9

46 3 0
                                    

Pasan los días y no hablo con Harry,  ni siquiera le veo. Estoy destrozada y me siento una tonta. Me paso el día durmiendo y lo único que quiero es que cuando me despierte Harry esté a mi lado. Pienso en él todo el tiempo, cuando no puedo dormir y deseo que me abrace, cuando me siento tan sola que duele…

Julia es la única persona con la que puedo hablar, pero no quiero, hacemos como si no hubiera pasado nada pero las dos sabemos que no es así.

El Jueves me despierto en mitad de la noche, gritando y toda sudada, una pesadilla, una detrás de otra. Me había sentido mal muchas otras veces, pero nunca antes así.

Al día siguiente llaman a la puerta. Mis padres están trabajando así que en casa solo estamos mi hermana y yo.

-Abre tu Nerea.

-Voy -Se levanta del sofá-.

-Si preguntan por mi no estoy.

-Pero...

-Sea quien sea, no estoy -Y me subo a mi habitación-.

A los pocos minutos mi hermana entra en mi cuarto.

-Era Harrt, el vecino.

No puede ser. Bueno, seguro que ha venido a hablar de algo con mi madre. No quiere verme, me odia y no hace mal, yo también me odio.

-Preguntaba por ti, parecía preocupado.

No digo nada.

-¿Qué hay entre vosotros? -Pregunta-.

-¿Qué? Nada -No puedo decirlo en voz alta y las lagrimas aparecen-.

-_____ tranquila, cuéntamelo -Me sostiene la cabeza en su regazo y me acaricia el pelo-.

No puedo mentir a mi propia hermana. Se lo cuento todo -Evitando algunas cosas-. Y me derrumbo.

-Quería verte de verdad, deberías hablar con él.

-No puedo, lo he estropeado todo.

No hay nada ni nadie que me distraiga aunque Julia intenta animarme.

-Hoy toca sesión de cine y palomitas.

-No tengo ganas.

-Pues claro que si.

Vemos una película de terror -Nada de amor- y acabo contándole lo ocurrido con Harry esa misma mañana.

-Te digo lo mismo que tu hermana, habla con él, hasta tu hermana pequeña sabe más de chicos que tu.

-Eres de mucha ayuda, de verdad.

-Ya sabes lo que quiero decir -Protesta mientras se mete un puñado de palomitas en la boca-.

No me atrevo a hablar con él aunque en el fondo se que que quiero hacerlo. Unos días más tarde mi teléfono suena y el nombre de Harry aparece en la pantalla. Lo cojo.

-Hola.

-Hola _____.

Silencio.

-¿Podemos hablar? -pregunta-.

-¿Qué se supone qué estamos haciendo ahora?

-En mi casa, porfavor.

-No.

-Porfavor.

-Esta bien, pero solo cinco minutos.

-Vale… esto, adiós.

-Adiós.

Me pongo lo primero que pillo, les digo a mis padres que he quedado con Julia y salgo a la calle. Ya es de noche y hace bastante fresco. Llamo al timbre de la casa de Harry y espero.

Cuando abre lo veo, está guapisimo, mucho más guapo que la última vez que lo vi -O eso creo-. Lleva unos vaqueros y una sudadera.

-Gracias por venir, pasa.

Entro y todo está como lo recuerdo, voy directs al escritorio y miro los dibujos. Todos nuevos, aunque en los que más me fijo son en los retratos de una chica.Yo.

-¿Esta soy yo? -pregunto.

Asiente.

-Me encantan -parece más tranquilo-. He sido una tonta, lo siento.

-No, la culpa es mia, tendría que habertelo explicado todo en ese momento.

-Yo lo hice todo, me porté como una niña.

-Nunca he estado enamorado.

Lo sabía, sabía que todo era mentira.

-Hasta que te conocí -continua- y cambiaste mi vida. Te quiero _____. No he dejado de quererte ni un minuto, ni un segundo, cuando me abriste la puerta con ese pijama y ese mal humor, sabía que te quería.

Empiezo a llorar.

-No, no, deja de llorar-Me seca una lágrima de la mejilla-.

-Te quiero -digo-.

Seamos algoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora