Capítulo 1: castigo «pt.2»

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-Hey, chico nuevo-

Odia que lo llamen así, pero nadie parece recordar su nombre. Se incorpora un poco en la cama y mira a su interlocutor un poco sorprendido, nadie suele dirigirle la palabra porque nadie se atreve a acercarse a él por si su violador los descubre.

Lo reconoce como Kim Taehyung, el pirómano, o al menos así se presentó en aquella terapia.

-Es la hora de la cena, ¿no bajas?-

¿Y verle la cara a ese malnacido? No, gracias. No suele salir de la habitación más que para las clases y las terapias. Eso no le libra de que ese imbécil le folle una y otra vez cuando se le antoje, porque ni siquiera cuando hay gente se controla, simplemente los fulmina a todos con la mirada y estos salen lo más rápido que pueden.

-Sé lo que estás pensando, pero allí no podrá hacerte nada- dice con pena.

Jimin se coloca la almohada en la cabeza para no seguir escuchándole, dándole a entender que no quiere continuar con la conversación. Prefiere seguir llorando y compadecerse de sí mismo, ya que nadie más lo hace.

-Bueno, pues tú mismo, pero con esa actitud no vas a durar aquí ni un mes.

Espera morir mucho antes, sí. La puerta se abre bruscamente y su cuerpo tiembla pensando que es de nuevo ese muchacho dos cursos por encima de él. Se encoge sobre sí mismo por instinto y escucha suspirar a Taehyung junto a él.

-¿Qué pasa aquí?- la voz de uno de los guardias le relaja solo en parte.

Nadie contesta, pero al segundo se ve despojado de sus sábanas y de su almohada, quedando al descubierto su cuerpo únicamente cubierto por la ropa interior y las marcas que el mayor deja sobre su cuerpo. No se levanta, ni se gira, ni hace nada, solo sigue llorando en silencio con las manos escondiendo su cara.

-Vete a cenar, Kim. Y tú, Park, será mejor que te vistas pronto y hagas lo mismo si no quieres ser castigado.

¿Más aún? No cree que pueda haber castigo peor que estar ahí. Precisamente por eso, por la amenaza que conllevan esas dos palabras, le hace caso aunque no tenga hambre.

Ya que Taehyung ha sido el único que le ha hablado y que tiene que sentarse con los compañeros de su grupo, se sienta a su lado y este sonríe tímidamente. Frente a ellos se encuentran Namjoon, con cierto problema de cleptomanía, y Hoseok, con ciertos problemas con las drogas. Al otro lado de Tae está Jin con tendencias ludópatas y, a su lado, Jungkook con problemas con la bebida. Todos ellos tienen algo de lo que recuperarse, aunque no aprueba los métodos que emplean, pero simplemente él está fuera de lugar. Él no es uno de ellos. Él no está enfermo.

-Oh, tendrás hambre después de tanto ejercicio- comenta un Hoseok ojeroso y con una sonrisa temblorosa.

Le gustaría matarlo. Es evidente que todo el mundo sabe lo que pasa, incluso los guardias, pero nadie le ayuda y por eso odia estar cenando con ellos y que se hagan sus amigos cuando no son más que unos farsantes que intentan sobrevivir ahí seis años para después largarse y seguir cada uno con sus problemas.

Un guardia que pasea lentamente por allí, vigilando cada movimiento de los presentes, le impide abalanzarse sobre él, aunque la mano de Taehyung sobre su muñeca también se lo habría impedido.

-Déjalo- susurra para que solo lo escuche él -.No ha podido conseguir que le pasen nada de fuera y está...

-Cuidado donde pones las manos- le interrumpe otra voz que no pertenece a ninguno de los presentes y que hace que un escalofrío recorra a Jimin de arriba abajo.

Dove || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora