Tulipanes

62 7 6
                                    

—No sé qué estoy haciendo.— dijo Louis, brotando nerviosismo.

—Permíteme iluminarte, estás en un tren.— Harry apretó los labios cuando terminó de hablar.

El oji-azul rodó los ojos—Sé, Harry, que estoy en un tren —miró por la ventanilla—. Lo que no me cabe en la cabeza es qué putas voy a hacer cuando me baje.—

—Ok, primero que nada; cuidemos el lenguaje.— Harry hizo gestos con ambas manos mientras hablaba, levantando ambos dedos meñiques—. No queremos que una de esas palabras arruinen nuestro romántico plan, ¿o si?— el rizado alzó una ceja.

Si, ¿el plan era cien por ciento romántico?... No.

Pero estaba hecho con las mejores intenciones;
Recuperar a Eleanor.

No puedo evitarlo, las groserías son parte de mí. A demás, tú no mandas.— canturreó Louis.

—¿A si?— el rizado se recargó en su asiento y se cruzó de brazos —, y ¿por qué?— alzó el mentón.

Oh, bueno, esa jamás había sido la respuesta. Louis mandaba el 99% de las veces, el uno por ciento restante se trataba de su padre.

—Bueno, porque... Pues no lo sé.—

—Sé que mandas... Ahora dime por qué.— el rizado alzó ambas cejas.

—Eso no es cierto, yo nunca mando. Esa impresión doy, pero la impresión no sirve de nada. Aquí enfrente tienes al chico cuyo padre utiliza de marioneta para todos sus negocios y para dar una impresión joven a la compañía, que en verdad es liderada por hombres que le doblan la edad a los dinosaurios y que ganan millones, y puesto que al parecer estoy muy ocupado dando una imagen para una compañía que no tiene nada que ver con mis intereses, alejo cada vez más las probabilidades de ir al carajo a estudiar algo que mínimamente me guste.— Louis estaba enfadado, pero no con Harry, eso se notaba. Se veía enfadado con todo lo demás; menos Harry.

Harry parpadeó ante la confesión del castaño. Tragó saliva y también se tragó las ganas de decir una ultima cosa; Louis había mencionado a su "padre". Harry se preguntó, ¿cuando podrá tocar ese tema de nuevo?

—Lo siento, deberíamos... si quieres deberíamos volver, puedes hacerlo otro día...— Harry dijo apenado.

Al escucharlo Louis subió de golpe la vista hasta Harry, y su mirada se suavizó en el momento en el que chocó con la del rizado. Sus azules ojos se tornaron varios tonos más claros, olvidando el color azul oscuro que tomaban al enfadarse. Harry lo notó y se relajó.

—¿Que? No, yo... no, lo siento, sólo... jamás le dije todo eso a alguien y, empecé a hablar y sentía que me escuchabas, y no dejé de hablar y me desahogé y... gracias.— dijo al final.

Harry no pudo evitar suspirar con ternura —No hay de qué... Hagamos esto.—

Así que un montón de tulipanes en cantidad indefinida y con demasiado color para ser inicios de diciembre llegaron al campo de la universidad de Manchester en manos de Louis y en compañía de Harry.

—¿Nervioso?— preguntó Harry, con una sonrisa. Adoraba hacer de cupido.

—No, espero—contestó Louis, ladeando la cabeza —, no debo de... Ya es mi novia, entonces... No sé que me podría poner nervioso. —

—Bah— Harry hizo un gesto con la mano—, no tienes nervios, tienes miedo. Así son los hombres, le tienen miedo al rechazo.—

—¿Los hombres le tienen miedo al...?—Louis se interrumpió a si mismo con su propia risa—, hablas como si no fueras uno.—

Angel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora