[1700 visitas, OS AMOOO ♥ Gracias por leer, pensaba que nadie leería mi fanfic >.<]
Draco se separó de mí lentamente, aún con sus manos sobre mi cadera y las mías rodeando su cuello. Sonrió, me encantaba su sonrisa, cada milímetro de su cuerpo era perfecta.
De pronto oímos unos pasos que venían de la entrada, Draco y yo nos agachamos rápidamente. Era Umbridge, la maldita profesora con cara de sapo. La odiaba. Miró a donde estábamos nosotros, pero afortunadamente, no nos vió. O eso creí yo.
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Me encuentraba mirando a una pluma, en el despacho de Dolores Umbridge, más bien conocida como la señora sapo. Debería de estar apoyada en un nenúfar y no en su silla rosa, mirándome con cara de felicidad. Le encantaba ver sufrir a la gente, a saber lo que me haría hacer.
-Señorita Smith, como ya se ha percatado, la ví en el baile de Navidad escondida frente al lago, cuando debería de estar dentro. Ya sabe que esta prohibido andar por ahí cuando usted quiera.- dijo esbozando una sonrisa maligna. No le respondí, así que siguió:- Como castigo, tendrá que escribir hasta que yo le diga 'No andaré fuera con el señor Malfoy'.
Me miró, miró mi cara de asombro, no sabía que me había visto con él, y tampoco entendía por qué me había castigado solo a mí. Mirandome con cara de ganadora, empecé a escribir en el papel.
Noté que me escocía la muñeca, me dolía mucho, era como si unas uñas me arrancasen la piel con mucha fuerza. Cuando me fijé en lo rojo que se estaba poniendo mi mano, noté que en mi muñeca estaba la frase 'no andaré fuera con el señor Malfoy' llena de sangre. La palabra Malfoy destacaba más que nada, estaba mucho más grande, y eso que yo escribí todo en el mismo tamaño.
Me fijé en la malvada profesora, que me miraba muy felíz, por lo visto, le encantaba verme sufrir.
Salí de su despacho a medianoche, subí rápidamente a la casa de Gryffindor, pasé por delante de la Señora Gorda y fuí a la habitación. Hermione me esperaba, con su habitual mirada de madre preocupada.
-¿Por qué te ha castigado?
-No es importan-
-Sí que lo es.- me interrumpió- Me escondes muchas cosas, Lea, y debería de saberlas.
Suspiré. No quería contarle que había empezado a salir con Draco, al cual Hermione, Harry y Ron odiaban. No quería contarselo, así que la volví a mentir.
-Me pillo de noche por los pasillos, no es nada raro.
Se puso enfrente mio y me cogió la mano. Miró horrorizada la cicatriz con la frase que me hizo escribir la señora Sapo.
-¿Lea? ¡Cómo que con el señor Malfoy!- gritó muy nerviosa. Era la primera vez que veía a Hermione así.
Me rendí. Empecé a contarselo todo. Desde el primer día que me besó Draco, hasta hoy.
-¿Cómo es posible?- dijo ella.
-Sí, lo se, pero no es como tú piensas- dije
-No me refiero a Malfoy, en realidad suponía que tenías algo con él, porque te he visto varias veces con él. Soy tu amiga, Lea. No se lo contaré a nadie- abrí la boca para decirle algo, pero siguió:- ni a Harry ni Ron. Te lo prometo. Puedes hacer lo que quieras.
-Gracias.- la abracé.
Hermione era una de las pocas amigas que tenía, pero estaba segurisima de que podía confiar en ella.
A la mañana siguiente, el día empezó con una tormenta horrible, no paraba de llover y tronar. El sonido que venía del cielo daba al castillo un toque de miedo.
A primera hora teníamos pociones, la asignatura que amaba, como amaba a Snape. Obviamente, no.
-Granger, pónganse al lado de Potter. Y usted, Smith, con Malfoy - dijo Snape con cara de asco.
Maldito Snape, además de sacar mala nota en esa asignatura, me tenía manía. No se importaba estar al lado de Draco, pero Hermione me ayudaba a hacer las pociones. Y tanto a Draco como a mí se nos daban fatal.
-Bien, abrid el libro en la página 184 y empezad a hacer la poción. Tendréis que hacerla por parejas, es decir, será un trabajo en equibo. Buena suerte- nos miró a Draco y a mí y se sentó en su escritorio.
Empecé a leer los ingredientes y cogerlos. Mientras, Malfoy cortaba algunos ingredientes.
-No pone cortar en rodajas Draco. Pone en forma de triángulo- dije.
-Hazlo tú, yo no se hacer figuritas.
Empecé a cortar como pude, no se me daba tan mal...
-¿Qué tienes?- Draco intentó mirar mi muñeca pero me aparté.
-No es nada, solo me he hecho un rasguño.
Por lo visto me creyó y empezó a vertir algo raro en el caldero.
Cuando terminó la clase, Snape recogió las pociones en pequeñas botellitas. Al entregarle la nuestra, no me miro con cara de ganador, sino asombrado.
-Vaya, al fin habéis hecho algo decente- bufó.
-Es la primera vez que me sale una poción bien- dije a Draco cuando ya salimos del aula.
-Bueno, eso significa que trabajamos bien en equipo - alzó las cejas- Bueno, yo tengo Historia De La Magia, ¿nos vemos luego?
-Claro, hasta luego.
Me dió un beso en la mejilla y se fue. Menos mal que no andaba nadie por los pasillos.
Cada vez llovía más y más, y tuvimos que dar clases con Hagrid en el jardín, congelados.
Me mojé completamente, y no paraba de estornudar.
-Alguien se ha resfriado...- dijo Harry a la hora de la cena en el comedor.
-Pues sí, no se cómo ha podido Hagrid dar clases con este tiempo- Suspiré cansada.
-Mira Harry, ya va otra vez.- dijo Ron señalando a Draco salir.
-Esta vez no se escapa.
Harry siguió a Draco, con la capa invisible debajo de su capa. Estaba muy nerviosa, no quería que pasase nada entre los dos. Pero dejé a Harry ir tras él, ignorando la mirada asesina de Hermione.
Antes de volver a mi habitación, pasé por los pasillos, y ví a Harry lleno de sangre. Mi corazón se volvió loco en aquel instante.
-¡Harry! ¿Que ha pasado? - dije corriendo tras él.
-Malfoy. Ya te contaré.
Siguió corriendo, y no pude alcanzarle. Aunque quería ir tras él, no lo hice. Entré en mi habitación, me acosté y me dormí.
Me desperté a medianoche, tenía mucho frío asi que decidí ponerme junto a la chimenea en la Sala Común.
Vi a Harry bajar de su habitación, muy nervioso.
-¿A dónde vas?
-Con Dumbledore. Ya te avisaré.
Y se fue, otra vez. Me dijo lo mismo con lo de Draco. Suponí que seria algo muy importante, ya que iba a ver a Dumbledore, y parecía muy concentrado en algo.
Nunca podría imaginar lo que pasaría aquella noche.
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Enemigos
FanfictionLea, una Gryffindor, va a pasar por cosas increíbles que ni ella imaginaría: enamorarse del chico al que odia, batallas inimaginables y más.