Capítulo 7

2.1K 109 17
                                    

Abrí levemente los ojos, mientras sentía un desagradable olor a alcohol, me molestaba un poco la luz a medida que intentaba abrir mis ojos ¿Qué había pasado? ¿Dónde me encontraba ahora? ¿Qué rayos había pasado?

– ¿Tati? ¿Estás bien corazón? –Escuché la voz de Marie a lo lejos–

–Sí, me duele mi cabeza un poco ¿qué pasó? –me sentía desconcertada–

–Estás en el hospital mi niña, te has desmayado. –Susurro con voz suave– El doctor dijo que fue una baja de tensión emocional, que fue ocasionado por estar sometida bajo demasiado estrés y porque no has comido. Además del embarazo, que también influyó mucho más –dijo con una mueca de reproche– Mientras estabas inconsciente te hicieron un eco para ver cómo estaba el corazón de tu bebé y todo se encuentra bien, no sufrió daño; tienes exactamente 3 semanas –dijo en tono alegre, mientras acariciaba mis cabellos en forma maternal

– ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? –Pregunté sin entender mucho lo que me dijo, todo me daba vueltas– Tengo hambre, me provoca una pizza extra–familiar –dije haciendo puchero haciendo que Mari riera–

–Alrededor de 3 horas y media según mi reloj –respondió mientras veía la hora– ¿tienes antojos? –Preguntó riendo– Juliet cuando salió embarazada de nuestra hija Sofía tuvo un extraño antojo de comer yogurt con salsa de tomate –relató la mayor con cara de asco haciéndome reír–

–Yo aún no he tenido antojos, pero si tengo ansiedad de comer ciertas comidas, pero la pizza con todos los quesos que existan siempre ha sido una de mis comidas favoritas –respondí de nuevo con puchero– ¿Qué hora son? ¿Y Juli? –dije recordando la razón por la que me había desmayado–

–Sigue sedada, le darán la alta mañana depende de cómo se encuentre. Es la 1:45 de la madrugada ¿quieres que vaya por un poco de pizza pequeñita? –Preguntó en tono pequeño mientras pellizcaba mi mejilla–

–No quiero molestar, mira la hora; mejor déjalo. Mañana comeré algo –dije un poco sonrojada, sentía mucha vergüenza por estar abusando–

–Patrañas, estás embarazada, sé que es eso. Mi esposa tuvo 2 embarazos, en el cual en ambos casi salgo muerta –Abrió sus ojos en manera de susto– Una locura. –Negó con la cabeza riendo– Por cierto, Juliet se levantó ahorita preguntando por ti. En lo que te recuperes y puedas levantarte; ella está en la habitación 110 esperando para hablar contigo, para que sepas. Ya vengo mi niña –dijo para luego besar mi frente e irse sin dejarme tiempo de refutar o impedir que se fuera–

¿Dos embarazos? me pregunté, mientras intentaba incorporar mi cuerpo en la camilla. Y una hija desaparecida volví a pensar, mientras mordía mi labio inconsciente.

– ¿Cómo se siente señorita? –Entró el doctor haciéndome saltar ligeramente del susto–

–Un poco mareada pero mejor –Pasé mi mano por la frente– ¿El feto está bien cierto? –Pregunté con temor–

–Sí, fuerte y sano –me sonrió el doctor– por cierto, un placer mi nombre es Augusto, médico de emergencias Ginecobstetra por la madrugada y pediatra por las tardes –dijo extendiendo su mano–

–Hola, mi nombre es Tatiana –Acepté su saludo, tímida

–Me han dicho que, en lo que me digas que te sientes mejor, permita que te lleven a donde se encuentra la Sra. Juliet –me sonrió–

–Me siento como gelatina –solté una pequeña risita haciendo que el Doctor riera conmigo–

–Entonces solucionaremos aquello cediéndote una silla de ruedas, estás débil. –Dijo mientras hacía una mueca de desaprobación– Antes de hablar con la Sra. de Aguilar debería primero comer algo ¿usted almorzó en el día? tan siquiera ¿cenó? –Dijo interrogante mientras levantaba una ceja–

Caminos Encontrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora