Epilogo cap - 1

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Narrador:

- Tengo miedo Lauren... - dijo Camila con lágrimas en los ojos, tratando de respirar profundamente para calmarse.

- Te amo Camz, solo quiero que seas feliz – murmuraba la ojiverde acariciando con la punta de sus dedos el abdomen de su ahora esposa – sé que tienes miedo, pero vamos a ser cuidadosas – continuaba utilizando un tono dulce y esta vez dejando besos debajo del ombligo de Camila, sintiendo como las manos de la morena se hundían en su cabello, la escuchaba sollozar y lo odiaba, odiaba verla llorar.

- No quiero volver a pasar por eso – intentaba concentrarse en la suavidad del cabello de la ojiverde, sentía sus besos y caricias en ese lugar que un día fue habitado por un pequeño ser que nunca pudo conocer.

- No tiene por qué suceder, te vamos a cuidar mucho... quiero una pequeña Camilita enojona y celosa – comentó ganando una risita en medio del llanto de la morena – igual de hermosa que tu... o un pequeño varoncito que tenga tus ojos... mi amor deseo tanto tener un bebé contigo...

- ¿Nunca me vas a dejar? – Preguntó de forma consentida – me voy a poner gorda – Camila poco a poco comenzaba a dejar de llorar para empezar a imaginarse embarazada, aquel ritual era algo que había estado pasando los últimos meses, Lauren insistía en tener un bebé y aunque la morena realmente lo deseaba no podía evitar recordar el aborto por el que había pasado. Definitivamente no resistiría pasar por eso nuevamente, pero los besos que su mujer dejaba sobre su vientre por las noches los calificaba de curativos.

- ♪ Me gustan grandes... me gustan gordas ♪ - la ojiverde cantó igual que moto moto en la película de Madagascar 2 - ♪ me gustan grandes, me gustan gruesas, llenitas, si, con ese algo... seguro soy y les encanto ♪

- ¡Idiota! – se quejó la morena atrayendo a la chica recostada en su abdomen hasta ella para besarla como correspondía – eres el amor de mi vida – dijo antes de chocar sus labios contra los de ella, habían pasado toda la noche haciendo el amor guardando el mayor silencio posible para no ser escuchadas por Lisandro, habían tenido cuidado de colocar la habitación del pequeño lejos de la suya, pues a veces sus prácticas sexuales se salían de control y no querían ser descubiertas por su hijo.

- Quiero ser el papa de tus bebes – bromeó Lauren tratando de romper con el momento de tensión que habían pasado.

- Yo soy la activa Lauren, yo debería ser el papa – siguió la broma.

- No eres la activa... eso lo sabe todo el mundo

- Todo el mundo piensa eso, pero sabes que no es verdad, eres mi preciosa pasiva, siempre lo has sido – se jactó Camila conteniendo una risita.

- Soy lo que quieras, pero tuya... – dijo acurrucándose en el pecho de la morena, sintiendo sus delgados brazos envolverla, dejándose caer presa del cansancio por las largas horas que habían dedicado a hacerse el amor – vamos a dormir... son las 4:00 am, Lisandro se levanta en 3 horas... prométeme que lo vas a pensar... - pidió refiriéndose al asunto de tener un bebe.

- Lo prometo amor... descansa, yo te cuido – susurró Camila con mil pensamientos en la cabeza, muchos tristes y dolorosos, pero otros ilusionados y entusiastas ¿Qué se sentiría que un bebe pateara su estómago? ¿Se parecería a ella? ¿Sería un niño? ¿Se llevaría tan bien con Lauren como Lisandro? ¿Lisandro lo amaría como un hermanito...?




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Por fin los epílogos (1/6)

Venganza: Te Odio... Te Amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora