Love me (not) - [Victurio]

Capítulo 17

Había permanecido "sedado" durante tiempo indefinido, no sabía muy bien si se debía al medicamento que me administraban, a la anestesia o a la presencia de Yuri, pero había sido consciente, en parte, de todo lo que sucedía a mi alrededor en cuanto el efecto de la anestesia se pasó. Estaba en el hospital, había sobrevivido a mi intento de suicidio y ahora estaba vuelto loco por la ansiedad que me producía el no poder ver a Victor. No sabía qué había sucedido con él y hasta dónde habían llegado las consecuencias de la estupidez del cerdo. Me sentía tan desesperado que no logré permanecer en calma a pesar de la fuerte dosis que me suministraron e inmediatamente comencé a convulsionarme.

–¡Se está convulsionando!- exclamó uno de los médicos a mi alrededor mientras los demás me sujetaba con fuerza

–¡Victor!- grité con desesperación -¡he dicho que quiero ver a Victor!-

Después de eso no supe de mi por varias horas; cuando había despertado la primera vez aún brillaba el sol y después de esa crisis abrí los ojos hasta que la noche había caído.

–Victor- murmuré. Necesitaba saber que aún estaría conmigo, que no lo habían perjudicado y que no me había abandonado -¿dónde estas, Victor?-

–Hola- escuché una voz desconocida -tranquilo, no te exaltes-

–¿Quién eres?-

–Un enfermero-

–¿Dónde está Víctor?- enfoqué y vi a un hombre a mi lado que anotaba rápidamente en una hoja a medida que observaba mis signos vitales.

–Tranquilo, estás bien-

–¡Quiero ver a Victor!- exigí e intenté levantarme, pero sentí un fuerte mareo que me lo impidió

–¡Ey!, ¡aún no puedes levantarte muchacho!-

–¡Quiero ver a Victor!- repetí desesperado y comencé a moverme con violencia, pero un dolor interno a la altura del vientre me hizo aullar de dolor. El enfermero solicitó ayuda y de inmediato sus colegas y un médico se acercaron a suministrarme medicamento una vez más y en dos segundos sentí que perdía toda mi fuerza.

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Victor y Yuuri tuvieron que presentar sus declaraciones al siguiente día, por separado. El primero de ellos fue Katsuki, que, durante toda la noche había meditado si debía decir o no todo lo que sabía sobre las relaciones sexuales y sentimentales que se habían establecido entre su colega y el paciente, pero había decidido en contra. Si lo hacía, sabía que Victor hablaría sin dudar sobre la violencia que había ejercido sobre el menor y el medicamento que le había suministrado sin autorización. No podía arriesgarse a que le quitaran la licencia.

–Yuri Plisetsky ha sido el caso más difícil para el que he presentado mis servicios- dijo frente al fiscal -el chico presentaba un grave caso de trastorno de doble personalidad, cambiaba de un instante a otro sin razones aparentes. Una de sus personalidades era muy agresiva y violenta, me amenazó varias veces, no solo hablo de palabras, también lo hizo con objetos punzo-cortantes y más de una vez se me lanzó a los golpes-

–Señor Katsuki, el paciente, hasta donde tengo entendido, se hirió durante su turno como enfermero particular, ¿estoy en lo cierto?-

–Así es, pero...-

–Limítese a responder- el fiscal lo miró por encima del armazón de sus lentes -supongo que entiende lo grave de la situación, en tanto las pruebas no establezcan lo contrario, usted sigue siendo el principal sospechoso-

–Yo no lo herí- se defendió Yuuri y se sintió al borde del colapso, debía tranquilizarse o sus nervios podrían ser malinterpretados -Yuri Plisetsky cometió intento de suicidio-