suya, si la policía no hacía nada por sus propios medios, lo haría yo, y sobre todo, no le permitiría a Victor poner los ojos en alguien que no fuera yo, ni siquiera mi alter ego. Me puse sobre él importándome poco despertarlo y lo besé a profundidad. Esa noche nos besamos y acariciamos y de nuevo mi deseo despertó, pero no logré nada más que acumular más estrés del que ya tenía debido a que no pude tener relaciones con él y liberarme entre sus brazos en medio de uno de esos deliciosos orgasmos que me descolocaban.
–Jura que me amas, Victor Nikiforov- volví a pedirle al amanecer, muy a pesar de mi evidente mal humor por no haber podido tener sexo con él.
–Te amo, Yuratchka, te lo juro-
Me sentí bien. Pero sabía que de nuevo duraría poco.
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Love me (not) - [Victurio]
FanfictionA pesar de su corta vida, Yuri Plisetsky tuvo que atravesar situaciones muy dolorosas y difíciles. Habiéndose quedado completamente solo en el mundo y sin siquiera una mínima motivación para seguir viviendo, se dio cuenta que acabar con su vida no e...