No tiene verdaderas intenciones de cumplir su amenaza y vuelve a su habitación. Supone que el pobre chico ya tendrá suficiente con tener que consolar a su amigo. Bueno, supone que tiene suficiente con estar allí encerrado. Como todos los demás.
Sabe que hace mal, sabe que debería poder controlarse, que ya ha pasado mucho tiempo y que debería empezar a recuperarse y a ver las cosas de otra manera. Cuando su padre abrió este centro de "rehabilitación" creyó que estaría bien, que sería bueno para él y para todos los que tuvieran algún problema parecido al suyo. Nunca creyó que se convertiría en un verdadero infierno ni que él sería el incipiente de muchos ingresados.
Se arrepiente, pero no puede hacer nada. Como todos allí, está enfermo. Lo comprobó aquel fatídico día en el que una adolescente cometió el error de negarse a subir a casa con él y él no tuvo mejor cosa que hacer que forzarla. Aún se asquea por lo ocurrido, aún no entiende como pudo pasar. Su padre le dio la solución. Tenía un problema parecido, si no igual, a la satiriasis, estaba enfermo y él le ayudaría a recuperarse. Había escuchado hablar barbaridades sobre el centro de salud de su padre, pero nunca creyó que llegaran a esos extremos. Si alguien pensaba que él era un privilegiado y que jamás había sufrido uno de los crueles castigos, se equivocaban. Nunca recibió un trato privilegiado por ser hijo de quién era, apenas veía a su padre, solo era uno más.
Lleva cuatro años allí, desde los diecisiete, desde que llegó a casa llorando por lo sucedido y darse cuenta de que era repugnante por haber cometido un crimen como ese. Jamás se irá de su mente la imagen de los ojos aterrados de la chica ni su voz ahogada intentando gritar.
Pero cambió al entrar en ese lugar, donde le enseñaron que nada importaba más que la fuerza, tanto física como de voluntad, y que no debían odiarse por lo que era, debían aceptarse por muy miserables que fuesen y convivir con ello. Sí, ese era el principal fundamento del internado. La culpa no era de él, el no tenía la culpa de ser así, no había más culpable que la vida misma y por ello debía devolverle cada día de sufrimiento, pagándolo con los demás. Allí no creían en la amistad, en el amor o en el valor de los sentimientos. Allí valoraban el hecho de saber defenderse y atacar, de saber controlar el poder con el que cada uno nace.
Y eso es lo que le ha hecho ser así, toda una vida de desencuentros con todo el mundo lo ha llevado hasta el lugar que le ofrece una alternativa para sentirse un poco mejor dentro de su propia miseria. No puede desaprovecharlo. Ahora simplemente cree que, efectivamente, él merece cada castigo infligido, pero él y todos.
-¿Qué es eso?
Una estridente alarma ha comenzado a resonar por todo el pasillo y unas voces atemorizadas se escuchan saliendo nerviosas de cada una de las habitaciones. Yoongi se incorpora en su cama, sin preocupación. Ya ha escuchado esa alarma varias veces, solo significa que algún rebelde ha intentado escapar. Ingenuos, nadie podría lograr salir de allí.
Taemin, uno de sus compañeros, parece intranquilo de todos modos a pesar de que él también ha vivido ya situaciones parecidas. Por el contrario, Minho y Jonghyun siguen jugando al ajedrez tranquilamente, mientras Kibum mira la partida con indiferencia.
-Malditos estúpidos- Minho mueve un alfil -¿Cuándo aprenderán?
Yoongi vuelve a tumbarse con una sonrisa torcida, mientras Kibum le explica a Taemin, una vez más, el motivo de la alarma. Llegados al tercer nivel del proceso de curación ninguno se considera amigo de los demás, pero es bueno al menor tener compañía para poder hablar de vez en cuando.
Al día siguiente descubren el motivo de la alarma.
Jung Hoseok no ha dejado rastro después de un castigo antes de la cena. Jimin denunció su desaparición y por ello se llevó un castigo más por el que Yoongi prefirió no interesarse. Allí las reglas eran estrictas y los castigos inhumanos, sabía que nada bueno le ocurriría. Y no es que le preocupara en verdad lo que pudiera pasarle, pero hasta para él era algo cruel aprovecharse de su debilidad. Prefería disfrutar de él cuando el muy necio podía defenderse y no lo lograba. Era más humillante para el menor y más divertido para él.
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Dove || Yoonmin
FanfictionUn internado para enfermos mentales puede convertirse en un verdadero infierno para sus internos. ●adaptación ● yoonmin ●advertencias: lemon, muerte de un personaje, tortura, violación. ●esta historia no me pertenece.