Capítulo 6.

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-¡Zayn, mi amor! ¿Por qué no me dijiste que te ibas? Me preocupé por ti.-Lo regaño, Louis rió por lo bajo.

-Mira, él es mi novio Liam.-Lo presentó al ojiazul y él le sonrió. Se levantó y saludo con un pequeño apretón de manos.

-Gusto en conocerte.-Se detuvo y miró a Zayn.-En conocerlos. Me llamo Louis.-También le extendió su mano.

-Quizá podríamos vernos después.-Sugirió el morocho.

-Creo que eso le molesta a tu novio.-Miraron a Liam, quien estaba notoriamente celoso. Zayn rió y después lo besó dulcemente.

-Te amo, Li.

-Yo te amo más.-Louis observó incómodo.

-Lo siento.-Mencionó el moreno sonrojado.-¿Puedes darme tu número de teléfono?-Sacó su celular del bolsillo y se lo dio a Louis. Él rápidamente lo escribió para después regresárselo.-Gracias. Espero vernos luego.

-También yo.

-¡Adiós!-Zayn y Liam dijeron al mismo tiempo y después se fueron de ahí tomados de la mano.

Inconscientemente también rió el mayor.
Ya no había nada más que hacer, así que comenzó a caminar en dirección contraria que Liam y Zayn.
Ya no se sentía triste, aunque obviamente aún dolía, quizá, llorar sí funcionaba, no te sentías renovado como si nada malo hubiera pasado, pero ya no te sentías tampoco triste. Nada haría que Louis dejará de sonreír, por eso, ahí estaba, con su hermosa sonrisa. Todo pasa por algo, eso servía para que aprendiera a no tomar decisiones apresuradas, pueden ser buena idea cuando es algo como invitar al chico o chica que te gusta a bailar, o de igual forma invitarle al cine, pero no algo grande, mucho menos aceptar casarte. Las mamás siempre tienen la razón y siempre comprendía eso Louis hasta que ya había cometido los errores.
El chico, estaba caminando en círculos, a propósito porque no quería perderse en el inmenso lugar.
Esperaba que Harry llegara sin tener que llamarle, pero el cielo ya oscurecía y no pasaba nada.
No lo llamó, pero sí entró a la camioneta por su suéter que había comprado y que por suerte no lo había sacado.
Las estrellas comenzaban a ser visibles, al parecer era lluvia de estrellas.

-Louis, te doy permiso de pedir un deseo. Gracias, Louis.-Se dijo a sí mismo.-En realidad no sé que pedir. No, Louis, sí sabes. Bien, sí. Desea comida. Sí, de esa la hay, aunque no sé que trajo Harry. Entonces pide ir a casa. Sí, pero a mí casa, donde crecí y sí me quieren. Louis, olvida las cosas malas, pide eso. No, ya tengo. Deseo querer a quien me quiere y no a quien no le importa. Eres un tonto enamorado. ¿Qué te pasa? No estoy enamorado.

Busco la canasta que habían llevado y miró en su interior, eran cupcakes con varias fresas, además una botella de la que parecía ser agua de sandía. Perfectamente envueltos, un par de sándwich.
También había caramelos, de los que comió algunos, para después tomó un sándwich y el agua.

Debió haber admitido que todo había quedado delicioso, más cuando obviamente tenía hambre, pero no había con quien seguir hablando, y aunque estaba su otro Louis; no lo hizo.
Busco en su celular el número del rizado, pasó su dedo por la pequeña pantalla del celular, pensando en llamarlo, pero al final no lo hizo. Se acostó en el sillón, con sus manos juntas debajo de su cabeza, el sueño vino rápido a él.

-¡Mi cabello!-Gritó e inmediatamente Louis despertó. Harry abrazado a su cuerpo.

-Lo siento.-Quitó el brazo que estaba aplastando sus rizos.-¿Qué hora es?

-Probablemente las 4 o 5.-No lo soltó ni siquiera un momento, en cambio, hundió su cabeza en el pecho del mayor, quien miraba su celular.

-Son las 2 a.m. Tenemos que irmos.-Se sentó, cuidando en no lastimar a Harry.

-¡No! Tengo sueño.-Lo regresó a su lado, esta vez, lo aferró a él, tan fuerte.

-Dame las llaves, yo manejo.-Quitó las manos que lo rodeaban la cintura. El menor hizo un puchero, que la oscuridad disimulo.

-Mañana nos vamos, por favor, Lou, necesito abrazarte.-El mencionado negó repetidamente, no quería llorar de nuevo.

-No puedes hacerlo en serio. ¿Esa es tu forma de pedir perdón?

-Algo así. ¿Funcionó?-Nuevamente negó y se fue a los asientos traseros.-Louis...ven acá.

Hizo caso omiso y Harry se resignó. Ambos durmieron.

Cuando los pequeños ojos azules miraron a su alrededor observó que el rizado aún se encontraba dormido, como era de esperarse, claro. Moría de hambre, pero desgraciadamente ya no había nada en la canasta, no tuvo de otra que salir a buscar algo, creyó por un momento que podría perderse. A lo lejos de donde se encontraba había una sombrilla, supuso que era un puesto de comida. No se equivoco.

Su delicioso desayuno fue un par de Hot-Cakes con nutella, cuando caminaba de regreso, se encontró con la gran cascada frente a sus ojos, vaya que era enorme. La agua tan clara que se podía ver a través de ella.
No había nadie nadando, ni tampoco a los alrededores; aunque lo dudo, la ropa que llevaba puesta cayó al suelo.
Antes de entrar al lago dejó su ropa sobre una roca cerca, para poder vestirse si algo ocurría.
Louis se sentía extremadamente relajado, era ¿paz interior?
Poco a poco se fue acercando a la cascada, hasta que la cruzo.

En los cuentos de hadas habría otro paraíso, árboles mágicos, pequeños duendecillos amigables, todo de colores. ¡Pero no, Louis! Es la vida real, ¿no se te ocurrió que habrían miles y miles de chicos entrenando su deporte favorito?

Las risas comenzaron apenas un segundo, el castaño regresó inmediatamente, tomó su ropa lo más rápido posible y la vistió. Corrió en busco de Harry, por suerte aún estaba en la camioneta, comiendo lo que parecía ser una hamburguesa.

Ambos se miraron un segundo sin decir nada.

-Te compré una.-Le extendió una cajita feliz y Louis no evito reír.

-¿En serio?-Miró el contenido.

-¡Tiene los juguetes de My little pony!

-Bien.-Suspiró.-Come tú. Yo ya lo he hecho.

-¿Por qué fuiste sin mi?

-Estabas dormido, no quería despertarte.

-Y...¿sólo fuiste por comida?

-Emm...sí, bueno...no.-Cerró la puerta y observó a través de la ventana.-Llegué a la cascada.

-¿Entraste?

-Sí.-Miró confundido al rizado.-¿Por qué las preguntas?

-¿Cómo entraste?-Ignoró su pregunta.-No traes más ropa.

-Sí, lo sé. Entré desnudo.-Se encogió de hombros, como si no le hubiera importado.

-Oh.-Hizo una mueca y levantó una ceja.-¿Fue con el que estabas ayer?

-¿Ayer? Creí que te habías ido.

-Lo hice. Pero regresé. Los vi platicando y creí que necesitarían estar solos.-El ojiazul pasó ambas manos por su rostro, restregándolas, intentando mantener la calma.

-¿Tienes algún problema? Harry, realmente creí que podríamos continuar nuestras vidas, como si no estuviéramos casados.-La tranquilidad con la que mencionó aquéllo lo dejó sorprendido.-Y ayer tú me demostraste que serías el primero en continuar tu vida. Me parece bien, no te culpo. Estando en tu lugar también lo haría. Prometo que no te daré más problemas, mejor amigo, Harry.

Y sin algo más que responder permaneció en silencio. Creía haber sido grosero, pero a comparación de lo que fue Harry con él...había sido malditamente pulcro.
Lo que realmente le dolió fueron sus últimas palabras, tanto como a él como al rizado.
El ojiverde no sabía realmente que habían causado en él, no sabía por qué. Había dicho que no le correspondería a Louis, ¿A caso mentía? No, eso tenía que ser imposible, conocía sus sentimientos, o tal vez, ellos no lo conocían a él.

Querido Harry, me temo que no has escuchado la frase que dice: "La venganza es dulce." Porque de ser así, debes saber perfectamente a que se refiere.

Muy corto, lo sé y lo siento.
Espero les guste.




















friENDs [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora