Seamos algo

6

Me separo un poco y lo miro a los ojos, los tiene tan brillantes que duelen y suelto una risita, no puedo quitarme la sonrisa de la cara. Seguimos besándonos bajo la luz de la luna, es tan perfecto. Le acaricio el pelo con las manos y el me coge por la cintura, acercándome más a él, puedo notar su corazón acelerado. Todo son caricias y suspiros.

-_____... -gime-.

Al oir mi nombre pierdo el control y me siento a horcajadas sobre él. Nuestros labios vuelven a juntarse. Su lengua recorre mi boca.

Cuando porfin nos separamos me noto las mejillas ardiendo y los labios hinchados -Prefiero tener los labios hichados que los ojos-. El también parece agitado por la excitación del momento. Le miro a los ojos y suspiro, no puedo creer que mi primer beso haya sido con el. Empiezo a reirme.

-¿Qué pasa?

-Ha sido mi primer beso -Digo susurrando-.

-¿De verdad? pues no lo parecía -Tiene una sonrisa radiante, los dientes blancos y perfectamente alineados...le queda tan bien- Has estado espléndida.

-Pues gracias -me inclino y le doy un beso rápido en los labios-.

-No quiero volver a verte llorar, cuéntame que te pasaba.

-No lo sé, estaba sentada en el banco y empecé a llorar -miento, no quiero que el también se preocupe-.

-¿Y qué hacias aquí fuera tan tarde?

-No queria estar más en mi habitación, necesitaba salir.

-Y tus padres no...

-Mis padres ni siquiera se habrán dado cuenta de que he salido -le interrumpo- La verdad es que no me apetece hablar de ellos.

-Esta bien, ¿Y qué piensas hacer ahora? -bromea- ¿Quedarte en este banco o irte a dlrmir debajo de un puente?

-Ese era el plan, hasta que llegaste tu claro.

Se pone serio y me besa de nuevo.

-¿Qué te parece si te quedas a dormir en mi casa?

-No, da igual, ya me buscaré lo que sea.

-No digas tonterías, pasa la noche en mi casa, puedes volver cuando quieras a la tuya.

-Si vale...-Estoy muy nerviosa-.

Nos levantamos y vamos hacia su casa, el también parece nervioso -O eso creo-.

Ya está muy oscuro, pero su casa sigue siendo igual de bonita, los dibujos sobre el escritorio, ese olor a café...

-La habitación está arriba, yo dormiré en el sofá.

-No, no puedo, quiero decir, es tu casa, yo soy la problemática, yo dormiré en el sofá.

-Ni lo sueñes y tu no eres un problema, eres todo lo contrario -Me ruborizo, como no-.

-No puedo dejar que duermas en el sofá por mi culpa.

-Bueno, última propuesta, tú vas a dormir en mi cama, así que...¿Quieres qué duerma contigo? -Parece nervioso-.

-¿En la mima cama?

-Ese es el plan

-Es que...bueno...es que...soy virgen -Solo decirlo me doy cuenta de lo idiota que ha sonado-.

-Dios _____ no, no te pienso tocar -Parece sorprendido, aunque creo que también se está divirtiendo-.

-Ah...vale. -¿En qué estaba pensando?-.

Subo las escaleras detrás de el y me sorprendo al ver la parte de arriba de la casa, una cama de matrimonio preside la estancia y las paredes son oscuras, hay una puerta -Supongo que el baño- y unos grandes ventanales. Um, me gusta -pienso-.

-Si quieres puedes usar una camiseta mia como pijama -dice mientas abre el armario-.

-Eh, si gracias.

Entro en el baño para cambiarme y me asusto cuando me veo en el espejo, de tanto llorar se me han hinchado los ojos y estoy realmente horrible.

Me quito los pantalones y la sudadera. Me dejo puesta la ropa interior y me pongo la camiseta, que me queda como un saco... como un vestido, no está tan mal. Me arreglo un poco el pelo y me lavo la cara.

Cuando salgo veo que Harry lleva puesto solo el pantalón del pijama, que le cae justo en las caderas. Tiene los abdominales perfectamente marcados, los brazos... Está en forma sin duda. Y me doy cuenta de que no solo tiene un tatuaje en el biceps, sino que también lleva uno a la altura del corazón, en el pecho, me encanta.

Me siento en la parte derecha de la cama y el hace lo mismo en la parte opuesta. Estoy muy nerviosa.

-Bueno dormimos o que -pregunta-.

-Claro, jajaja -Vale, estoy muy muy muy nerviosa-.

Nos metemos en la cama y Harry nos tapa a los dos con la sábana, está tan fresca y huele tan bien que da gusto.

Hay un silencio incomodo.  Es la primera vez que duermo con un chico y no con uno cualquiera. Nunca había sentido esto por un chico, nunca había dependido tanto de alguien.

-Si que vamos rápido -bromea (porfin)-.

-No seas tonto -digo riendo-.

-¿Con que virgen eh?

-Buenas noches Harry.

-Buenas noches _____. -dice sonriendo-.

Me duermo con una sonrisa en el rostro y con el calor de Harry a mi lado.

Cuando me despierto noto que algo me coge por la cintura;Harry. Está tan mono cuando duerme, tiene los labios entreabiertos y el pelo enmarañado. Le aparto la mano y me dirijo al baño, cuando salgo ya está despierto.

-Oh, lo siento, no queria despertarte.

-Tranquila no has sido tu, ya es tarde.

Tiene una amplia sonrisa.

-Buenos días preciosa.

-Hola -digo riéndo-.

Me acerco a el y me siento a su lado. Me besa y yo se lo devuelvo.

-Me ha encantado dormir contigo -dice-.

-Y a mi -admito-.

Bajo a preparar el desayuno mientras él está en el baño. Acabo decidiéndome por un revuelto y un zumo de naranja.

-¿También sabes cocinar? Me encantas

-Hombre cocinar, lo que se dice cocinar... -digo bromeando-.

El desayuno pasa entre risas y conversaciones perfectas y odio el momento de tener que volver a casa.

-Espero volver a verte pronto _____.

-No quiero irme.

Me da un beso, largo y suave.

-Ahora aún quiero irme menos.

En casa todo sigue igual, ni siquiera saben que he pasado la noche fuera.

-Si que has madrugado.

-¿Has ido a correr _____? -pregunta mi madre-.

-Em... si mamá, voy a ducharme.

Duele que ni se molestaran en ver si estaba bien, si estaba en mi habitación, pero daría lo que fuera por volver a estar con Harry.