Capítulo 24

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Tatiana Moore (Pov)


Martinelli Enterprise Inc.

Sala de juntas


-Samuel Smith -me congelé completamente al escuchar su nombre. Alex me miró extrañada-

-¿Amor? -la voz de Alex hizo que me descolgara del shock-

-Lo siento, estaba pensando en bobadas -me disculpe con el hombre- un placer, Ángeles Moore -Alex arrugó el entrecejo por la manera en que dije mi nombre. Le sonreí al hombre lo más creíble posible y el hombre sonriendo asintió-

-Bueno señor Smith. Mi mano derecha, la Sra. Dimittri me informó que quería usted hacer remodelaciones en este lugar.

-Claro señora Martinelli, aquí tiene lo que tengo pensado hacer con esta hermosa sala -extendió unos planos y documentos a mi ojiazul-

-Vale, les echaré el ojo hoy en la noche y mañana le diré si tiene el visto bueno o no. Por momentos debo dejarle pues tengo una reunión familiar. Hasta luego Sr. Smith.

-Hasta luego señora Martinelli y hasta luego Señorita -sonreí asintiendo en despido y tomando la mano de mi novia-

Salimos de la sala camino hacia el ascensor privado, yo venía en silencio. Estaba pensando en ¿cómo les diría a Juli y a Mari que había encontrado al hombre que sabía el paradero de su hija? Suspiré siguiendo a mi novia al carro. Los trabajadores siempre fijaban las miradas en nosotras, pues la señora Martinelli nunca había sido vista con una mujer de la manera en que ella estaba conmigo.

-¿Sucede algo Ángeles? -preguntó Alex abriendo la puerta de su auto y sacándome de mis pensamientos-

-No o bueno sí pero es complicado -mordí mi labio ganándome una mirada de confusión por su parte. Al tomar asiento trancó mi puerta para luego caminar a su puesto-

-¿Me dirás que sucede o lo tengo que sacar a juro? -me miró seria y odiosa haciéndome respirar profundo-

-¿Recuerdas la historia que te conté sobre la hija secuestrada de Marie y Juliet? -asintió mientras sacaba el carro del estacionamiento y mantenía su mirada seria y malhumorada al frente- ¿Recuerdas el último hombre que la vio? -volvió asentir- Es él. -frenó de golpe el carro girando su rostro a donde estaba yo en una expresión de desconcierto y sorpresa-

-¿Segura? -asentí-

-Sí, miré unas fotos de él. Estoy segura que es el lele -comencé a morder mis uñas nerviosa. Alex solo hizo silencio y botó un aire profundo, se dignó a seguir manejando-

El camino venía en silencio, no sabía lo que ella estaba pensando y me molestaba. Ella nunca me decía lo que pensaba o sentía. Yo siempre me abría a ella pero ella nunca a mí.

-¿Me dirás que piensas o te lo tengo que sacar a juro? -pregunté cortante como ella lo había hecho haciendo que Alex frunciera su ceño-

-No comiences de nuevo Moore, te lo agradecería. -enfurecí-

-Vete a la mierda Martinelli -Giré mi cuerpo recto hacia al frente en el asiento y me crucé de brazo ¿Quién se creía ella?-

-Ok, me iré. Ahí no estás tú jodiendo al menos. -Respondió seca y con su rostro rojo, estaba molesta-

Los minutos restantes en el carro, vía a la casa de su madre, estuvo en silencio. Ninguna de las dos hablaba. Llegamos a nuestro destino y Alex, quien venía con el volante apretado con las manos y la mandíbula apretada aparcó el automóvil, bajándose bruscamente y tirando duramente la puerta del carro al salir, haciéndome saltar del susto. Dio la vuelta y abrió mi puerta. Era imbécil pero nunca dejaba de cuidarme. Me miró a través de su mirada oscura, cuando se enojaba sus ojos se volvían oscuros. Su mirar era frío y duro, incluso si no fuese yo, temería por mi vida.

Caminos Encontrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora