***Narra José***
Me sobresalte con el sonido del despertador. Estaba temblando. Respiraba de manera muy irregular. No paraba de sudar, la cama estaba empapada en sudor. Solo ha sido una pesadilla, me decía interiormente. Me levante de la cama para poder quitarme la ropa sudada y meterme en la ducha, necesitaba urgentemente despejarme. Tarde unos treinta minutos en ducharme. La pesadilla se repetía una y otra vez en mi cabeza como si fuera un disco rayado. Mire mi reloj y vi que era la 13:15. Dentro de quince minutos es la hora de la comida y si no me apuro no llegaré. Menos mal que hoy no tenía clase porque estoy jodidamente cansado. Hacer noche en el hospital me ha sentado fatal. Me puse la ropa. Me eche desodorante y colonia, agarré la llave y salí de la habitación. Las habitaciones se encontraban en el quinto piso. Hay dos alas. El ala derecha es el de los chicos y el de la izquierda es el de las chicas. Las habitaciones de los profesores están mezcladas. Estas separan una ala de la otra. Bajé hasta el primer piso donde se encuentra la cafetería. Conforme bajaba los escalones pude ver de refilón a Patricia y Andrea que reían a carcajadas. Patricia llevaba el brazo escayolado lo que me hizo recordar hacia algunas horas nuestra conversación en el hospital. Necesitaba saber como se encontraba asique no me corte en preguntar.
"Señorita Jones" dije en un tono no muy alto para evitar llamar la atención de la gente que circulaba a nuestro alrededor. Ella no parecía oírme ya que ahora estaba de espaldas a mi y no se volteaba a mirarme. Andrea pareció darse cuenta de que la llamaba. Entonces le señalo con la mirada en dirección a mi. Se giró con una sonrisa dibujada en su rostro, probablemente debida a la conversación que habían tenido hace a penas unos segundos, ya que se le fue de la cara nada mas verme. Oh no. Las manos empezaron a sudarme. Mi pulso y mi respiración comenzó a aumentar de una manera incontrolable. Termine de acercarme a ellas cuando ya solo nos separaba un metro. Las palabras no me salían. La tensión circulaba en el aire cual pajarillo perdido. Andrea se percató de aquella tensión que abrumaba la situación. ¿Cómo salgo de esta?
***Narra Patricia***
Andrea y yo bajábamos las escaleras. Casi me tropiezo debido al cachondeo que llevamos las dos. Me cuenta que en este verano cuando estaba en el campamento realizo una actividad en el lago. La actividad se realizaba por parejas y tenían que ir por una plataforma, que cubría una parte del lago, con un pie atado al de su compañero. Me dijo que la juntaron con un chico que era muy patoso. Cuando estaban realizando la actividad se cayeron los dos. Andrea cayó encima del chico el que se empalmó en aquella situación. Lo iba imaginando conforme me lo contaba. Me reía tanto que pensaba que me moría. Andrea seguía contándome anécdotas de su verano cuando de repente se calló. Yo la miraba confusa debido a su repentina reacción. Me hacia unas señales raras con los ojos hacia alguna parte. Intente seguir su mirada cuando me encontré con la de José. Se acercaba a nosotras a paso ligero. La boca se me seca. Se me hace un nudo enorme en la garganta. Esperamos a que termine de acercarse y cuando lo hace, no hace ni dice nada.
"Mmmm, bueno, os dejare solos" dice Andrea rompiendo el tan incomodo silencio. Yo la mire desesperadamente fulminándola a la vez con la mirada. Ella puso los ojos en blanco y desapareció en dirección a la cafetería. Yo la seguía con la mirada cuando la volteé hacia Jose que no quitaba sus ojos de mi.
"¿Cómo te encuentras?" pregunto. Por fin. Yo me muevo incomoda en mi sitio. Su presencia me pone nerviosa.
"Bien, supongo" me mostré lo mas indiferente que pude pero fracase. Por mucho que lo deseara no puedo enfadarme con el. Lo quiero demasiado como para odiarlo.
"¿Supones?" pregunta arqueando una ceja y con el ceño fruncido.
"Olvídalo de verdad, son cosas mías" digo apartando mi mirada de la suya. No me puedo concentrar si me mira tan profundamente.
