- Ya te he dicho que no necesito un perro guardián Nate, empiezas a ser irritante. - entre a mi oficina mientras me realizaba una coleta en el cabello; me encanta como me veo con ella. - Sabes que no soy ninguna niña.
Tomé asiento en mi escritorio mientras le daba sorbo a mi café de la cafetería Grumpy, para mi, Joe y Grumpy es lo mejor en café de New York.
Queria relajarme un poco ya que desde la recaída Nate no ha parado de seguirme y estar a mi lado, siempre al pendiente que no vuelva a consumir drogas.
- No me interesa ser más molesto que una ampolla en tu trasero, pero voy a seguir vigilando tus movimientos. Me convertiré en tu propia sombra. - se acomodó mejor en el sofá de mi oficina con su capuchino en manos. - No quiero que destroces mi piso por décima vez. - Tomó un trago mientras me veía medio sonriente.
Mi rostro se desencajó del asombro. - Disculpa?.
La gran risa de Nate no se hizo esperar al verme tal gesto. - Es la verdad!. Sabes que doña Isabel aún está acomodando todo el desorden.
- Le pagas a doña Isabel para que lo haga. - Cerré la carpeta de las nuevas estadísticas de venta del Whisky en Francia. - Sabes que ese ha sido un golpe bajo de tu parte.
Tomé mi café mientras me giraba en mi asiento para dar la espalda al odioso de Nate y tener una vista panorámica de la ciudad.
Al notar mi depresión en la voz Nate se levantó del lugar en el que se encontraba y se acercó a darme un abrazo. - Sabes que estaba molestando enana. - me dio un sonoro beso en el cabello. - En ningún momento quise hacerte sentir mal.
- Lo sé Nate, pero sabes que igual ando sensible no quise ponerme así.
Alejándose de mi y tomando asiento frente mío dijo. - Sabes qué día es hoy?
Me giré un poco solo para dedicarle una mirada de " no estoy para adivinanzas". - Es miércoles. y qué con eso?
- Si mal no recuerdo, hoy tenías un pendiente en el Sky Club de Chicago.
La presentación de Samuels viene a mi mente de inmediato.
- Oh por Dios, es verdad... Lo había olvidado por completo, en qué estaba pensando?.- Me lleve las manos a mis mejías. - y ahora qué hago? no quiero quedar mal con Samuels, es mi mejor gerente y no me gusta hacerle semejante desaire cuando es notable que mi aprobación es muy importante para él.
- Claro que es importante, eres la dueña Khloe. Pero podemos estar saliendo en estos momentos, o seguir lamentando tu falta olvidadiza.
Me puse de pies inmediatamente apagando mi ordenador. - Vamos no perdamos más tiempo. Llama a Smith para que valla haciendo las transacciones del jet en el aeropuerto.
- Ya estoy en eso. - Me respondió con su móvil en mano.
Salí velozmente de la oficina pero antes de cerrar con llave me detuve. - Espera un momento. Mi café... - Entré nuevamente a mi oficina por mi café mientras volvía a salir corriendo sobre mis ocho centímetros de tacones. - Lo tengo! Ahora si, es hora de irnos.
Entramos a mi elevador privado y mientras descendíamos los nueve pisos restantes, la música instrumental horripilante era lo único que se escuchaba. Volví mi vista al marcador de piso y apenas íbamos por el número 5 el del área de diseño y publicidad. - Juro por Dios, que mañana mismo pediré que cambien este puto sonido de fondo, no sé quien le ha puesto sin mi autorización.
La sonrisita de Nate soloe hizo molestar más. - Es la verdad Nate. Que no te encojona escuchar eso? Osea, quiero algo como Scared to be lonely de Matin Garrix, o algo así. Yo qué sé. Solo no quiero volver a escuchar eso.
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KO'S
RomanceSexo, Dinero, Amigas, Familia y éxito. Khloe Oconaill tenía todo lo que una mujer de su edad desearía y era la primer persona en el mundo que se burlaba del amor. Ella junto a su amiga April mantenían un juego perverso con los hombr...