Capítulo 17

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Narra Camila

Otro día más de trabajo, otro día más en el que Logan no se ha comunicado conmigo y Lauren no responde mis mensajes o mis llamadas. Tal vez me lo merezco, por tratar de querer tener todo al mismo tiempo, pero el tiempo es precisamente lo que está en mi contra, pronto todos se darán cuenta de lo que está pasando y espero tener resuelto al menos un asunto antes de que eso pase.

- Aquí por favor – le dije al chófer del Uber indicándole que se detuviera, le pague con un billete grande y le pedí que tomara el cambio, creo que él lo necesita más que yo para comprarle esa mochila de Fifth Harmony a su hija, al menos parecía muy preocupado por eso en la charla que tuvimos de camino a J&C.

Creo que la suerte no está en mi lado, mi coche no encendió por la mañana, porque claro cuando las cosas están saliendo mal vienen una tras otra. Primero mi prometido está perdido en no sé dónde, probablemente odiándome por haberle dicho que conocí a alguien más, no quiero ni imaginar cuando rompa nuestro compromiso... él es un buen hombre, bastante sensible, sé que no será fácil para el entender que no puedo continuar con esto... por otro lado está mi ¿amante? Creo que esa palabra es horrible para describir a mi Lauren, que también parece estar ignorándome con todas sus fuerzas, estoy pensando seriamente en visitarla en su trabajo. Sí. Estoy bastante desesperada por saber qué está pasando, por saber si lo que me dijo Dinah es verdad y ella está actuando por despecho.

Después están los asuntos legales, los malditos proveedores queriendo imponer una multa por tratar de romper el contrato, pagar esa suma de dinero dejaría prácticamente en la quiebra a la empresa, no pagarla haría que eventualmente también quebráramos por los altos costos de producción.

- Hola, ¡Buenos días señorita Cabello! – me saludó aquel pequeño que solía vender cigarros al entrada de la empresa, su padre es un maldito alcohólico que no le interesa nada más que seguir bebiendo y solía forzarlo a trabajar para sacar dinero y mantener su vicio.

- ¡Hola Lisandro! –le respondí con una sonrisa, entre tantas cosas malas él es mi rayito de luz - ¿qué te paso en el ojo? – pude notar una gran sombra morada detrás de los mechones de cabello que le cubría parte del rostro.

- Ayer de regreso a casa muy rápido en mi bicicleta, no me di cuenta que se me había caído el dinero y mi papa se enojó – comentó el muy calmado, no era la primera vez que lo veía con golpes y eso me apretaba el corazón. Tan sólo tiene cuatro años y su padre es una bestia sin escrúpulos.

- Acompáñame a desayunar ¿Te parece? – le pregunté amablemente.

- Pero tengo que vender los cigarros – dijo con temor, probablemente pensando en el castigo que le aplicarían al llegar a casa sin el dinero suficiente para una botella de vino.

- ¿Sabes? Nunca hago esto pero dejare que los vendas adentro ¿Ok? – le propuse. Lisandro era un pequeño bastante orgulloso, varias veces le ofrecí billetes para evitar que tuviera que trabajar, pero él se negaba, incluso lloraba con tal de que yo desistiera, por lo que lo dejaba vender a la entrada de la empresa y obligaba a los trabajadores a comprarle cigarros – quien sabe, tal vez hoy Alejandrito acompañó a Dinah.

- ¡Esta bien! – respondió con una gran sonrisa, mi amiga y su hijo le caían bastante bien, no era la primera ni será la última vez que desayune conmigo. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando el pequeño tomo mi mano

¡Como deseo que sea mi hijo!

Me enamoré de él desde la primera vez que lo vi hace casi un año saludando tan educadamente a su corta edad en este mismo lugar, me di cuenta que era un niño completamente dulce, amable e inteligente. Demasiado maduro por los golpes que le ha dado la vida aun siendo tan pequeño.

Venganza: Te Odio... Te Amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora