Capítulo 11

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[Este cap va a ser más largo que los demás por que creo que suelen ser bastante cortos, y que os mereceis caps más largos :D Bueno, espero que os guste y que comenteis, gracias por leer ^^]

Me senté en el cesped y miré al lago, este año habían cambiado muchas cosas, y todo por Malfoy. Por cierto, todavía no había llegado, se estaba retrasando cinco minutos. 

De repente, un chico con cabello plateado se sentó al lado mio, Malfoy, no era como para sorprenderse.

-Qué, ¿te da igual que puedan verte con una de Gryffindor?- le vacilé

-Cállate.

No entendía ni por qué estaba hablando con él, si hace días lo estaba evitando, lo odiaba a muerte, me hacía la vida imposible y estaba con él. 

-¿Para qué querías verme?

-No quería verte, solo quería hablar contigo.

-Da igual, qué quieres.

-Mira, mi novia, Pansy, cree que estoy saliendo contigo a escondidas o algo así, asi que solo quería decirte que te alejaras de mí.

En aquel momento me sentía como una tonta, ¿en qué estaba pensando? ¿para qué quedé con Malfoy? Sabía que era un asqueroso que no decía nada bonito. Pero no lo entendía, me besó dos veces, me dijo que me gustó, y ¿es el novio de Pansy?

-¿Es que eres idiota?- le dije roja por la rabia- Primero me besas, y luego me dices que me aleje de tí por que estás con Pansy, cuando eres tú el que está siempre siguiendome.

-Sabía que te enfadarías- dijo con una risita.

-¿Perdona? Mira, no te metas en mi vida, y yo no me meteré en la tuya- me levanté y le dí una bofetada.

Cuando estaba a punto de darme la vuelta y salir corriendo, Malfoy me agarró de la mano y me tiró sobre él. ¿En qué estaba pensando? Podría pasar cualquiera y pensar cualquier cosa...

-¿Qué haces?- intenté levantarme, pero Malfoy me había sujetado bien.

-Se que te gusto- rió

-Pues claro que no, idiota. Ahora, antes de que empieces a llorar, suéltame por favor.

Sonrió. Era la primera vez que le veía sonreir así, era una sensación extraña. Hasta me pareció mono... Esos ojos grises hacían que olvidara todo, hasta dónde estaba, o por qué.

De repente, Malfoy me soltó y se sentó al lado mío, mirándome.

-¿Qué pasa?- no pude evitar reir

-Mira, no sabes cómo soy en realidad.

-Si que lo se, eres un asqueroso creído que no me deja en paz aún teniendo novia.

-Si eso es lo que crees...

No era el mismo chico, aquel que miraba con cara de asco a casi todos, era distinto, este Malfoy sonreía y reía, este chico tenía muchas caras...

-No te entiendo.

-Primero, llámame Draco

-¿Draco? ¿Por qué?

-Por que no me gusta que me llamen por mi apellido. Bueno, en realidad me da igual, pero tú eres diferente.

-¿Estás loco? Esto es una broma, ¿verdad?

Estaba muy sorprendida por todas las cosas que estaba diciendo, incluso estaba pasando un rato agradable con él por primera vez. Me fijé detalladamente en él, cabello rubio, ojos grises perfectos... ¿Pero qué me pasaba? A esto le llamaban...

-Claro que no es una broma, y se que te gusto.

-No me gustas, y te recuerdo que tienes novia.

Me con intención de irme, prefería no pasar más tiempo con él y enamorarme. Pero entonces, Malfoy me cogió de la cintura y me atrajo a él, posó su frente contra la mia y me miró a los ojos.

-Eres consciente de que puede vernos cualquiera, ¿no?

-A esta hora nadie pasa por aquí

Abrí la boca para decirle algo, pero se me olvidó en seguida ya que me besó, fue el mejor beso que tuve con él, la verdad. Nunca podré expresar cómo me sentí en aquel momento...

Cuando terminó, simplemente sonreímos y sin decirnos una palabra volvimos al castillo, y cada uno tomó un camino diferente.

Me dirigí a la Sala Común, Harry estaba haciendo un ejercicio de Adivinación, y por lo que ví, estaba pensando tanto que le iba a explotar la cabeza.

-¿Te ayudo?

Se sobresaltó al oír mi voz, estaba tan concentrado que no se enteró de que estaba allí.

-¿Me puedes explicar esto? No entiendo nada- dijo frustrado.

Le enseñé lo mejor que pude, Trelawney no explicaba nada bien pero yo entendía todo por unos libros que leí el año pasado en verano.

-Muchas gracias, algún día te enseñaré a montar en la escoba- sonrió al ver mi reacción- seguro que no eres tan mala, ganamos el partido gracias a tí.

-Bueno, solo fue por cuestión de suerte.

-Y porque Malfoy es muy malo...

-Bueno, no creas...

En ese momento Hermione bajó de su habitación, menos mal, no quería hablar sobre Malfoy... Los tres bajamos al Gran Comedor a cenar y me senté entre Fred y George.

-¿Sabéis lo que se rumorea?- dijo George

-Que Pansy y Malfoy han roto- siguió Fred

-Normal, Pansy no se despegaba de él- dijo Ron riendo

-Además, también se rumorea- dijo Fred

-Que le ha estado engañando-continuó George

-Solo serán rumores...- comenté.

Odiaba hablar de esto, ellos odiaban a muerte a Malfoy y sus amiguitos... y no se esperarían que la 'cómplice' era yo.

-Da igual, Malfoy es un asqueroso- soltó Harry

-Y siempre lo será... - dijo Ron

Al fin cambiaron de tema, hablaron de Quidditch, no me interesaba, pero era mejor que hablar sobre Malfoy. Simplemente miré a mi muslo de pollo y me lo comí muy rápido. 

El Gran Comedor estaba lleno de ruidos de platos y de alumnos hablando, en especial los de Slytherin, a saber lo que estaban tramando... Seguro que estaban hablando sobre los rumores. 

Dirigí la mirada a la mesa de las serpientes, Malfoy no estaba, Pansy tampoco, eso era muy extraño. Tal vez los rumores no eran ciertos y seguían juntos haciendo...

Mejor olvidarlo, yo no era su novia, solo me había besado, suponí que Malfoy solo jugaba con las chicas, y estaba en lo cierto.

Salí del Comedor más pronto que los demás, con la excusa de que estaba muy cansada.

Paseé por los pasillos rumbo a mi habitación, no estaba muy lejos. De pronto ví a dos personas, besándose: Malfoy y Pansy.

No lo pensé dos veces y me acerqué a ellos, los separé y le di un puñetazo en la cara a Malfoy, se lo merecía ese maldito estúpido. Corrí a la Sala Común lo más rápido posible, me salieron unas lágrimas, no de pena, sino de rabia. Estaba harta. 

Esta vez iba en serio, tenía que olvidar a Malfoy, ignorarlo completamente y no dirigirle una sola palabra. Lo decidí de verdad.

Me tumbé en mi cama, rodeada de mantas, y me dormí sumergida en mis propios pensamientos.

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