-¿Adónde vas?
Esa es una buena pregunta. O más bien, por qué va a dónde va. No debería haber hecho algo así, ni venderse de esa forma. Pero sentía que no tenía más opción y por más que le repugne la idea de verle y de tener que cumplir con cada una de sus peticiones, no puede atrasarlo más tiempo. Allí, en el nivel uno, todo el mundo está preocupado, hay un ambiente aún más pesimista que antes y las fuerzas se desvanecen poco a poco pensando que pueden ser los próximos. Nadie habla de la desaparición de Hoseok, es que parece ser el único capaz de buscarlo. No se rendirá aunque esté solo, aunque tenga que sufrir la compañía de Yoongi y esta vez no haya más culpables que él mismo.
-Después te cuento si todo sale bien- responde Jimin.
Taehyung lo mira con el ceño fruncido.
-Eso suena a "no va a salir bien".
Jimin sonríe.
-Saldrá bien.
Aún es la hora de la cena así que no tiene ningún problema al salir de la habitación, ya que sigue abierta. Deja a Taehyung con la palabra en la boca, pero si le cuenta lo que está a punto de hacer se sentirá aún peor de lo que ya se siente, y eso es decir mucho. Definitivamente, se ha convertido en algo así como la puta de Yoongi que era lo que este buscaba desde el principio.
Respira profundamente un par de veces antes de tocar la puerta del nivel tres. Debe recordarse a sí mismo por qué lo está haciendo y no olvidarlo durante todo el rato que esté allí dentro. Antes de que obtenga respuesta desde dentro, una mano se posa sobre su hombro y él salta en el sitio asustado por verse acompañado.
-¿Park Jimin, no?
Reconoce la voz de Kim Heechul, uno de los guardias más sádicos que ha conocido en este lugar. Le da la vuelta bruscamente y lo hace chocar contra la puerta.
-No puedes estar aquí.
-Ya, pero...eh...- ¿Qué puede decir?- Quería...
Una sonrisa nada benevolente se asoma en los labios de Heechul. Lo agarra de la camiseta y tira de él empujándolo ahora lejos de la puerta.
-Ya, ya sabemos todos que querías. No puedes estar aquí, así que lárgate o sufrirás las consecuencias.
¿Por qué mierda Yoongi no abre la puerta y lo intenta ayudar? Será desgraciado, además de todo, cobarde. Normalmente tampoco se dejaría amedrentar por una de las miles de amenazas que sufre al día, pero ahora lo están librando de algo que aún no está preparado para hacer, así que simplemente asiente obediente y da media vuelta para volver a su habitación.
Por eso, por su obediencia poco habitual en él, le extraña que al día siguiente vayan a buscarlo a la habitación más pronto de lo normal. Esta vez sí que no ha hecho nada malo.
Una mano lo levanta bruscamente de la cama, haciendo que las sábanas resbalen por su cuerpo y lo empuje con la misma falta de delicadeza al suelo para despertarlo. Jimin abre los ojos, e intenta ponerse en pie conservando un poco de dignidad.
-Tienes visita.
Eso hace que se despierte por completo. ¿Visita, allí, después de dos meses? No puede evitar sonreír y mostrarse esperanzado de que la pesadilla esté llegando a su final. Quizás han venido por él porque lo echan de menos y vienen a terminar con todo y a ofrecerle el hogar cálido que siempre ha sido su casa.
Heechul lo coge del brazo y tira de él hacia fuera de la habitación sin preocuparse de que siga en pijama.
Nunca ha estado en esa habitación, pero le recorre un escalofrío al encontrarle un enorme parecido con la sala de interrogatorios de las películas de policías. El mayor le obliga a sentarse de espaldas a la puerta y se agacha un poco para quedar a su altura.
-Hay cámaras ahí- señala justo delante de él. –Y ahí- ahora señala el marco de la puerta –Yo estaré fuera, así que no intentes nada raro.
No pensaba intentarlo de todos modos. Sus padres entran poco después de que Heechul lo deje solo y su madre corre hacia él para abrazarlo con fuerza. Jimin le corresponde encantado, sin poder creer que está sucediendo. Retiene las ganas de llorar. Tampoco es justo para ellos saber lo que pasa en este lugar, saber dónde han metido a su hijo y sentirse culpables el resto de su vida.
-¡Oh, cariño, no tienes idea de cuánto te he echado de menos!- exclama sin dejar de abrazarlo.
Es él quien se retira de ella. Ha echado de menos a sus padres también, pero tampoco puede olvidar con un simple abrazo que piensan que está enfermo, que lo rechazan y que lo han metido en el mismísimo infierno. Así que antes de hacerse ilusiones, debe saber si han cambiado de opinión.
Una rápida mirada a su padre, que lo mira con lástima, y a su madre que parece estar sufriendo realmente, le hace darse cuenta de que siguen en las mismas, de que han venido quizás porque se sienten culpables de haberlo abandonado a su suerte, pero que siguen sintiendo el mismo asco al verlo.
-¿Por qué vinieron?- se sienta de nuevo e intenta no mirarles.
-Porque te echamos de menos, cariño- repite su madre un tanto consternada. -¿Cómo estás?
-Sigo tan enfermo como cuando me metiste aquí- ironiza- Y lo seguiré estando. ¿No entiendes que...?
-Es por tu bien- lo interrumpe su padre con firmeza- Entiéndelo tú.
-¿Por mi bien?- se levanta una vez más y se quita la camiseta dándose la vuelta. –¿Esto es por mi bien?
Su madre ahoga un grito al ver las marcas que ya nunca se irán de su espalda. Ya le da igual hacerles sentir culpables, son ellos los que lo rechazaron como si fuera algo peligroso, los que le están arruinando la vida. Ni siquiera cree que le importe lo que allí puedan hacerle.
-¿Cómo te has hecho eso?- pregunta su padre con un hilo de voz.
-¿Yo? ¿Cómo pretendes que me haga yo algo así?- casi grita volviendo a ponerse la camiseta. -¿No ves lo que pasa? Aquí no hacen más que...
-Se acabó la visita- Heechul ha entrado como un huracán. –Sal, Jimin.
-Pero si apenas llevamos unos minutos- se queja su madre intentando retener a Jimin a su lado.
-Mejor que no sean más- replica el menor de los presentes caminando hasta Heechul.
Tal vez hubiera sido mucho mejor no haberlos vuelto a ver. Esta visita solo le ha recordado que está solo y que seguirá estándolo a no ser que inventen una cura contra la homosexualidad. Sus padres no entrarán en razón de otra forma, y él no piensa negar lo que es por ellos.
-Sabes lo que te has ganado, ¿no?- comenta Heechul acompañándolo de vuelta a la habitación.
Jimin no responde, es obvio que tendrá que sufrir un nuevo castigo después de las clases, pero no le importa en absoluto. El castigo lo sufre todos los días al despertar y seguir encerrado en esa prisión.
Lo deja solo cuando ya está en la puerta y este entra dando un portazo sin preocuparse de que sus compañeros sigan durmiendo. De todas formas deberían despertarse si no quieren llegar tarde. Jungkook, ya preparado para salir, se gira desconcertado por el ruido. Los demás siguen tan dormidos como cuando abandonó la habitación.
-¿Ocurre algo?
♡
Odio CON MI PUTA VIDA a los padres de jimin, enserio!
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Dove || Yoonmin
Fiksi PenggemarUn internado para enfermos mentales puede convertirse en un verdadero infierno para sus internos. ●adaptación ● yoonmin ●advertencias: lemon, muerte de un personaje, tortura, violación. ●esta historia no me pertenece.