Capítulo 2: desaparecido.

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-¿Te duele mucho?

Se retira un poco al sentir la mano de Taehyung sobre su espalda y reprime un quejido. Nada más volver de la habitación de los de tercero, se ha tumbado bocabajo en su cama, aún sin camiseta, esperando que el ardor que sentía en cada uno de los latigazos desapareciese. Pero sin demasiados resultados. Y así había pasado la noche, aguantando un dolor que no merecía y reprimiendo las ganas de llorar, ya que había decidido que ni una lágrima más saldría de sus ojos. Era difícil cumplir cuando se había pasado toda la noche en vela y ahora la alarma de sus compañeros sonaba recordándole que tiene que ir a la dichosa terapia de grupo y ver al profesor al que estuvo a punto de estrangular.

-Taehyung, vamos a desayunar- le grita Namjoon desde la puerta sosteniéndola abierta.

-¿Vienes?- inquiere Tae amablemente.

Ni siquiera puede moverse, ¿cómo espera que se levante y baje al comedor? Necesitará más de media mañana para vestirse y necesita hacerlo solo. Así que niega con la cabeza simplemente y Taehyung, obediente, se reúne con Namjoon y abandona por fin la habitación. Los demás se fueron antes así que ya está solo. En otras circunstancias este hecho le habría aterrado, sería el momento de salir de allí corriendo por si venía su acosador, pero ahora tenía la sensación de que se había librado de él por una buena temporada.

Apoyando ambas manos sobre el colchón se levanta sintiendo un pinchazo en cada una de las heridas. No debe mostrar debilidad si no quiere perder delante de toda esta gente que fingen ayudarles cuando en realidad solo los marginan por los problemas que tienen. Nadie parece querer denunciar esta situación, pero él no está dispuesto a vivir así durante seis años.

Con un esfuerzo sobrehumano coge el uniforme que no consiste más que en un chándal igual para todos y se dirige a las duchas que todos deben compartir. Como es la hora del desayuno no hay nadie que pueda molestarle, así que tarda todo lo necesario para que sus movimientos no le duelan el doble de lo que ya lo hacen. Una vez vestido descubre que es la hora de la primera clase, o más bien, de la primera terapia, y con un suspiro de resignación se dirige a ella. No tiene más alternativa.

El único sitio libre es junto a Jungkook. Lo cierto es que le daría igual donde sentarse, el hecho de tener que sentarse en ese aula ya es mortífero. El psicólogo entra con una sonrisa de superioridad, pero es Jimin quien sonríe al ver una marca rojiza en su cuello y saber que al menos algo pudo hacerle.

-Park Jimin, empiece- dice nada más al entrar.

Jimin no hace nada, como si ni siquiera se hubiera dirigido a él. El hombre lo mira impasible y paciente, como si tuvieran todo el tiempo del mundo, y probablemente lo tengan. Sus compañeros también lo miran y él comienza a ponerse nervioso.

-He dicho que empiece- le hace un gesto con la mano para que se levante.

Él le hace caso para no empeorar la situación de sus compañeros, pero sigue sin pronunciar palabra porque su respuesta será la misma que la del día anterior. El adulto sonríe sentándose sobre su mesa y mirándolo con una maldad que no augura nada bueno.

-Bien, déjeme ayudarle. Todo el mundo sabe lo que le ocurre, es cierto que sufre constantes abusos, ¿no es así?

Jimin intenta controlarse, no quiere perder los nervios como el día anterior ni tener que sufrir un nuevo castigo. Pero odia que le hable con tanta naturalidad sobre los hechos y que no se preocupe en remediarlos.

-Responda, Park.

-Sí.

Sus compañeros parecen contener la respiración, pero intenta no mirar a ninguno de los presentes.

Dove || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora