Capitulo 14

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***Narra Patricia***

Todo estaba oscuro. Podía escuchar algunos susurros, incluso lograba entender lo que decían algunos, pero aún así todo era bastante confuso. Intui que estaba en un hospital ya que se escuchaban algunos pitidos provenientes de las máquinas. Alguien agarró mi mano. Supuse que sería la persona que me hablaba, que ya sabía que era José. Podía reconocer perfectamente su voz.

"Te ves muy mona durmiendo" finalizó soltando una pequeña risilla. Esa frase provocó un huracán de mariposas en mi estómago.

"Siento lo que te dije..." paro un segundo "lo que hablamos, no se, creo que hice lo correcto" dijo en un susurro cerca mío. "Quiero decir... tú eres mi alumna y yo tú profesor y no podía ser, por eso decidí que esto tenía que acabar, bueno esto no se ni como se llama" me volvió a agarrar la mano y continuo "yo era un chico que nunca sentía cosas fuertes por una chica... Dios esto es jodidamente complicado" paró y suspiro "entonces llegaste tu y todo se complicó. No quiero decir que fuera un error, pero hubiera preferido que nos hubiéramos conocido en otras circunstancias, pero ya no se puede hacer nada, hay que dejarlo pasar, por muy difícil que sea" finalizó.

"Patri" dijo pasando suavemente su mano con la mía. "Por favor, dame una señal de que estas bien, de que me oyes, que me sientes" me rogaba.

Yo luchaba por hablar pero apenas podía. Quería hacerle saber que lo escuchaba perfectamente. Aprovechando el agarre que tenía el con mi mano, apreté con las pocas fuerzas que tenia su mano.

"¿Patri?! ¿¡Me oyes?!" comenzó a preguntar con tono de sorpresa. Yo puse todas mis fuerzas y poco a poco muy lentamente fui abriendo los ojos. Cuando los abrí pude encontrarme con los de Jose muy cerca.

"¿J-José?" pude articular.

"Ey Patri, estoy aquí, tranquila, estoy aquí" hablo muy rápidamente. Me agarró la mano aún más fuerte. "Llamaré a una enfermera" se puso en pie pero le agarré de la camiseta para impedirselo. Este se giró confuso.

"No, po-por favor, no llames a nadie" dije en un pequeño ruego.

"No, tienen que examinarte Patri ya habrá tiempo" dijo volviéndose a poner de pie. Esta vez lo dejé ir. Desapareció por la puerta para luego volver acompañado de una chica con bata blanca, la enfermera. Una enfermera muy guapa, parecía una modelo. Yo me mordí mi labio de la rabia que me daba.

"Hola señorita Jones, ¿cómo se encuentra?" me dijo con una sonrisa mostrando su dentadura blanca y perfecta. Esta desviaba mucho la mirada hacia José pero éste no me la quitaba de mi.

"Bien, supongo" dije moviendome en mi siti, intentando sentarme.

"A ver, siga la luz" me dijo mientras encendía una linternita pequeña del tamaño de un boli. Cuando alumbraba posicionaba su dedo índice al otro lado. Yo seguía la lucecita cuando paró.

"Vale, no hay contusiones visibles pero si tenemos que hacerte pruebas para descartar conmociones internas, eso si, tiene un esguince en su mano derecha" me dijo, entonces yo me gire a mirarme la muñeca. Era verdad. Ni siquiera me había inmutado de ello. Ella se puso a anotar en una libreta que guardaba bajo el brazo.

"Si necesitas algo, no dudes en pulsar el botón para hacernoslo saber" me señaló el botón que se situaba junto al cabecero de mi cama. "Sobre todo descansa, toma reposo y no te alteres" dijo esto último mirando a José como si nos advertiera a los dos.

"Descuida, yo la cuidaré" Dijo José haciendo que me estremeciera por dentro.

"No se si será buena idea" aconsejo la enfermera.

"No, si, el tiene razón, no te preocupes" hable para finalizar. Ella asintió y desapareció por la puerta sin quitar la mirada de José. José hacía lo mismo pero conmigo. Cuando ya estábamos solos José hablo.

"Los dos sabemos que no es buena idea" dijo muy convincente.

"Lo se" dije yo está vez.

***Narra Jose***

"Lo se" hablo ella. Me senté en el sillón de al lado de su cama. Hubo un silencio de varios segundos hasta que decidí hablar.

"Creo que debería avisar a tus padres y a Andrea para que no se preocupen, estan ahí fuera" dije queriendo salir de esta situación incómoda.

"Ya has oído a la enfermera, ha dicho que nada de alteraciones y como avises y dejes entrar en esta habitación a mis padres me alteraran a achuchones" me advirtió.

"Igual tienes razón" dije gesticulando pensativo.

"Siempre la tengo" dijo con una sonrisa en su rostro.

"Claro..." rodee los ojos.

Entonces el silencio nos volvió a abrumar cuando ella lo interrumpio.

"Acercate" me dijo casi en un susurro.

Ni siquiera me lo pensé dos veces. Mi cerebro no actuaba como es debido. Acerqué mi silla más hacia su cama.

"Más cerca..." volvió a susurrar. Yo me acerqué, ahora más nervioso. Estábamos apenas a treinta centrimetros.

"Más..." repitió. Se acerco ella también. Ahora nuestras narices estaban pegadas. Nuestra respiracion era irregular y rápida.

"Dime ahora... ¿tienes tantas ganas como yo de besarte?" su respiración chocó cálida contra la mía. Yo ni me lo pensé dos veces. No sólo la quería besar. También la quería hacer mía. Era como mi droga, mi gran necesidad. Asenti lentamente y posicione mis labios para rozar lentamente los suyos sin llegarlos a besar.

CONTINUARA.........

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