Cuestiones de familia y un grupo muy característico

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Parte 1

Yo, John Stalin estoy en el dilema más grande de mi vida... Comprar las papas fritas medianas con un refresco grande o comprar las papas grandes más un refresco mediano.

Si compro las papas medianas podría no hartarme, pero si compro las grandes podría desperdiciarlas; el refresco en comparación, puedo comprar el mediano pero si compro el grande puedo conservarlo a comparación de las papas fritas.

— ¡Oh cruel significado de la vida! ¡Qué hice yo para ser castigado de esa manera! —grité en medio de todas las personas.

¿Por qué la vida te obliga a tomar decisiones tan drásticas? ¿No sería mejor elegir los 4 y vivir tranquilamente?

—Cierra la boca y ponte la capucha —dijo un enmascarado mientras caminaba hacia mí.

—Entendido, jefe —respondí.

La vida suele dar vuelcos muy interesantes en todo su recorrido; en mi caso, un día puedes estar tranquilamente intentando cruzar la frontera del país —sin documentos— y al día siguiente amanecer dentro de una banda de ladrones que algún día serán aplastados por todo el peso de la ley.

El origen de esta situación puede ser un tanto graciosa; hace algunos días luego de enterarme del estado de Chibie y Alfred decidí cruzar la frontera para traerlos de vuelta... O eso pensaba, curiosamente como no tenía papeles en ese momento no me dejaron cruzar la frontera; sin dudarlo dos veces corrí a una librería cercana y compré papel de la mejor calidad. El resultado: fui llevado a la capital en calidad de detenido y sospechoso de lavado de dinero.

Quién hubiera pensado que la señora de la librería me vendió por accidente un papel para el lavado de dólares que otra persona más debería haber recogido... Espera un minuto, ¿acaso el dinero se puede lavar? Si ese fuera el caso, ¿no debería de haber más lavanderías en el país? —En ese momento, pasaron por mi mente todo el dinero que eché a perder por ensuciarlo de diversas formas—. Si hubiera sabido que el dinero podía ser lavado no hubiese desperdiciado tanto.

Mientras mi caso estaba siendo evaluado, fui llevado a una de las prisiones de la capital. Ahí conocí a un buen amigo que me acompañaría a todo lado durante los siguientes 12 días: John Algarrobas.

Con John Algarrobas aprendí el arte de dormir de pie en una celda con 30 personas mientras cubría la retaguardia con ambas manos... Lo llamamos la "defensa impenetrable". El motivo del arresto de John Algarrobas fue robar un pedazo de pan* de un ricachón —que mundo más injusto en el que vivimos—; también me explicó que tenía unos amigos esperándolo afuera cuando salga, jamás olvidaré las palabras de mi tocayo* en ese momento: John Stalin, únete a nuestra humilde causa. Jamás lo olvidaré porque es la causa de mi actual dilema.

Fuimos liberados el mismo día —hoy en la mañana—, cuando salimos nos estaba esperando un auto deportivo con tres sujetos. Luego de entrar me di cuenta de la triste realidad del mundo... Los guardias me robaron 5 dólares del bolsillo del pantalón que deje en recepción.

Ya me esperaba algo similar; incluso empecé a temer del increíble poder de deducción que adquirí con el tiempo que viví con Alfred y Chibie.

Luego de varias vueltas paramos en un enorme supermercado; el nombre del súper era: ANDO ROVADINERO*...

Al inicio pensé que entraríamos a comprar algunas cosas pero, la sonrisa de mi rostro se borró por completo cuando vi a todos ponerse unas medias negras en el rostro y sacar unas armas de la parte trasera... ¿No era eso raro? Si quieres empeñar un arma básicamente debes poner la funda en el arma, ¡NO! Sobre tu cabeza. Terminé siguiendo su locura.

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⏰ Última actualización: May 26, 2017 ⏰

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LA FORTUNA DE LOS DESAFORTUNADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora