+ Capítulo 24 ×

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No sabía que hacer al respecto, así que sólo me estacioné frente a la casa de la señora Winter y me quedé observando el auto unos minutos tratando de encontrar alguna silueta que me permitiese saber quién invade mi propiedad a estas horas de la noche.

Estaba segura de que no era Martijn porque no era un auto Ibiza, era un Jetta Volkswagen negro que se distinguía en la oscuridad gracias a los faros de iluminación.

Observé mi celular, en el que la hora marcaban las 12:15am. Había estado estacionada ahí hace 45 minutos y se estaba haciendo bastante tarde y el sueño se hacía presente en mí de a poco.

Decidida, tomé el bastón de seguridad de mi auto y me bajé a mi casa. Al acercarme a mi puerta, por fin divisé una silueta bastante alta salir del VW (Volkswagen). Podía imaginar quien era, aunque deseaba que no fuera quien estoy pensando.

Lo más rápido que pude, abrí mi puerta pero la silueta se acercó veloz hasta mí.

– Buenas noches – dijo la silueta. Esa voz. Vaya que mi suerte es mala. – ¿qué tal?

– Hola Corey – abrí mi puerta – ¿no crees que es bastante temprano para visitas? – me interesaba saber ¿cómo demonios sabe mi dirección? ¿por qué está aquí a esta hora? y ¿por qué sigue empeñado en molestarme? Pero por ahora, quería que se largara de aquí. Ya no está Martijn para mí, pero él nunca tendrá las puertas abiertas conmigo.

– Sí, lo sé, perdona la hora pero no tenía otro horario para visitas más que a las 10, pero no estabas, así que me quedé – asentí incómoda, no sabía si dejarlo pasar, aunque yo no quería. – ¿puedo pasar? – insegura, lo pensé un rato. Podría dejarlo pasar unos minutos y luego sacarlo excusándome que ya es bastante tarde. Me hice a un lado y él entró.

– Vaya, tu casa es bonita. – dijo sentándose en el sillón grande. No ahora, por favor. Sé que no debería, pero estimo mucho ese sillón.

– Gracias. ¿No gustas sentarte mejor acá? – le señalé otro sillón para dos personas. Milagrosamente, asintió y se cambió de lugar. – ¿quieres tomar algo? – preguntas de rutina, luego lo echaría de aquí.

– Agua, por favor – se supone que debería decir «no, nada. Gracias. Es muy tarde, creo que debería irme. No volveré nunca» en lugar de eso, dice «igui, pir fivir (pronuncien [agua por favor] con i) »

Me levanté a la cocina y serví dos vasos con agua. Los llevé a la sala.

– Gracias.

– Y dime, ¿qué estás haciendo aquí? ¿cómo supiste mi dirección? – la intriga me comía.

– Bueno, hace un par de días, me encontré a tu amiga Ana en Milán, Italia...

– ¿Italia? ¿tú conoces a Ana? – él asintió.

– Y bueno, me dijo que sabía donde vivías porque tu amiga María, Marlene o sabe cómo, le dijo – no se acerca ni un poco a Mahogany y eso es gratificante – y pues me lo dijo. Y tal vez se me ocurrió visitarte – ¿por qué yo no sé dónde está ella?

– Ah – mi estómago gruñó. No en señal de hambre, sino en señal de que tragué pizza como cerda en casa de Mahogany y ya está haciendo efecto. – permíteme un momento, ya vuelvo. –le dije al «invitado». Nah, que invitado ni qué ocho cuartos.

Me levanté al baño y me apresuré a sentarme.

Salí alrededor de 15 minutos después sintiéndome mucho mejor. Mi estómago ya no gruñía. La hora en mi celular marcaba las 12:57am. Vaya tarde que es.

Corey se levantó a ver los cuadros que tenía enmarcados. Cuando me vio, volvió a sentarse. Tomé mi agua para alivianar por completo mi estómago.

– ¿De dónde la conoces? – le pregunté. Me explicó que la conocía desde la prepa y que llegó a pretenderla un par de veces, pero que ella tenía novio. Me alegro de que no se le hayan cumplido sus planes.

Siguió platicándome de su vida amorosa fallida un rato. No sé si era su aburrida vida o que ya era muy tarde, pero mis ojos se cerraban por completo en ocasiones. No podía mantenerme despierta, algo me superaba, haciéndome dormir.

Inconscientemente, caí dormida en el sillón. Lo que me preocupaba, era que Corey seguía en mi casa y ya no podía sacarlo. Mi cuerpo se sentía cansado sobremanera para despertar.

+Narra Martijn×

– Otra – pedí más cerveza.

Me encontraba en un bar de la ciudad para intentar desahogarme.
Al llegar a mi casa, me encerré a llorar hasta que me ardieron los ojos. Decidí salir de mi casa para distraerme y buscando un lugar, evitando los prostíbulos, llegué aquí.

No me gusta mucho beber, pero no encontraba otra forma de desahogarme. Lo que pasó con Tessa, me hirió profundamente. Me dolió que me engañara, pero lo peor fue que el culpable era su primo, su maldito primo.

– Hey amigo, no deberías beber tanto – me dijo el barman acercándome la cerveza.

– Déjame ¿bien? Yo sé lo que hago. – dije bruscamente. Le di un trago a mi botella y me recargué sobre la barra. De repente, alguien se sentó a mi lado.

– ¿Qué tal guapo? – dijo una voz chillona proveniente de una chica que se había sentado.

– ¿Ahora todos quieren molestarme? Lárgate ¿quieres? – bufé a la chica. Ella se levantó rápidamente y me quedé solo.

Observé la botella pensando en lo que había pasado en mi vida desde que me reencontré con Tessa. No imaginé que terminara así.

Alguien me dio unas palmadas en la espalda. A punto de gritarle, me percaté de quien era.

– Hey Martijn, no pensé verte por aquí. – me saludó Ashton sentándose a mi lado.

– Lo mismo digo – arrastré las palabras.

Nos pusimos a platicar, elevando nuestro nivel de ebriedad, hasta que decíamos cosas sin sentido mientras nos reíamos.

El reloj del bar indicaba las once de la noche. Ashton me anunció que debía marcharse con Mahogany. Me invitó a su casa diciéndome que Tessa esté ahí probablemente. Me negué y él se fue. Me subí a mi auto y lloré por ella. Me hubiera encantado ir con Ashton a verla, pero he de apostar que está platicándole a Mahogany lo bien que lo pasó con ese imbécil malnacido.

Seguí llorando en el volante hasta que me quedé dormido. Por si fuera poco, soñé con la que creía mi chica. Tessa.

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Whats up my beautiful niggas? Lo he escrito en tiempo récord. Espero que les guste my niggas <3

Now That I've Found You | Martin Garrix (2T El Chico Del Segundo Grado | M.G.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora