Prologo.

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Caminaba mientras lloraba en silencio, probablemente ya era cerca de media noche pero no importaba, cualquier lugar sería mucho mejor que su casa.

Se escuchaban truenos. Maldita lluvia. Obviamente le fascinaba pero en momentos como esos cualquiera podría odiarla. La calle estaba sola, de pronto se escucharon gritos provenientes del callejón.

— ¿A dónde vas tan solito?

Decidió ignorarlos, pero seguían insistiendo.

—No me gusta que me dejen hablando solo—le tomo el hombro bruscamente

—Déjame en paz—Hablo por primera vez

—Fabuloso, el niño bonito tiene voz. —lo tomo fuerte de la muñeca, el hombre olía a alcohol. —Veamos que tal gime—dijo haciendo que todos los hombres que estaban alrededor rieran junto con él.

—Suéltame—trato de sonar firme en su orden, pero sin éxito.

—No le hables así—otro de ellos le dio una bofetada que hizo que todo le diera vueltas.

Lo jalaron dentro del callejón y uno de ellos empezó a acariciarlo por encima de la ropa en su zona intima.

—Déjenme en paz—dijo esta vez con la voz rota. Solo quería que todo el mundo lo dejara en paz. ¿Tan difícil era?

Uno de los hombres tomó sus dos manos fuertemente, otro le bajo los pantalones y empezó a acariciarlo.

Harry no podía parar de llorar.

Con tan solo 16 años, estaba a punto de ser violado.

Uno de ellos se introdujo en el bruscamente. Soltó un grito lleno de impotencia, pareciera que se escuchó en toda la ciudad de Londres, pero si así fuera, alguien habría ido a ayudarlo... o tal vez no.

"¡¡¡¡¡AAAAAAAAH!!!!!"

Dio varias embestidas bruscamente, pero de pronto se escuchó que la policía venía en camino.

—Maldita sea...—dijo uno de ellos

—Santa mierda—dijo otro.

Gracias a Dios...

Por un momento pareció que habían acabado con él. Harry los miraba desde el suelo en donde se encontraba hecho un ovillo. Pero de pronto uno de ellos se acercó a él y lo apuñalo en un costado. Por si violarlo no fuera suficiente, tuvieron que apuñalarlo para que muriera y no pudiera delatar que, estando sobrios, habían violado a un menor de edad. Todos salieron corriendo, lógicamente, temiendo de que la policía los atrapara, pero solo eran unos chicos jugando con una sirena, probablemente ebrios y felices, ajenos a lo que pasaba en esos horribles momentos en un callejón común y corriente.

Se quedó un rato observando el lugar un rato mientras aún estaba hecho un ovillo en el suelo, puso su mano en la herida para ver si así paraba de salir toda esa sangre.

Pero no iba a morir así, tenía que enfrentar a su padre, tenía que vivir...

Se quedó pensando en todo lo que le faltaba por vivir y todo lo que ya había vivido ¿acaso valía la pena morir así? ¿Ser encontrado días o semanas después y que su cadáver saliera en las noticias, avergonzando aún más a sus padres? ¿Podía avergonzarlos más de lo que ya lo había hecho todos estos años? No lo iba a averiguar muriendo.

Quien sabe de dónde saco fuerzas, pero se levantó y se subió el pantalón. Todo se veía borroso. ¿Por qué le pasaba todo esto a él? ¿Por qué ahora? No dejaba de reproducir lo que esos borrachos le acababan de hacer.

Camino hasta cruzar la calle, pero la suerte no estaba de su parte.

Porque acababan de atropellar a Harry Styles.

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