Capítulo 2 Los resultados de la entrevista.

93 9 0
                                    

El secretario se dejó caer en la silla, desanudo su corbata, abrió su camisa un par de botones y se quitó los anteojos.

Parecía aliviado de terminar las entrevistas, seis en un día, en medio de sus muchas ocupaciones, por ello ahora tenía todavía mas pendientes, pero al menos ya habia acabado el suplicio que significó tener enfrente la misma cara seis veces, una tras otra, haciéndole las mismas preguntas y pensando cada vez, que eso parecía parte de un dejahvú que se retorcia sin parar, como si fuese una pesadilla, sin fin. Por que las respuestas y ambiente cambiaban dependiendo la personalidad de cada uno.

Fue como un mal juego de citas, donde daba igual que ruta escogieras, todas tenían al mismo tipo, en aspecto, pero con un trauma diferente.

Exhaló.

Todo era parte de su estrés, solo que al parecer esos hermanos lo habían abrumado hasta el punto máximo de su paciencia. No era culpa de ellos, sino de su jefe, el rechoncho Director que se había dado unas vacaciones, mientras él se rajaba el lomo para solventar el trabajo.

Los Matsuno, eran buenos tipos, algunos mas cualificados que otros en algun punto, eso sí, todos eran raros, pero igual servían.

Aunque al principio quiso advertir al director acerca de la nula experiencia en el campo de la docencia que los hermanos poseían, no podía desaprovechar la ventaja económica que representaban. Ahorrarían al darles una paga menor y podía alegarles que su bajo salario se debía a su poca experiencia y a su posición como profesores temporales. Un argumento que era razonable y que no les traería ningún problema legal.

Así que, sí, después de todo los Matsuno eran buenas noticias.

Ahora debía llamarlos para concretar su inducción y la asignación de las materias que impartirían.

Sonrió y se estiró, dándoles descanso a sus músculos, algo de su estrés había desaparecido.

Llamó a la recepcionista y le pidió que hiciera pasar a los recién entrevistados.

Momentos mas tarde, los hermanos estaban frente a él en la mesa del salón juntas.

-Bien, debo decir que nunca había hecho, ni visto algo como esto, ¿Saben? es raro tener a seis hermanos trabajando en un mismo lugar. Mas aún si hablamos de una escuela.

Los Matsuno se removieron incómodos.

-Eso... ¿Es malo, señor secretario?- aventuró Osomatsu.

-No todavía, depende de ustedes. No se alarmen, me explicaré mejor.-Guardó silencio, reflexionando un poco, luego volvió a hablar-En mis años de trabajo he observado que es muy difícil armar un buen equipo de trabajo. Que camine bajo los mismos ideales y con los mismos valores.

Entrelazó las manos sobre la mesa y los miró directamente a cada uno.

-Dirán que son cosas de viejo, pero creo que en el ambiente laboral lo ideal es tener un equipo que pueda ser lo mas cercano a una familia. ¿Qué piensan de ello?

Antes de que el silencio pudiera volverse incómodo y contraproducente, uno de ellos pareció tomar la situación en sus manos.

Choromatsu aclaró la garganta, era un sutil gesto de su parte para decirle a los otros que él tomaría la palabra.

-Verá, entiendo plenamente a lo que se refiere. La familia es la base de la sociedad y es el patrón a seguir para alcanzar el éxito dentro de la misma. Creo que nosotros, particularmente, entendemos perfectamente el significado del trabajo en equipo ya que hemos estado compenetrados desde antes de nacer.

El secretario asintió con una sonrisa.

-Lo veo. Y es por eso que los invito a formar parte de la familia del Instituto Aka.

Los seis hermanos se miraron unos a otros y aceptaron con caras sonrientes.

***

La quietud de la noche se veía perturbada por las risas y festejos que los sextillizos estaban montando en el pequeño puesto oden.

-La verdad es que pensé en darte un golpe cuando empezaste a hablar como Kakamatsu.

-¡Oye Old brother!-se quejó Karamatsu-Para mi, Choromatsu sonó very cool.

-Ah, fue tan vergonzoso, además ¿Qué hay con eso de que la familia es la base del éxito? Si ese es el caso nuestra familia no parece haberlo hecho muy bien en estos años.-Expusó Todomatsu.

-Yo dije eso porque era lo que él quería escuchar.

-Choromatsu, eso es tan horrible-intervino Chibita por primera vez desde que empezaron a contarle lo que habia pasado en su entrevista.

-Parece que no valoras a tus hermanos, maldito.

-¡Maldito Pajamatsu!- exclamó Jyushimatsu golpeando la barra donde estaban sus bebidas y alimentos con la palma abierta. Se otaba que la cerveza que había tomado empezaba a surtir efecto.

-Eres de lo peor Pajamatsu, y mira que te lo digo yo-aseveró Ichimatsu seriamente.

-¡Ya basta! No me hablen así, les recuerdo que es gracias a mi...

El mayor alargo el brazo y le quitó el vaso a Choromatsu, que lo agitaba torpemente mientras les recriminaba a sus hermanos su poca comprensión.

-Como sea, ya hay que irnos.-Los apuró tranquilamente.-Mañana debemos levantarnos temprano.

Todos lo obedecieron y dejaron su paga en la barra.

-Gracias Chibita.- dijo, mientras los otros se delantaban con Choromatsu a cuestas.

-Osomatsu, realmente me sorprende tu cambio de actitud-le reconoció, impresionado.

-Creo que estaba viendo mal las cosas, amigo.- Se rascó la nariz y sonrió.-Nos vemos.

Chibita sabía de antemano que no había ni uno solo que le hubiera pagado la suma correcta. Infló los pulmones para gritarles.

-¡Malditos sextillizos, cuando vengan de nuevo mas les vale pagarme correctamente! Idiotas.

Los hermanos ya estaban algo lejos, en respuesta solo agitaron sus manos, despidiéndose.

-Totty ¿Qué pasó con tu cita de hoy?-dijo Karamatsu como recordando, no había malas intenciones, solo que de repente le había venido a la cabeza.

El hermano menor, se quedó plantado en su sitio.

-Maldición...

Su aura se volvió oscura y deprimente.

-¿Acaso lo olvidaste? Totty~- se relamió Ichimatsu con sorna.

-Aaaaaaaah!!!!-gritó, agarrándose la cabeza con ambas manos-Es culpa suya, tontos hermanos.

Matsuno sensei!!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora