Dove || Yoonmin

Capítulo 14: besos en el cuello.

A pesar de que está nublado y el cielo amenaza una gran tormenta, la luz del día parece deslumbrarle después de tanto tiempo sin pisar la calle. Casi había olvidado la sensación del aire puro llenando sus pulmones. Pero tampoco tiene mucho tiempo para disfrutar de esta renovada libertad, porque se ve arrastrado por Yoongi hacia los árboles más espesos, situados detrás de esa habitación donde ha estado encerrado. No sabe muy bien hacia donde se dirigen, pero la verdad es que le da igual, le da igual todo con tal de alejarse de ese sitio. Ahora mismo, aunque sabe que no tardarán en comenzar a buscarlo, no podría sentirse más protegido.

Pero sigue sintiendo esa debilidad por todo su cuerpo y sus fuerzas desfallecer, tampoco Yoongi parece muy fuerte que digamos cuando comienza a tener que apoyarse en los árboles antes de poder continuar. La figura del internado ni siquiera puede verse y aunque eso es un alivio, sabe que no están lo suficientemente lejos. Aun asi no puede permitirle que siga corriendo en esas condiciones. Tira de su mano para detenerlo cuando tiene la intención de volver a empezar a correr tras descansar durante unos pocos segundos. Lo deja apoyado en el tronco donde ha reposado y lo arrincona con su propio cuerpo para que no pueda moverse.

-Por ahora no nos encontrarán, Heechul ni siquiera podrá avisar de que nos hemos ido- sonríe sin poder creer que esté libre- Nunca podré agradecerte lo suficiente por esto.

-cuando salgamos de aquí podrás pensar en agradecimientos- se lleva ambas manos al costado izquierdo con una expresión de infinito dolor.- No... no cantes victoria aún.

-¿Qué te pasa?- Jimin aparta las manos de su cuerpo y le levanta la camiseta un poco, dejando ver más moratones y heridas no cicatrizadas que han comenzado a sangrar- No podemos seguir así... ven, siéntate- tira de él hacia abajo y tampoco el mayor pone mucha resistencia- ¿Te he contado que de pequeño quería ser médico?- comenta con una sonrisa intentando que Yoongi olvide el dolor de sus heridas.

El mayor también sonríe un tanto contrariado.

-Al final me decidí por pedagogía. ¿Y sabes? Llevo apenas un año de carrera y te aseguro que los métodos de Dove no son para nada pedagógicos.

Yooni se ríe echando las cabeza hacia atrás con los ojos fuertemente cerrados. Jimin aprieta su mano suavemente contra su herida haciendo que el mayor se queje un poco, pero sin hacerlo totalmente. Está comenzando a desesperarse viendo el sudor de Yoongi y su palidez extrema, además de que la sangre comienza a brotar cada vez más.

-Yoongi, respira profundamente, vamos.

Se aparta un poco de él para quitarse la camiseta, o la que queda de ella, y la coloca con brusquedad sobre las heridas de Yoongi, ya que está mojada por el agua que le ha tirado Heechul, quizás el efecto sea un poco mejor. A pesar de que el mayor le estaba haciendo caso, no puede reprimir un grito de dolor.

-Lo siento- ve un par de lágrimas deslizarse por las mejillas de Yoongi-. Tranquilo ¿vale? No pasa nada...- limpia sus lágrimas con un dedo tembloroso e intenta sonreír, reprimiendo su propio sollozo de desesperación- ¿Tú que estudiaste?

Pero Yoongi parece que ni siquiera puede hablar. Definitivamente, allí son unos brutos. ¿Cuánto tiempo pueden tener esas heridas para que estén frescas, con qué lo habrán hecho? Casi prefiere no saberlo. Hace un poco más de presión con la camiseta sobre la sangre al mismo tiempo que lo abraza con el brazo que le queda libre para apaciguar un poco su dolor. Deja un cálido beso en su cuello y ejerce más fuerza tanto en el abrazo como en sus heridas.

-¿Sabes que era lo que te quería decir antes? Dime que lo sabes- casi suplica sobre su oído.

Yoongi responde únicamente abrazándolo por la cintura débilmente y con eso, por ahora, tiene suficiente. Ha comenzado a llorar, pero no sabe qué hacer y la incertidumbre lo desespera, porque sabe que es grave y que no puede hacer más de lo que está haciendo. No deja de abrazarlo en ningún momento, ni siquiera cuando el brazo con el que el mayor lo abraza cae a su lado, sin fuerzas y su cuerpo se relaja entre sus brazos. Escucha su respiración débil pero profunda y sabe que se ha quedado dormido o se ha desmayado, que al menos dejará de sufrir esos preciosos momentos de inconsciencia.