Ocho

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Cuando no tienes un sentido de la realidad, te sientes aterrado. Es como caminar sin tener una orientación, sintiéndote de cabeza y al mismo tiempo, derecho. Cuando no tienes sentido de la realidad, te aferras a algo, y ese algo es lo que tratamos como locura.

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-Comencemos por ahí ¿si gustas?

-Creo que lo vi cuando... no... no, lo vi antes... -sus pies descalzos se movían impacientes mientras remembraba esos sucesos que había estado evitando por miedo. Ahora se sentía valiente, confiaba tanto en ese sujeto que supo ver al mismo demonio que le atormentaba.

-Trata de hacer las cosas simples, no le busques lógica a los acontecimientos, solo dime... la imagen. –le explicó Kakashi con suma tranquilidad mientras leía un libro. A algunas personas les molestaría, pensarían que estaba ignorándoles, sin embargo, Sasuke era lo suficientemente inteligente (y entregado) para entender que era una manera de no hacerlos sentir observados ni analizados. Con Kakashi, Sasuke dejaba de ser un enfermo mental.

-... Deidara le besó. –dijo con voz trémula mientras agachaba la cabeza. –Y ahí lo vi... creo que ahí nació.

-Puede ser. –asintió y se acomodó en la silla, Sasuke miraba por la ventana, le habían prestado un consultorio. Era cierto lo que decía el sacerdote, no tenía ningún derecho por sobre otros adolescentes igual o peor de dolientes que él, y sin embargo... ahí estaban, buscando la manera de ayudarle. –Dime... ¿el beso te dolió?

-¡¿Cómo no va a dolerme?! –explotó poniéndose de pie pero el psicólogo ya estaba informado del TEI.

-¿Cómo es que no va a dolerte? –le repitió sin haberse movido ni un poco. –Dímelo. –Sasuke respiró hondo tres veces y se sentó de nuevo.

-Él era... Deidara era... -sus puños temblaban. –era especial.

-¿Ah, sí? –cambió la página del libro. -¿Cómo era él? ¿Atractivo?

-... Algo... -miró abochornado hacia la ventana. -¡No crea que lo amaba! Solo... me molestan las traiciones.

-¿Traiciones? ¿Te traicionó?

-¡Por eso apareció el monstruo! ¡Es rencor puro! Es... es rencor y odio que empezó a extenderse cuando consumió a Deidara ¿comprende?

-Pero antes de eso... -le detuvo su maraña de pensamientos. –Dime ¿quién es Deidara? Dímelo. No me digas "el novio de mi hermano", dime quién era. Dime quién era TU Deidara.

Sasuke tenía la boca cerrada, los ojos le buscaron pero el psicólogo estaba muy metido en su lectura o en su técnica. Tragó saliva dos veces mientras lo veía en su mente, suspirar significaba revivirlo, así que soportaba ese aliento que invadía su pecho y lo sacaba cuando era demasiado pero en medio de gruñidos de molestia.

¿Quién era Deidara?

-Oh, Sasuke... Sasuke, ven aquí.

-Ya te dije que no quiero visitas, me gusta estar solo. –el muchacho de doce años apenas salía de entre un fuerte construido por sillas y libros de la biblioteca de su casa.

-Vamos, es divertido hacer amigos. Es arte puro.

-Se supone que eres amigo de mi hermano, no mío. –gateó un poco más y se sentó a su lado, en la alfombra, estaba viéndole mientras Deidara mensajeaba por su teléfono. -¿Qué quieres? Estoy sumamente ocupado.

Desde el cielo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora