Capítulo 6

564 94 9
                                    

Alonso estaba puntual en la estación a la misma hora, mismo vagón que el pelinegro.

Quizá se retrasó, o a tal vez Jos había abordado antes, lo que sea que fuese. Pero el pelinegro no se presentó ese día, ni...al siguiente, ni al siguiente.

Una semana.

Una maldita semana sin poder ver a Jos, sin conversar con él, sin poder admirarlo ni respirar su perfume.

Alonso sentía que iba a explotar si no podía verlo por lo menos una vez más, Alonso se sentía vacío. Tal como una árbol sin hojas. Jos se había convertido en la adicción de Alonso y, prácticamente, la única razón para abordar en aquél metro deslavado.

Desanimado, Alonso regresó del trabajo en taxi, pues el metro había cerrado más temprano que de costumbre.

Alonso no vió a Jos durante una semana, Alonso tenía miedo de no  volver a verlo nunca.

• • •

Domingo por la tarde ¿Lo que hace una persona normal? Es dormir.

¿Lo que hace Alonso? Dormir también.

Pero ese día Emily, su anteriormente mencionada mejor amiga, avisó con anticipación a Alonso que saldría con sus amigas, Alonso estuvo de acuerdo.

Al no tener nada que hacer, el rubio no quería morir de aburrimiento, así que se dirigió a su tienda de videojuegos favorita, aunque no tenía dinero para comprar uno, siempre rentaba el mismo cuando no tenía nada que hacer.

Revisaba pasillo por pasillo, y no encontraba su videojuego favorito, comenzaba a desesperarse.

Sus ojos brillaron al visualizar el estuche tan buscado.

Cuando estiró su "delicada" mano (a Alonso le gustaba cuidar sus manos, era algo así como una manía) ésta se topó con otra un poco más descuidada, apenado retiró su mano. En cuanto levantó la mirada, la sangre se calentó haciendo a sus mejillas volverse de un tono más rosado.

—Hey Alonso.

—J-jos —tartamudeó.

—¿Acaso me sigues?

—Yo sólo quería venir por un entretenimiento, ¿es un crímen? —levantó una ceja mientras lo decía.

—Lo es cuando buscas lo mismo que yo —Jos dejó ir todo el doble sentido que encontró. Alonso pareció no captarlo.

—Pues, allí hay más, ¿Porque no escoges otro?

—Porque yo quiero éste —le dedicó una mirada profunda utilizando una vez más, el doble sentido. Alonso apartó su mirada con ese pequeño rubor en sus mejillas que lo hacía lucir el doble de tierno.

Alonso, al fin tuvo la oportunidad de oro que tanto esperaba y el mismo Jos se la estaba dando, sólo había que esperar que se armara de valor.

—Uhmm —se aclaró la garganta— yo... bueno no haré nada éste sábado, ¿quieres demostrar tus habilidades dedísticas?

—Uno: la palabra dedísticas no existe, dos: no es sábado, tres: te aplastaré en tu propia pantalla —Jos se auto invitó a la casa de Alonso y ninguno de los dos se dio cuenta, eso no importaba en ese momento.

Subway; j.v. editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora