Capítulo 7.

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La última semana había transcurrido muy rápido. Como un simple abrir y cerrar de ojos, claro, con alguna molesta pestaña en ellos.
Harry literalmente le había llorado a Louis para que no se fuera.

—¡Enano, no te puedes ir!—El más bajo lo miró ofendido. Harry cerró la puerta con llave y la tiró por el lavabo. Antes de que Louis la pudiese recuperar; ésta se fue.
Pero ambos estaban discutiendo por otra cosa, una maldita llave no los habría interrumpido ahora.

—¡ESTAS LOCO, NO ME PIENSO QUEDAR!—Salió del baño en dirección a su habitación, donde se encontraba toda su ropa.—Me iré de aquí hagas lo que hagas.—Agregó una vez que lo vio en el marco de la puerta. Molesto sacó la ropa de su closet, sin orden alguno.
El rizado había comenzado a llorar, al parecer el más bajo no se había percatado de ello. Limpió sus lágrimas y se acercó al ojiazul: manos temblorosas, con miedo de arruinar todo mucho más de lo que lo había hecho. Su corazón palpitante.

—No, deja eso.—Ordenó, pero el castaño lo ignoró completamente. No le importaba nada de lo que le dijera o hiciera, ahora era otro. Había cambiado. Antes de que pudiese sacar más prendas lo tomó de las manos, su fuerza fue mayor, posicionó sus ojos tristes en los de Louis, suspiró y desconfiado de sus siguientes palabras habló.—Louis Tomlinson, te juro que si te vas de esta maldita casa te iré a sacar de donde sea que estés.—Sollozo.

Louis realmente odiaba ver llorar a las personas, así que lo abrazó, pero eso no significó que lo perdonaría.
Estaba molesto por todo lo que le había confesado y por su maldita actitud de un adolescente caprichoso. Sin embargo se quedó. Una condición de por medio.

Jamás volverían a dormir en la misma habitación, mucho menos juntos en la misma cama, sí, de más está decir que a Harry no le pareció esa idea, pero estaba bien si era la única forma de mantener a su Louis.

El día siguiente de el antes mencionado; Harry hizo limpieza en su camioneta. Ahí encontró las compras de Louis. Las que había hecho solo.

—¿Quieres darme éso? Es mío, yo lo compré.—Su esposo lo analizó por un momento mientras observaba aquellos cuadros para fotos. Negó, el castaño insistió por lo que fue un total de 3 horas, a pesar de que ya había resultado bastante molesto para el ojiverde, lo siguió negando. Al principio fue divertido verlo enojado, después no tanto, su paciencia se agotaba cada vez más.
Lo subió a los asientos traseros de la camioneta, Louis pataleaba y gritaba, pero aún así subió. Forzadamente, pero lo hizo. Se dirigieron a imprimir fotos para los marcos, no cualquier foto. De Louis. Maldita cosa tierna, mejillas sonrojadas, con su perfecta naricita arrugada y su expresión de estar molesto.

Las fotos fueron sacadas ese mismo día en la camioneta, con el celular del rizado, claro, por suerte la luz estaba del lado de Harry y no hizo falta, quizá un poco de mejor calidad hubiese estado bien, pero ya era mucho con que su rostro apareciera.

Ahora éstos colgaban en la pared de el cuarto de Harry. Lo amenazó con quitarlas y romperlas, pero de acuerdo al trato que habían hecho no podía entrar, si lo hacía Harry también lo podría hacer, cuando quisiera. La habitación de Louis no era en realidad misteriosa, pero le molestaba que entrará ahí alguien que no fuera él, alguien con quien estaba muy enojado. Alguien que se llama Harry.

Una tarde donde habían discutido sobre la comida. Sí, así estaban las cosas entre ellos.
Para Harry era azul mientras que para Louis era morado. Vaya idiotez por la que pelearon.
El castaño decidió hacer una comida mexicana, pero el ojiazul no soportó la salsa picante. Culpó al menor por el ardor en su estómago, comenzaron los gritos. Sí, guerra de comida.

Louis entró a la regadera, en su rostro había una expresión de enojo.
Salsa picante en sus ojos y salsa de tomate en su camisa favorita. Maldito Harry, lo único que había resultado afectado en él había sido su cabello, con una perfecta mascarilla de aguacate (palta). Al menos ahora su cabello tendría más brillo y suavidad, pero...¿El tomate a caso haría in-arruinable su camisa?

friENDs [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora