Capítulo 1: castigo.

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-Grita.

Por llevarle la contraria y mantener la poca dignidad que le puede quedar ya, aprieta los labios para evitar hacerle caso. No solo le gustaría gritara, si no también llorar de rabia e impotencia. Porque no puede hacer nada, no solo pudo hacer nada desde el principio, desde que ese desgraciado lo cogió por el brazo bruscamente y lo golpeó tumbándolo en el suelo de un solo puñetazo para colocarse sobre él y comenzar a besar su cuello arrancándole la camisa. Le habían hablado fatal de este sitio antes de que su ingreso fuese enteramente oficial, y ahora que está dentro se da cuenta de que no tiene nada que ver con lo que le habían contado. Era muchísimo peor.

Sus manos se aferran desesperadamente a las sábanas, mientras las ajenas se entierran en la piel de su cadera, haciéndole incluso más daño, incrementándolo solo un poco más. Las lágrimas caen silenciosas por su mejilla, y no solo por el dolor físico de ser penetrado bruscamente por su primera vez, sino por la humillación que está sufriendo. Él no es uno de esos chicos que se dejan manipular fácilmente, nunca ha sido así, él siempre ha tenido el control. Pero aquí lo ha perdido por completo, porque él mismo se ha sentido perdido al ser despojado de todo cuanto tenía.

-He dicho que grites- la voz ronca y excitada de su compañero le llega más cerca de su oído ahora que tira de su pelo hacia atrás. -Quiero que se enteren todos a quién le perteneces-

El sigue sin hacerle caso. Si hay algo en lo que puede mantener el control no dudará en hacerlo. Su compañero lo castiga embistiéndolo con más fuerza, y él tiene que morder las sábanas para seguir sin gritar. No le dará esa satisfacción, no se convertirá en la puta de nadie.

Las manos del otro se aferran más a su cuerpo y espera que eso signifique que la tortura está a punto de acabar. No se equivoca, pero se siente más que sucio cuando aquel líquido lo recorre por dentro. Un estremecimiento le recorre el cuerpo, y no precisamente de placer. Escucha una risa burlona mientras el mayor sale de su interior y se sube los pantalones tranquilamente. Él no se mueve, aunque quisiera, no podría.

-Bienvenido al infierno, chico nuevo.

Ser el chico nuevo nunca tiene alguna ventaja. Quizás los guardias aún se fían de ti o te advierten de los peligros y esas cosas, pero en la práctica eso sirve de poco cuando duermes con cinco chicos más que están en ese internado por algún motivo.

Un internado para enfermos mentales. Dove. Así es como lo venden, para recuperarlos con los clásicos métodos. Claro que sí. El más clásico de todos: la violencia. Solo lleva una semana en este horrible lugar y ya lo ha odiado con toda su alma. No solo por los constantes abusos de uno de los chicos mayores, sino también porque él no ha hecho nada para estar ahí. No está enfermo, no está loco, no es como todos los demás.

Y lo supo en cuanto se presentaron. Al principio, cuando en una terapia de grupo, contaron lo que les pasaba a cada uno, pensó que quizás no estaría de más hablar sobre todo esto y que en realidad no fuese un sitio tan horrible. Pero no solo te castigaban por lo que decías, si no que te hacían sentir como una mierda.

Y así se siente Jimin. Tras una visita más de su acosador, ahora llora en silencio abrazado a la almohada. Sus padres lo metieron aquí porque pensaron que era lo mejor, porque no aceptaron su rebeldía o su forma de ser. Pero él no ha hecho nada para merecer esto. Para merecer las torturas de los profesores y los abusos de sus compañeros. Bueno, solo de uno de ellos que se ha encargado de decir que no lo toquen o les cortará la cabeza. Al menos solo tiene que sufrir las violaciones de uno de ellos, pero esto comienza a ser insufrible.

Y lleva una semana de seis años. Antes terminará suicidándose.





Aclaro que esta historia no me pertenece. Le pertenece a Winy9 . Hace muchos años la leí y con seguridad digo que es una de las mejores que he leído, lejos. Por lo mismo quería compartirla con ustedes, so... disfrútenla, besos ♥

Dove || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora