+ Capitulo 5 ×

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Llegando a mi casa, aparqué el Ibiza en donde debería ir el Cobra.
Entré y me puse mi pijama y al momento me fui a acostar, pensando en todo lo que había pasado ese día, tocando la mejilla donde Martijn me había besado. El mismo lugar donde lo hizo aquel día que nos conocimos en la secundaria.

***

A la mañana siguiente, me desperté por el sonido de alguien tocando la puerta. Revisé la hora en el reloj despertador: diez con cuarenta y dos. Probablemente, Martijn ya habría llegado.

Me levanté, me puse los tenis que llevaba anoche y me dirigí a la puerta.
Aún adormilada, abrí la puerta y Martijn estaba ahí parado. Estaba radiante; llevaba puesta una camiseta negra con un short de mezclilla azul y tenis Nike negros diferentes a los de anoche y su característica loción masculina que inundaba el ambiente. De pronto, ya no me sentí tan adormilada.

Me sentí apenada, él estaba tan arreglado y fresco y yo tan desarreglada y un poco sudada. He de verme del asco.

- Hola nena - dijo parado aún, con su hermosa sonrisa. No me percaté de que en la manos llevaba una carpeta, tal vez eran los papeles que le pedí.

- Hola. - contuve mis ganas de lanzarme a sus brazos y besarlo. Esto es una tortura. - ¿Hace cuánto estas aquí?

- Sólo llevo alrededor de cinco minutos. - dijo aún sonriendo. Lo miré a los ojos y observé que me miraba de arriba a abajo y disimuladamente, se mordía el labio. Tal vez fue mala idea ponerme una camiseta sin mangas y un short, pero la noche anterior hacia un calor de los mil infiernos.

- ¿Quieres pasar? - le dije mientras me hacía a un lado para que entrara.

- Gracias nena - entró a la casa y cerré la puerta detrás de él.

Lo dirigí a la sala y nos sentamos en ella, uno delante del otro. Martijn seguía recorriendo mi cuerpo con la mirada, disimuladamente. Digo disimuladamente, porque sabía hacerlo. Sólo poniendo demasiada atención, podías darte cuenta de lo que hacía.

- Bien, - habló Martijn rompiendo el silencio entre nosotros - aquí te traigo los papeles que me has pedido. - me los pasó y yo los revisé.

- Bueno, ahora falta llevarlos con el asesor de viajes para que arregle todo. - me paré y los dejé en el mueble donde estaba mi televisión. Podía sentir la mirada de Martijn detrás de mi. Volví a sentarme.

- ¿A qué horas harías eso? - interrogó Martijn.

- Tal vez en un rato, para preparar todo desde ahora y esté listo para el día en que salgamos.

- ¿Puedo ir contigo? - me dijo haciendo una media sonrisa.

Desde que llegó, me ha provocado mariposas en el estómago y con esto, más. Cada vez, me enamoro más de este chico.

- Sí, por supuesto. - justo en ese momento, mi estómago rugió. Ya tenía algo de hambre.

- ¿tienes hambre? ¿crees que pueda cocinarte algo o llevarte a desayunar a algún lado? - me dijo Martijn sentándose en el mismo sillón que yo.

- Sí, tengo hambre, pero no puedo permitir que vengas a cocinarme a mi casa y que me invites a desayunar, más bien yo debería ofrecerte algo. Eres mi invitado. - la verdad me resulta demasiado tierno que se preocupe por mi y hasta se ofrezca a cocinarme. - ¿tú ya has desayunado? Podemos ir a la cocina a comer algo ¿quieres? - me paré del sillón.

- Está bien nena - se paró a mi lado, sonriendo. Amo que esté así de sonriente.

Caminamos juntos a la cocina, mientras él iba viendo mi casa.

- Tienes una casa muy linda, nena.

- Gracias. - dije acercándome a la estufa con unas cacerolas en las manos. - ¿quieres algo?

- ¿Puedo ayudarte? - tomó una de las cacerolas. - así, yo hago lo mío y tú, lo tuyo.

- Bien - me hice a un lado y le indiqué algunas cosas.

Martijn me ayudó demasiado. Cada quién hizo su desayuno y ambos nos sentamos uno frente del otro en el comedor y mientras comíamos, platicábamos fluidamente. Fue un desayuno muy placentero que terminó alrededor de las doce y media.

Recordé que la agencia estaba abierta a las doce, por lo que fui a cambiarme. Martijn se ofreció a lavar los platos que habíamos usado.

Fui a mi habitación y me cambié. Me puse el mismo pantalón negro que traía el dia anterior, una blusa blanca con un número '96' de color negro enfrente, que coincidía con el año de nacimiento de Martijn y un par de tenis Nike blancos con la «palomita» negra.

Salí de mi habitación y me encontré a Martijn en la sala con los ojos cerrados y parcialmente recostado en el sillón más grande.

Me acerqué sin hacer ruido a donde tenía su cabeza y le tapé los ojos con mis manos. Pude sentir como se sobresaltaba debajo de ellas. Me incliné hasta la altura de su oído.

- Esto es un secuestro - le dije susurrando. Él tomó mis dos manos y les dió un ligero apretón, las quitó de sus ojos y me miró.

- No es por ofenderte, pero si secuestraras de verdad, serias una secuestradora muy guapa. - soltó mis manos y se levantó con una sonrisa en los labios. Eso me ha sonrojado demasiado.

- No me ofende, al contrario, te agradezco el halago. - le sonreí aún sonrojada. - bueno, estoy lista, ya podemos irnos. - me puse de pie y Martijn igual. Él volteó a ver mi blusa.

- 96, ¿eh? - sonrió aún más - me gusta esa blusa.

- Ja, gracias. - aún seguía sonrojada.

Avancé hasta donde había puesto los papeles de Martijn y los tomé. Acto seguido, caminé a la puerta y de la mesa que estaba junto a ella, tomé las llaves de la casa, el poco dinero que allí había y mi celular.

- ¿Podemos irnos en tu Cobra? - me interrogó Martijn detrás de mi y sacando las llaves del bolsillo de su pantalón. - Tu auto es guapísimo.

- Muy bien - dije acercándome a él, tratando de tomar las llaves pero las alejó de mi.

- Quiero manejar yo, claro, si no te molesta. - dijo sonriéndome. Como negarle algo a esta sonrisa tan bella.

- Muy bien. Vamos entonces. Te diré por donde tienes que ir.

Salimos ambos de la casa y la cerré. Nos subimos al Cobra y Martijn lo encendió.

- Bueno nena, ¿por dónde nos vamos?

- ¿Recuerdas la cafetería de anoche? - él asintió - pues es cerca de ahi, tú sólo ve en esa dirección.

- Muy bien nena. - respondió Martijn y nos pusimos en camino.

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Espero que estén disfrutando lo que leen, que yo sí disfruté escribirlo.

Hasta la next ;)

Now That I've Found You | Martin Garrix (2T El Chico Del Segundo Grado | M.G.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora