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El sábado por la mañana mis padres se fueron a comprar con mi hermana, me volví a quedar sola. Puse un CD y dejé que la música inundara toda la casa, me tumbé en el sofá y empecé a leer -esos momentos son los que me ayudan a olvidarme de todo, los que me ayudan a seguir-.

Unos minutos más tarde llamaron al timbre y corrí a abrir.

Al otro lado de la puerta había un chico, de unos 18 años, me quedé enbobada mirando sus profundos ojos azules y el pelo, negro y rizado.

-¿Quién eres tu? -preguntó-.

-¿No crees qué eso lo tendría que preguntar yo?

-Harry, encantado ¿y tú eres?

-Em...si...______.

-Que nombre más raro, me gusta.

-¿Gracias? ¿Y se puede saber qué querias?

-Ah, tu madre no te lo habrá dicho, me invitó a comer hoy.

-Pues no, no me lo ha dicho -En ese momento me di cuenta de que llevaba los pantalones cortos y la camiseta de tirantes (bastante ajustada) del pijama-.

-Que no me invitas a pasar.

-¿Cómo se qué no eres un asesino en serie o algo parecido? -puso cara de sorpresa- anda pasa-dije mientras me apartaba un poco de la puerta-.

Entró riéndose y se giró hacia mi haciendo una mueca.

-Con que Imagine Dragons.

Se me había olvidado por completo la música.

-Me encantan -dijé y subí corriendo las escaleras- sientate si quieres voy a cambiarme.

Me senté en el borde de la cama y respiré profundamente, noté que tenía las mejillas ardiendo. Acabé escogiendo unos vaqueros y una camiseta básica, me cepillé un poco el pelo -Oscuro y ondulado-. Bajé a los pocos minutos y vi a Harry mirando el libro que estaba leyendo antes de que llegara.

-Mis padres llegarán pronto, o eso creo.

-Tranquila estoy bien.

"Ya lo veo" -pensé, y noté que me ruborizaba-.

Me senté en el sofá y el se sentó en la otra punta, el silencio era bastante incomodo. Al rato Harry preguntó:

-¿Y qué estudias?

-Aún voy al instituto...¿tu estudias?

-Bellas artes -En ese momento vi que llevaba un tatuaje en el biceps.

La puerta de entrada se abrió y aparecieron mis padres y Nerea. 'Gracias a dios' -pensé-.

-Harry veo que ya conoces _____ -dijo mi madre mirándome- ¿has sido simpática?

-No mamá, he sido un orco -le mostré la sonrisa más forzada del mundo-.

-Si, ya lo veo.

-Tranquila señora, su hija ha sido muy atenta -concluyó Harry-.

-'Que pelota' -Dije para mis adentros-.

Cuando la comida estubo lista nos sentamos todos en la mesa -Harry enfrente mío-. Todo fue igual de aburrido que siempre y solo me interesé en la conversación cuando mi madre centró la atención en mi:

-_____ es muy cerrada, casi no habla con nosotros, no tiene amigos y...

-¿Sabes qué estoy aqui mismo no?

-Ahora no me vayas a decir que es mentira.

-A mi me ha parecido muy simpatica -dijo Harry y me guiñó un ojo-.

Hice cara de asco y empezó a reirse.

-Y no se mueve, no hace nada de deporte, está todo el día encerrada en su cuarto escuchando esa música.

-Yo salgo todas las mañanas a correr -explicó Harry- si les parece bien _____ podría venirse conmigo

-No gracias -dije mientras me cruzaba de brazos-.

-Si, si que iras _____, tienes que hacer deporte, mañana mismo empezarás.

-Pero...

-Nada de peros, correras con Harry-concluyó mi padre-.

La única que parecía disfrutar de la comida es Nerea. Cuando acabamos mi padre y Harry hablaron de fútbol, mi madre y Nerea recogieron la mesa y sacaron el postre y yo finjí tener sueño para poder irme a mi habitación.

-Ves lo que decía, todo el tiempo en su habitación.

-Adiós _____, mañana a las 7:00 pasaré a por ti -No me explico como está tan contento-.

-Si... -Subí corriendo y me puse los cascos-.

Seamos algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora