-¿Que he gritado? Es normal, he tenido una pesadilla...
-Pues ha debido de ser horrible
-Oye, ¿Estás bien?- le pregunté a Malfoy
-Sí, me duele un poco la espalda pero no es nada grave.
-Pero... ¿no te habías ido?
-Sí, pero la enfermera me pilló...
No podi evitar reirme. Malfoy no pensaba las cosas antes de hacerlas.
Miré a la ventana, era de noche, no se veía nada del exterior.
Malfoy seguía mirándome, ¿qué le pasaba?
-¿Puedes parar de mirarme, Malfoy?- le dije ya harta
-Perdón.
Se metió en su cama y me dio la espalda. No entendía a este chico.
Cerré los ojos. No podía dormir. Tenía mucho frío y hambre.
Me levanté para ver si había más mantas, pero no las encontré.
-¿Qué haces?- dijo Malfoy en la oscuridad
-Nada
-Pues no hagas tanto ruido, estoy intentando dormir, ¿sabes?- dijo en un tono asqueroso
-Oye, no te entiendo. A veces me odias a muerte y otras veces no. ¿Se puede saber qué te pasa?
No me respondió. Me metí en la cama otra vez y por fin logré dormir.
A la mañana siguiente, empezamos el día con clase de pociones.
Como siempre, Snape nos puso los ingredientes en la pizarra y todos empezamos a hacer la poción.
La poción tenía que tener un color rojo, y el mío tenía uno morado. No entendía por qué era tan mala en esta asignatura.
-Todos, traed vuestras pociones en un frasco, como siempre.- dijo Snape
Los últimos en dejarlos fuimos Malfoy y yo. Miró nuestras pociones y esbozó una sonrisa.
-Ya veo... Señor Malfoy y Señorita Smith, castigados.
-¿Qué?- dijimos al mismo tiempo.
Cuando salimos de clase, estaba demasiado cabreada como para hablar con alguien. Y todavía quedaban muchas clases.
Tenía que ir al despacho de Snape a las ocho, a saber qué teníamos que hacer.
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Enemigos
FanfictionLea, una Gryffindor, va a pasar por cosas increíbles que ni ella imaginaría: enamorarse del chico al que odia, batallas inimaginables y más.