Capítulo 12

62 4 28
                                    

Harry apartó la vista del azul en el que de pronto comenzaba a ser tan adictivo. Quizá mentía pero quizá no, no quería descubrirlo por sí solo.
Su mirada fue inconscientemente llevada hasta abajo, donde sus manos se encontraban sonteniendo con tanta delicadeza las de Louis. Eran suaves y pequeñas. Las quería así por el resto de sus días, pero por alguna extraña razón lo sintió un tanto incómodo, no por él, si no por el castaño. Retiro sus manos y con mirada en el piso caminó hacía donde la camioneta ya los esperaba desde ya hace algunas horas.
Louis claro que lo siguió, al principio creyendo que sólo estaba jugando, pero al llegar y subir al vehículo nada cambió. El rizado en absoluto silencio y mirada al frente, no se limitó siquiera a mirarlo.
Comenzó a conducir, sin duda alguna fue el peor trayecto en el que jamás estuvieron. No sabía a qué se debía el comportamiento de Harry, pero eso lo estaba desesperando tanto, aún así, no sijo ni una sola palabra.

Cuando Louis observó la casa a tan sólo unos metros suspiró y bajó. Llevaba esperando un buen tiempo aquella vista, la incomodidad salió junto con él y tomó un rumbo diferente. Harry en cambio bajó hasta que se aseguró de que su esposo ya había entrado a casa.

Sacó la nieve de la nevera. Un delicioso helado de fresa no estaría nada mal en estos momentos.
Sirvió en dos copas, con un par de galletas en ellas. Una vez que guardó todo en su respectivo lugar, regresó a la sala, ahí tomó asiento y comenzó a comer su nieve.
Sobre la mesa estaba el móvil de Louis, dio un rápido vistazo y una nueva cucharada de nieve fue hasta su boca.

"Las pupilas revelan nuestros gustos."
-Si lo que contemplamos es algo que nos gusta o que nos agrada, nuestra pupila aumentará hasta tres veces su tamaño.-"

Una pequeña silueta se paró frente al rizado, con sus manos en la cintura y ceño fruncido, intimidando con aquél pequeño golpe que hacía con su pie rítmicamente.

—Lo-Louis.—Tartamudeo notoriamente nervioso. Dejó a un lado el celular y sostuvo firmemente la mirada del castaño.

—No pudiste entrar a mi habitación por ropa ¿pero si puedes tomar mi celular?—Quería que Harry le temiera, pero sabía que eso sería imposible. En ese caso él le tendría miedo a Harry.

—Oh, yo...emm...L-Louis. Sólo quería s-saber la hora.—Y justo cuando comenzaba a creer que Harry podría intimidar a cualquiera comenzó a tartamudear.

—¿Dónde está el tuyo?—Tosio para intentar ocultar que quería reír.

—Te traje nieve. Pensé que quizá te gustaría hacer una pijamada.—Se encogió de hombros y tomó la copa que contenía la nieve intacta.

—Harry...—Miró su celular y soltó una pequeña risa.—Sí, tus pupilas en verdad estaban dilatadas. Pudiste haberlo buscado en el tuyo.

—¡Yo no lo busqué!—Chillo como un bebé reclamando su juguete favorito.—¡Tú lo buscaste!—Continuó comiendo su nieve, al mismo tiempo en que ésta se embarraba en su nariz, logrando verse tan adorable.

—Harry, no creo que el entrenador este tan feliz con que comas eso.

—No me importa, es nieve.

—Como quieras, pero creo que deberíamos reemplazar la comida chatarra.—Se sentó en el sofá al lado del ojoverde y cerró sus ojos, hasta que algo se le ocurrió.—Vamos al supermercado.

Y sí, las palabras quedarin volando en el ambiente, ni uno pretendía atraparlas. Los minutos fueron largos, sus cuerpos se sintieron tan cansados y cuando menos lo pensó, Harry se encontraba recostado en el pecho de Louis, respirando ambos al mismo ritmo.
El castaño hizo algunas caricias en el cabello rizado que reposaba al mismo tiempo en el, con sus párpados cerrados.
El tiempo comenzo a pasar, mientras ellos seguían en el mismo momento, probablemente pasaron hasta horas, pero se mantuvieron así cuanto tiempo quisieron. No había nada importante que hacer, sus vidas se basaban en aquello, si no fuera por el gimnasio, estuvieran únicamente desperdiciando tiempo, el cual probablemente en algunos años más extrañarían.
Cuando sus rodillas duelan y sus dientes se caigan. Ahí se darán cuenta del valioso tiempo que dejaron ir. Pero sinceramente a ni uno le importó aquello, se tenían el uno al otro y eso era lo único que querían.

friENDs [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora