Capítulo 27

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Alex Martinelli (Pov)


Mi respiración se detuvo al ver la carroza llegar y ver como abrían la puerta.

Vi a mi latina bajar de ella.

Había personas por todos lados, pero mi vista estaba solamente postrada en esa morena de ojos chocolates que me volvía loca, al bajar de la carroza dio un giro con su cuerpo para poder caminar por una alfombra roja, haciendo que admirase que venía vestida como una princesa, mi princesa, nuestras miradas chocaron y una sonrisa se dibujó en el rostro de ambas.

Nos quedamos ahí, viéndonos, el mundo hizo silencio a nuestro alrededor o al menos para mí.

Nuestras almas se miraban sin poder contener todo el amor que se tenían, nuestros rostros lo reflejaban, acaso ¿Quién no ha tenido el placer de ver con devoción alguien que ama? Es tan tonto creer que el amor no existe, Dios mío yo lo estaba sintiendo en las venas, lo estaba probando en carne viva ¡CLARO QUE EL AMOR EXISTE! Lo que sucede en nuestra vida antes de que llegue no es amor, solo son malas decisiones o malas personas.

El amor lo probamos en cada cosa que hacemos, en cada cosa que nos hace <bien> incluso en la sensación de reír; aquí lo estaba sintiendo yo, con todo el cuerpo temblando y a punto de dejar de respirar.

Tatiana bajó la mirada, podría apostar que desde aquí tenía las mejillas sonrojadas. Volvió a subir su rostro para poder mirarme y como una princesa hizo una reverencia tomando ambos lados del vestido haciéndome reír.

El amor no son las palabras bonitas que a diario vemos en las películas, a veces amor puede ser aquella persona que te pregunta si llegaste bien o que tan solo pregunta ¿cómo te sientes? O ¡Que bien te ves hoy! Porque nadie pregunta o halaga en estos tiempos, nadie se toma un minuto para mirar al otro, para entender sus dolores, todo es <Yo, yo, yo, yo> ¿Cómo pretendemos descubrir y experimentar el amor cuando no nos tomamos el tiempo para hacer a otras personas tan importantes como lo somos nosotros? Entender esto me llevó a conocer a la morena de ojos café que a la distancia me veía con devoción, la empresa la contrató a pesar de sus impedimentos y limitaciones.

A veces estamos tan ocupados con el pasado, con los problemas, con nuestro egoísmo, nuestros dolores, estamos tan enfrascados en nosotros mismos, que de repente la vida te regala una oportunidad, te regala el que pase el amor de tu vida frente a tus ojos y simplemente no lo ves, porque estás demasiado ocupado -ciego- para darte cuenta...


Tatiana Moore (Pov)


Al llegar al lugar de destino, pude notar que había cámaras y personas por todas partes. La carroza frenó frente a una larga alfombra roja, la puerta se abrió y pude fijarme que al final de esta me esperaba Alex, mi respiración se cortó al verla vestida. Su traje beige a la medida, ceñido al cuerpo me quitaba todo lo que yo llamaba respirar, tenía una camisa blanca por dentro del traje, pero con un estilo muy fresco, pues la tenía con varios botones sin abrochar, unos zapatos a juego haciendo que sus largas y formadas piernas se vieran marcadas y apetecibles. Todo muy al estilo Alex, mi ogro encantador.

Bajé de la carroza dando un giro para atrapar a la atención de mi hermosa mujer, nos miramos cómplices, pues nos sonreímos transmitiendo toda la admiración y devoción por la otra ¡AMABA A ALEX! ¡LA AMABA CON TODA MI VIDA! Nunca pensé que el amor pudiera tocar mi puerta, pensaba que estaba infinitamente condenada al abandono, rechazo, maltrato y dolor. Pensaba ser una persona maldita que no merecía lo mejor de la vida, pero aquí estaba, parada frente al amor de mi vida, quien me sonreía como si estuviera viendo el arte más bello del universo, sus ojos brotaban admiración, y lo hacían por mí.

Caminos Encontrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora