Capítulo 59: "Amores y Odios"

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Y ella estaba allí, y yo aquí; sin embargo ... aun no lo entiendo, y ahora moriré sin saberlo

Con una velocidad nunca antes vista, él se acercó amenazándolos con un cuchillo de cocina, y con unas palabras desconcertantes pero destructoras le dijo, "Ahora muere en nombre de la paz legionaria", y al decir esto, el cuchillo atravesó parte de mi estómago, pero solo una parte superficial, no penetró del todo, aunque la salpicadura de sangre era inevitable y comenzaba a manchar mi camisa y el piso donde estábamos. Aun en shock por el sorpresivo ataque y sus palabras directas advertió a Kaytlin de que se fuera lo más lejos posible.

- ¡Huye ahora! – aullé de dolor mientras ella se quedaba conmocionada por el golpe

- Pero... ¡Jerouu!

- ¡Que te largues AHORA!

- No permitiré testigos, no puedo dejar que...

- ¡Cierra la puta boca!

Antes de que terminase la frase, Jerouu sacó rápidamente su bastón de la mochila que llevaba en caso de seguridad, para golpearlo directamente en el cuello, arrojándolo al suelo, sacándose de inmediato el cuchillo que se aferraba al estómago de Jerouu, precisamente en su camisa, felizmente no era una herida profunda, tan solo un pequeño corte en las venas y rasgadura de ropas.

- ¡Jerouu debemos irnos ahora! – gritó Kaytlin presa del miedo

- No ¡Tú vete ahora a casa! Yo me encargaré de este tipo – le dije con tono tranquilizador

- ¡Pero estas muy herido! ¡Debemos ir a un hospital ahora! ¡No dejaré que mueras!

- ¿Y quién dijo que moriría? – irónicamente sonreí – este tipo sabe mucho y deseo respuestas. Te visitaré mañana en la mañana en tu casa ¡Te lo juro! ¡Ahora vete! ¡Te contaré todo después, lárgate de una puta vez!

- ¡Claro que no!

El tipo del cuchillo se levantó y comenzó a atacarnos sin medir las consecuencias de sus actos, a lo lejos, una pareja salió huyendo del lugar, y Kaytlin afortunadamente también se fue, en otro momento recibirá su respuesta correcta al cuestionamiento del amor; al regresar del viaje si lograba hacerlo, ahora debía encargarse de ese tipo y sacarle las respuestas sobre la legión. Ahora que le acababan de arruinarle la noche, pensaba en arruinarle su vida, toda su maldita vida.

Recibió su ataque con mi bastón, ambos armados no cedían ante cada uno de sus ataques, observó la expresión de odio en sus ojos ¿Por qué quería matarlo? ¿Qué le daba la legión a cambio de mi muerte? Sin contestarle a esa pregunta lo golpeó con una patada que iba directo a su estómago, pero lo esquivó retrocediendo unos pasos atrás, lanzándole el cuchillo como si se tratase de un plato, con fortuna solo rozó parte de su cachete izquierdo, el cuchillo atravesó el cristal de una cabina telefónica ¿Qué cuchillo era ese?

Sin que pudiese verlo otra vez por culpa de esa extraña velocidad rápida, lo sujetó del cuello, forzándolo a soltar el bastón, arrojándolo directo al piso, con un dolor indescriptible en la espalda, lo golpeó con su zapato color negro carbón al estómago, para sujetarlo nuevamente del cuello tratando de asfixiarlo, mierda, ¡Este tipo solo vino a matarlo! Y lo haría de forma horrible.

Impidiendo que se moviera y tratando de soltarse, le quitaba el aire de a pocos, no podía respirar, entonces pensó en la respuesta inexistente que no le terminó de decir Kaytlin, esa maldita respuesta que le daría a entender si debería de seguir viviendo por amor, o por odio... aunque nunca la odiaría por nada del mundo, pues el amor no es todo en la vida. Lamentablemente, la vida se le iba, sus sueños, sus metas, el aire se agotaba de a pocos, el tipo solo gruñía y trataba como sea de asfixiarme, esta corta pelea se acabará con una muerte estúpida.

Cielo de Almas, Kay Pacha: "Al rescate de la Princesa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora