Capítulo 18

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[La historia ya tiene más de 2000 visitas MUCHAS GRACIAS, OS QUIEROOROROROOR <3 Y como tengo vacaciones, intentaré escribir más ^^ ]

|Narra Draco|

Cuando salí del gran comedor, rumbo a la Sala De Los Menestres, tenía una extraña sensación de que alguien me estaba siguiendo, pero no había nadie en los pasillos. Aún así, estaba muy nervioso, así que decidí ir al baño.

Entré, y, como siempre, no había nadie. Normal, el suelo siempre estaba lleno de agua y aquellos baños eran un poco siniestros, además, Myrtle solía andar por allí, pero no aquella vez.

Me refresqué la cara con agua, me miré en el espejo. Mis ojos estaban rodeadas de oscuras ojeras, no había dormido casi nada durante toda la semana, y todo para ayudar al Señor Tenebroso. Sí, lo iba a hacer, ya tenía todo planeado, pero no quería hacerlo. Ni siquiera se lo había contado a Lea, no le conté que iba a dejar entrar a muchos mortífagos a la escuela. No quería que supiera nada, absolutamente nada. No quería que estubiese en peligro, ¿por qué la quería tanto?

Me fijé que había alguien detrás, y efectivamente, me encontré a Potter. 

-¡Expelliarmus!- gritamos los dos a la vez, pero los esquibamos.

Empecé a lanzarle un montón de hechizos, ni siquiera sabía por qué, pero Harry me odiaba, así que estaba claro que se defendería.

-¡Sectumsempra!- gritó él.

Noté sangre por todo mi cuerpo, miré mis manos y estaban cuviertas de sangre, empecé a desmayarme, cada vez estaba peor, y lo último que ví fue a Snape.

|Narra Lea|

Hermione me contó que Harry había ido al despacho de Dumbledore para hablar, y que no me preocupara.

-Pero, ¿qué le ha pasado a Draco?- pregunté.

-Por lo visto, Harry y él han tenido una pelea, y Draco ha salido herido- dijo con un tono tranquilo para que me relajara, pero no funcionó.

-¿Qué? ¿Cómo es posible? Me voy a la enfermería.- me levanté para salir a ver a Draco, pero Hermione me lo impidio.

-¡No! Si te pillan, te castigaran, Lea, ya sabes que...

-¡Tengo que ir!

La ignoré completamente y baje las escaleras lo más rápido que pude, no andaba ningún profesor patrullando, así que entré en la enfermería.

Y allí estaba él. Estaba en la última camilla, la que estaba al lado de la ventana, la luna le iluminaba su piel, estaba más pálido de lo normal. Tenía su camisa blanca manchada de sangre, al igual que la corbata verde de Slytherin, que ahora parecía la de Gryffindor. Cogí una silla y me senté a su lado, con mis manos en la camilla, mirándole.

No se movía, simplemente respiraba, no quería que despertase así que cogí su mano muy lentamente, la apoyé y cerre los ojos. Me sentía tan segura, que ni me di cuenta que me dormí en cuestión de segundos.

|Narra Draco|

Abrí lentamente los ojos, aunque todavía era de noche, parecia que ya estaba bastante despierto. Alguien estaba sujetando mi mano muy suavenmente y con mucha ternura, giré la cabeza y me encontré a Lea con la cabeza en la camilla, durmiendo sujetando mi mano. Aunque estuviese durmiendo, me la sujetaba con fuerza, como si no quisiera que me vayase.

No debería de estar con ella, si seguía así correría peligro, pero quería estar con ella todo el tiempo, la necesitaba como necesitamos el agua. Le acaricié el pelo muy suavemente, y abrió los ojos.

Al verme despierto, levantó rápidamente su cabeza y me miro muy preocupada.

-¿Estás bien?- me dijo

-Sí, tranquila, creo que ya me han curado del todo.

-¿Seguro?- arqueó una ceja.

-Seguro- al oir mi respuesta, sonrió aliviada, me encantaba esa sonrisa...

-Es verdad que Harry te...- empezó

-Eso da igual ahora. Lea, tienes que olvidarme, no podemos seguir siendo... Ya sabes, lo que somos. Sabes que soy uno de ellos y no quiero que corras peligro por mí, tenienes que olvidarme- le dije.

-¿Estás loco? Me da igual que corra peligro, y lo sabes, sabes que correré peligro aunque no esté contigo, porque voy a ayudar a Harry.

-El Señor Tenebroso se ha enterado de que estoy distraido por una persona, y pronto descubrirá que eres tú, y tengo que imperdirlo.

Me levante de la camilla, y Lea se levantó de su silla. Parecía muy confusa. Saqué mi varita y apunté a sus verdes ojos.

-Obli...- no pude hacerlo, ví como se le salían lágrimas de sus ojos, me dolía algo, pero no porque estaba enfermo, sino que estaba muy nervioso y triste.

-Hazlo, si es lo que quieres- dijo Lea. No podía ni hablar por lo mal que me sentía.

Bajé mi varita, no podía hacerlo, ¿es que me había vuelto loco? ¿Qué iba a arreglar usar Obliviate? Los dos nos acercamos automáticamente, era como si estuviesemos hechos el uno para el otro. La abracé, y ella apoyó su cabeza sobre mi hombro.

-Sabía que no lo harías- dijo añadiendo una sonrisa.

Los dos nos miramos, y yo le quité las lágrimas de la cara. 

Lea hacía que lo olvidase todo, cuando estabamos juntos me hacía entrar en un nuevo mundo donde solo existíamos los dos.

|Narra Lea|

Draco empezó a besarme, yo le seguí el juego, y me dejó algunas marcas en el cuello. Me puso contra la pared y empezó a besarme cada vez más rápido, empezó a subirme la falda, pero se paró.

-¿Qué pasa?- pregunté.

-Viene alguien- dijo él intentando escuchar bien los pasos.

Pues aquella persona venía en el momento perfecto para interrumpir. No, en realidad no.

Draco se metió en la camilla y me hizo señas para que me escondiera entre las sábanas, según él no se notaba que estaba allí.

Oí el ruido de la puerta, sin duda era Snape, lo adiviné por el sonido de sus zapatos. Sí, me fijaba en eso, no es tan raro...

-¿Malfoy? ¿Estás despierto?- susurró.

Por lo visto, Draco se hacia el dormido, menos mal, estaba pasando mucho calor en esa maldita camilla.

Snape salió de la enfermería, los dos nos quedamos apróximadamente cinco segundos sin decir nada, para asegurarnos de que Snape se había ido y no iba a volver. Saqué mi cabeza de entre las sábanas y respiré profundamente.

-¡Cómo quemas!- dijo Draco riéndose.

-No pienses mal- le golpeé en el brazo.

-¡Ay! ¡Lea! Que estoy enfermo...- mintió.

-Mentiroso...- le besé en la nariz y me levanté.- debería volver a dormir.

-¿No quieres dormir conmigo?- subió las cejas.

-¿Qué se supone que va a pensar la enfermera cuando nos vea por la mañana?- dije riendo.

-Bueno, vale... Buenas noches.- me lanzó un beso con su mano y reí.

Salí de la enfermería, y cuando iba a decirle la contraseña a la Señora Gorda, me encontré con Harry.

-¿Dónde has estado?- me preguntó.

-Lo mismo digo...- no quería que Harry supiera donde había estado.

Se frotó la cicatriz y subió a su habitación, por lo visto estaba muy cansado. Y no era nada raro, se estaba preparando para enfrentarse a Voldemort...

El sol brillaba, pero se acercaba una tormenta, la cual nunca olvidaría.

[El significado ya lo averiguareis]

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