Capítulo 9

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No se veía nada y se oían los pasos de Filch acercarse cada vez más rápido, seguro que nos había oido y para Filch no había ninguna escusa.

Me sentía muy incomoda en aquel sitio, estaba casi pegada a Malfoy y no era una sensacion muy agradable, que digamos.

De pronto sentí algo frío en mis labios, no me podía mover porque Malfoy no me dejaba y me aparté como pude.

-¿Pero qué haces?- grité muy enfadada.

-Cállate, nos va a oir- me susurro Malfoy.

¿Qué había sido eso? Me había parecido que ese asqueroso chico me había besado. ¿Pero quién se cree? Quería salir de ese sitio ya, no lo aguantaba más, no entendía a Malfoy, me daba un asco tremendo, y me acababa de besar, genial.

Cuando los pasos de Filch se alejaron, abrí la puerta sin pensarlo dos veces y corrí a la Sala Común, no quería volver a ver la cara de Malfoy.

Llegué a la Sala Común y subí a la habitación donde estaba Hermione, a pesar de ser muy tarde, esperándome.

-¿Qué tal te ha ido el castigo?- susurró para no despertar a las demás.

-No ha sido tan malo- mentí.

Si, mentí no debía hacerlo, pero no quería decirle que Malfoy me había besado, lo odiabamos, y no pensaba decirselo a nadie en la vida. Tenía que borrar aquel recuerdo lo más rápido posible.

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A la mañana siguiente, teníamos clase con Hagrid, eso quería decir que iba a ver a Malfoy, una pesadilla.

No podía olvidar lo que pasó la noche anterior, aunque me esforzase.

Cuando llegamos, Hagrid nos esperaba con unas cajas en la mano. Malfoy estaba en unas esquina con Pansy Parkinson en una esquina abrazados. No pude evitar mirarlos, y Malfoy me miraba con cara de desprecio.

¿Qué le pasaba? Parecía que cambiaba de la noche a la mañana, no lo entendía, era un mujeriego.

Después de una clase horrible por culpa de Malfoy y sus comentarios asquerosos a las criaturas que enseñó Hagrid, al fin no iba a ver más en todo el día.

Pero me equibocaba, en cada rincón estaban él y Pansy besuqueandose delante de todos, asquerosos creidos. No entendía por qué me afectaba tanto, solo eran dos estupidos.

Cuando llegó la hora de cenar, Harry Ron y Hermione empezaron a hacerme preguntas sobre el castigo, y no era muy buena mintiendo.

-¿Teníais que hacer pociones, verdad?- dijo Ron que estaba intentando adivinar lo que hicimos

-Seguro que teíais que leer un libro de Pociones- dijo Harry

-No, tuvimos que limpiar todo el aula con escoba, sin magia.-dije

-¿Escoba? ¿Sin magia?-dijo Hermione

-Y además con Malfoy- dijo Hary

-Bueno, no fue tan malo, solo no nos hablamos y ya- mentí

-Eso es raro, normalmente suele insultarnos...

Después de cenar y tener que responder todas las preguntas de Harry, Ron y Hermione fui a la biblioteca a coger un libro de pociones para ser un poco más buena y no quedar castigada.

Estaban a punto de cerrar la biblioteca y corrí a encontrar el libro y salí rápidamente.

Andé por los pasillos y me fijé que Malfoy se despedía de Pansy y venía hacia mí.

Me cogió de un brazo y me puso contra la pared y me miró enfado.

-¿Qué haces?-intenté soltarme, pero no me dejaba.

Se acercó y tocó su nariz con la mia, y después me empezó a besar. No paraba de moverme, pero al final me rendí. No me lo creía, el beso me estaba... ¿gustando?

Se apartó y rió.

-¿Estás loco o qué? ¿Primero me odias, y luego me besas dos veces?- le grité, menos mal que no había nadie cerca.

-Sé que te ha gustado, así que te callas- me dijo con cara de haber ganado

-¿Gustarme? ¿Estás loco o qué? No te entiendo, además, tú no estás con... ¿Pansy?

-Sí, estoy con ella, y a ti que te importa.

-Pues, ¿entonces por qué me besas?

Simplemente sonrió y se fue. Me quedé allí quieta, no entendía nada, y ¿por qué le había seguido el juego? ¿Qué me estaba pasando?

Llegué a la Sala Común, esperando que nadie estuviese allí, pero Harry estaba sentado en un sofá.

-¡Hola, Lea!-me dijo con una sonrisa

-Hola, estoy muy cansada Harry, ¿hablamos mañana?- mentí

-¿Eh? Ah, claro- su sonrisa se borró en cuestion de segundos.

Odiaba esto, tener que mentir a mis amigos. Tenía claro lo que debía hacer: ignorar completamente a Malfoy.

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