Capítulo 10: Rostros nuevos

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[Por Carol]

—Si están aquí para robarse algo, les digo que es una muy mala idea. Así que o se van o... reciben un disparo cada uno— dijo aquella silueta en la completa oscuridad, la voz pertenecía a una mujer. Entonces me adelanté dos pasos y dije

—No, no vamos a robarte —levanté mis manos para que las vea y así no crea que pudiera lastimarla— solo buscamos un lugar donde pasar la noche— continué luego, ella pareció pensarlo un momento pero luego preguntó

—¿Quienes son? ¿Cómo descubrieron este lugar?— Daryl a mi lado bufó molesto y luego habló 

—No tengo por qué decirte nada. Podemos buscar otro lugar— la silueta salió de la cabaña haciendo que la luz de la luna diera en su rostro. 
Era una jovencita creo que no llegaba a los treinta años, de cabello castaño claro, ojos marrones y grandes, labios carnosos, mejillas un poco rellenas; luego de que salió le habló a Dixon

—Hay poca visibilidad, quédense aquí— el hombre volteó y dijo orgullosamente 

—No es necesaria tu compasión, soy un buen rastreador— volteé a verlo para luego acercarme y decirle en un susurro

—Daryl podríamos quedarnos aquí —lo tomé del brazo a lo que me miró a los ojos y continué diciéndole— también podría ser parte de la comunidad —él me miraba muy atento entonces lo solté— por favor— le pedí por último y volví al lugar que ocupaba antes de hablarle a Dixon. 

El hombre se quedó allí unos momentos como si estuviera repasando y pensando mis palabras mientras la chica que conocimos habló

—Es difícil confiar en las personas hoy en día, más ahora que en este mundo sobrevive el más fuerte. Disculpen por como me comporté, pudieron haberme matado desde el primer momento pero aún estoy con vida en la cabaña que pertenecía a mi padre. Por cierto, me llamo Nicky ¿ustedes?— extendió su mano, unos momentos luego se la estreché y hablé con una sonrisa

—Carol— luego que me soltó, se la extendió a Dixon pero este solo gruñó en señal de que no lo haría pero si habló aunque de muy mala gana 

—Daryl es mi nombre— se acomodó la ballesta en su hombro y se acercó a paso lento a mi lado 

—¿Hace cuanto están casados? —nos preguntó la chica con una sonrisa— se ven como una pareja muy sólida y que se aman mucho— continuó luego aún en ese plan de niña curiosa. Reí muy nerviosa al oír aquellas ideas mientras que mi compañero solo bufaba molesto, cuando al fin pude responder dije

—Oh no. No. Él no es mi esposo, solo somos amigos— la chica se detuvo y me observó casi sin creer lo que decía

—Pero... se los nota muy unidos, como si compartieran algo más profundo— habló la chica y nos dejó pasar al interior de la cabaña, Daryl al entrar observó todo el lugar buscando algo raro a lo que luego le respondió a la chica de muy mala manera

—No, no somos nada ¿Te ha quedado claro?— le golpeé el hombro suavemente para que tratara de hablar mejor

—Perdónalo, es un poco impulsivo— comenté disculpándome por la actitud que el hombre estaba teniendo con ella entonces el rastreador fue a sentarse en el sillón mientras Nicky y yo nos dirigíamos a la cocina de la pequeña casa a lo que nuestra anfitriona me respondió a lo que mi compañero le dijo

—No debes disculparte, generalmente los hombres se comportan como unos cretinos ahora que ya no hay leyes. Así que es mejor acostumbrarse— me crucé de brazos oyendo aquello y no me parecía la mejor idea para aquello

—No estoy de acuerdo en eso que dices— hablé como si la conociera de hace tiempo, me quedé callada pensando en lo que había dicho. De pronto aquella chica sacó latas de conservar para que comamos, nos reunimos en el living para cenar juntos y hablar de cosas triviales entonces oí que Daryl le pregunta

Una luz en el camino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora