Capítulo 16

2.1K 114 4
                                    

Abrí los ojos y me encontré a Hermione mirándome.

-No tienes remedio...- rió y me retiró las mantas.

-¡Hermione! ¡Qué frío!- intenté taparme otra vez pero Hermione no me dejó.

-¿Estás loca? Es navidad, el último día antes de las vacaciones, y te recuerdo que esta noche es el baile.

-¿Qué?- suspiré- Es a la noche, déjame dormir.

-Pero... ¿no quieres ver la nieve?

-¿NIEVE? ¿Dónde?

Me levanté y miré a través de la ventana, los jardines estaban cuviertos de una nieve muy blanca, era como si iluminara todo el césped, era precioso. Hasta el lago era muy bonito, sin duda, me encantaba la Navidad y la nieve.

Me vestí y bajé a desayunar con Hermione, solo habían pasado tres días desde lo que pasó con Malfoy, y no lo había visto ni en clases ni por los pasillos. A saber qué estaba tramando...

Me senté frente a Harry, que estaba con el mapa merodeador, muy concentrado.

-¿Qué miras, Harry?- pregunté

-Está obsesionado con Malfoy, cree que es mortífago y que está tramando algo.- añadió Ron.

-Lo es- dijo Harry aún mirando al papel.

Harry era muy listo, yo no hubiera pensado que él era un mortífago, era demasiado jóven como para que trabajase para Voldemort. Harry odiaba a Malfoy, y haría cualquier cosa por encontrarlo con las manos en la masa, y estaba preocupada. Malfoy no era malo, solo que su familia era mortífaga y él tenía que serlo sí o sí... No quería que lo matasen.

-¿Cómo puede ser alguien de dieciseis años mortífago?- dijo Hermione harta del tema.

Harry iba a seguir hablando, pero Dumbledore empezó hablar.

-Alumnos, ya sabéis que el baile será hoy a la noche, espero que ya tengais vuestras mejores galas preparadas, y que todos os lo paséis muy bien- sonrió, por primera vez me fijé que era muy muy muy viejo- No tengo nada más que añadir, buen provecho- alzó su copa y se volvió a sentar, parecía cansado.

Después de pasar la tarde jugando en la nieve con Harry Hermione y Ron y acabar congelada, llegó la noche.

Me había puesto el vestido y los tacones, no se me daba tan mal andar en ellos, eran muy cómodos. Hermione, Parvati y Patil me maquillaron y me rizaron el pelo. Parecían unas estilistas, me hacían mucha gracia pasandose las cosas unas a otras.

Cuando terminaron de ponerme bien, (Parvarti quería hacerme la manicura pero le dije que era suficiente) me miré en el espejo. No parecía yo. El vestido encajaba perfectamente, era verdad que el azul marino me quedaba bien. Por detrás tenía una parte de la espalda al aire libre, y con los tacones parecía que tenia los pies bonitos, aunque eso no era cierto.

-¡Estás perfecta!- gritaron las tres entusiasmadas.

-Ya, claro.- reí y me miraron mal.

Las tres bajaron al Gran Comedor, donde se celebraba el baile, pero yo me quedé un rato pensando en mis cosas. Sí, efectivamente me quedé pensando en Malfoy y lo que creía Harry. Quería saber qué era lo que estaba tramando. Cuando era muy cariñoso conmigo, a los dos días desaparecía y lo veía muy poco. Por lo visto, no quería que me enterase de lo que estaba haciendo, aunque dijo que confiaba en mí. Maldito mentiroso.

Baje las escaleras muy rápido, ni yo sabía como podía correr con aquellos tacones...

La entrada del comedor estaba repleta de un montón de alumnos, pero localizé enseguida a Harry, que estaba mirando a todos lados, seguramente buscándome.

-¡Harry!- le grité.

Al verme se quedó de piedra, no dijo nada hasta que pasaron unos diez segundos, ¿tan diferente estaba? Era la primera vez que veía a Harry mirarme así, por eso reí.

-Vaya... Eh... Estas muy...- dijo

-Potter, los campeones tienen que dar la bienvenida al baile- interrumpió McGonagall.

-¿¡Qué!?- gritamos los dos a la vez.

En efectivo, todos los alumnos entraron menos los campeones, es decir, Cedric, Fleur, Krum y sus parejas. Hermione estaba con Krum, y reí al ver que estaba muy roja.

Todos se pusieron en una fila, unos tras otros y se dieron la mano. Harry me miró y cogió mi mano. Aquella situación se me hacía muy incómoda, Harry era mi amigo, se me hacía raro verlo coger mi mano.

Entramos al comedor, que se había convertido en una pista de baile, todas las mesas habían desaparecido, y en el techo se veía el cielo con la luna llena.

Todas las parejas empezaron a bailar, hasta Harry y yo, pero no bailabamos muy bien, yo no tenía ni idea de como se bailaba...

Después de un rato bailando, Harry se sentó con Ron en unas de las mesas que estaban llenas de bebidas.

-¿No os gustan las fiestas? reí.

Me miraron con muy mala cara, así que decidí dar una vuelta. 

Cogí un vaso que estaba lleno de líquido verde, no parecía ser alcohol, pero algunos alumnos estaban un poco 'borrachos'. 

Me fijé en que Malfoy estaba en una de las mesas en la esquina, mirando al suelo. Decidí acercarme a él. Estaba muy... elegante. Le quedaba muy bien el traje y tenía una corbata verde, por su casa, supongo. Tenía el pelo muy despeinado, pero le quedaba perfecto. De hecho, cualquier parte de su cuerpo me parecía perfecto en aquel momento.

-¿Has dejado sola a tu pareja?- bromeé.

Ni me miró, aún seguía con su mirada fija en el suelo.

-Pues sí, espero que no me encuentre.- sonrió- y tú qué tal con... ¿Potter?

-Así que estás celoso...

Se fijó en mí, me miro de arriba a abajo con los ojos muy abiertos, Malfoy se sorprendió aun más que Harry, y me hizo gracia. ¿Tan rara estaba?

Malfoy miró a los lados, como si alguien le estuviese mirando, me agarraró la mano y me bajó al jardín.

-Ah, es verdad, no te pueden ver conmigo- dije harta.

-Oye, yo no puedo andar con una de Gryffindor, ¿sabes?

-Pues lo estás haciendo.

-Y qué. Tú eres mi...

-¿Tu qué? Yo no soy tu nada. No confías en mí, ni siquiera me dices por qué desapareces casi todos los días y vas a la Sala De Los Menestres.

-Eso no es asunto tuyo.- bufó

-Ves, no somos nada, mejor véte.

-No lo entiendes... No se lo puedo contar a nadie, si te lo cuento, no me dejaras seguir haciéndolo, y si no lo hago, me matará.- dijo aterrado.

-Pues entonces, no se lo podrás contar a nadie y seguirás estando solo.

Ese comentario le afecto. Me fijé en su rostro, tenía mucho miedo, su cara me decía que no debía dejarle solo, tenía que ayudarlo como podía, aunque no sirviera de nada.

Le abracé, rodeé su cuello con mis manos y él undió su cara en mi pelo, parecía que iba a llorar, pero se forzaba para no hacerlo.

-Malfoy, se que no puedo ayudarte pero... Me tienes aquí para consolarte, ya sabes...- no sabía que decirle, no se me ocurría absolutamente nada.

-Draco- dijo él, y noté cómo sonrió.

Levantó su cara y me miro, empezó a besarme los labios y luego el cuello. No podía parar de pensar en él, aunque estubiese con él, seguía pensando en Draco, a todas horas, minutos... 

Nunca pensé que pensaría esto, pero Draco era muy importante para mí.

[Bueeno, espero que os haya gustado, pronto vendrá la acción y pasarán muchas más cosas interresantes, bye <3]

Enemigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora