20 de julio
(Narración.)—¡Entonces Youngjae dijo: Yo soy un lindo solsito, les voy a iluminar todas las mañanas! —Le conté a Jackson y este soltó una carcajada
—Ese chico, Youngjae; me parece tierno. —Comentó
Moví mis cejas de arriba para abajo y las mejillas del chino se volvieron rosadas.
—¡No me mires así! No te lo tomes como otra cosa ¿Sí?—desvió la mirada—. Sólo dije lo que pensaba de él.
—Pues, tus mejillas me dicen lo contrario. —reí
¿Como sería ver a un Youngjae y a un Jackson juntos?
—¡Basta! ¡Deja de molestar! —Gritó mi amigo
Y me reí más, ver a Wang con sus mejillas rojas y enojado era gracioso.
—Tengo una idea. ¿Vamos donde la señora Esther? —Preguntó con una leve sonrisa
“—¿Y usted porqué está tan solo y triste? —Dijo acercándose una señora de alrededor de cincuenta años. Sus ojos de miel y cabello negro con muchas canas me hacia deducir esa edad.
Yo seguí llorando y miré mis manos, manchadas de barro y un poco raspadas, al igual que mis rodillas; que estaban sangrando más de lo normal.
Me había caído mientras jugaba con mis amigos, pero en vez que recibir ayuda, recibí muchas burlas.—Vamos, vamos. Lévantate.—dijo tomando uno de mis delgados brazos.
Me sonrió confiada. Me sorbí los mocos y me levanté con su ayuda, me llevó a su casa para limpiarme y cambiarme de ropa. Ella cuidaba a su nieto, quién tenía la misma edad que yo, osea, siete años.
—Soy Esther. Tu debes ser el hijo de la Doña Bhu ¿Verdad? —Yo asentí mientras comía galletas—. Hablo pocas veces con ella, la veo cuando me viene a comprar.
Esther vendía frutas y cestos de mimbre. Así que mamá venía casi siempre, yo me comía toda la fruta en poco tiempo.
—¡Thai! ¡Thaaaaai! ¿Donde andas? Si estás muerto, ¡Escóndete que no quiero ir a la cárcel! —Gritaba Jackson en las calles.
—¡Es mi amigo! —Salté de la silla y me importó un comino el dolor y ardor de ambas rodillas. Corrí fuera de casa para avisarle a Jackson que estaba más que vivo.”
Sonreí al recordar eso. Ahora nos dirigimos a la choza de la señora Esther. Que para mí no la había visto durante unas semanas. Mientras que Jackson no la había visto durante todo estos años.
Al llegar todo seguía igual, estaban en venta las variedades de frutas y aquellas cestas de mimbre.
Jackson tomó una manzana y la mordió.—¡Oiga señora bruja! —Dio unos golpes a las mesas.
Esther se encontraba durmiendo en esa silla de abeto. ¿Cuanto debe tener? me pregunté. ¿Unos sesenta y pico? Cuánto tiempo ha pasado.
—No despierta. Quizá se murió. —Jackson se río al decir eso y yo le di un golpe
—No juegues con ese tema, Jackson. —fruncí el ceño
El chino se acercó a la señora mientras seguía comiendo su manzana. Hay personas que nunca cambian.
—¡Esther! ¡Se incendia la casa! ¡Aaaaaaah! —Gritóneo y la mayor abrió un ojo para luego abrir el otro.
—¡La señora bruja despertó!—Celebró Jackson—. Señora, le juro que pensé que se había muerto.
Rodé los ojos.
Y yo juro que estoy a punto de tirarle una naranja.
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Querido Yugyeom ✿ YugBam.©
Acak¿Qué pasa sí no puedo olvidarte? ¿Qué pasa sí no puedo superar esto? El dolor me está invadiendo, Yugyeom. atentamente; Bambam. Dreamiri, 2017 [ACTUALIZACIONES MUY LENTAS.]