L L U V I A

14 2 0
                                    



Verla allí...

Me hacía sentir raro.

Un sentimiento familiar y extraño.

Recostada en los tubos de la terraza, me recuerda a todas las mañanas del instituto. Al ver el cielo gris de una forma inesperada. Su ahora cabello largo, en mis oídos el sonido del piano...

Recuerdo...

Recuerdo estar viendo fijamente su rostro. Estar viendo su sonrisa. Un pequeño bote de Comida china, sonrojándose y riéndose. Algo que, ya casi no hace.

Suavemente los recuerdos se apoderan de mi.

Claro, Por supuesto que la extrañe. Pero...Pero creo que el apegarme a esos sentimientos me mantiene siendo un niño todavía. —Aún sigo aferrado a ello.—Todas las noches la llamaba, supe perfectamente que Minna estaba más que dolida... a través del teléfono que estaba sujetando con mucha fuerza. Pero, yo que podía hacer al respecto.

El primer día que llamo, no pude ofrecerle ninguna palabra de amabilidad. Aunque a ella le acosaba una tristeza aún más grande que la mía. Es algo por lo que me avergüenzo mucho.

Llegue aquel parque...

La mire y me sonrió mientras miraba algún lugar en la distancia. Sentí como si mi alma aún era pequeña, como si el universo estuviera frente a mi.

Su sonrisa.

Era hermosa.

Peculiarmente corrió como solo ella lo hace.

A unos cuantos muchos centímetros de mi, sonrío cálidamente. La lluvia comenzó a bajar, como si nos hubiera extrañado en este lugar. Al sentir aquel, volvimos a sonreí, esta vez corrió hacia mis brazos entrelazando sus piernas en mi cintura. Sentí ese familiar calor.

Ya no era más olor a naftalina impregnado en uno de esos trajes; ahora era el olor a vainilla con fresa en su suéter gris.

Inhale como si fuera la ultima vez. Y un tiempo después , nuestros ojos chocaron.

Me perdí en su mirada. Su mirar profundo. Que penetra hasta mi alma, dejando esa chispa de vida y calma.

El color de sus grandes ojos era "peculiarmente" hermoso, me encantaba verlos.

No eran ni azules ni verdes; Eran color miel, tan dulce pero no empalagoso. Tan dulce, que quita el sueño. En su contra... Un pequeño y a la vez grande punto de oscuridad se asoma a sus iris. Ya no eran los mismos. A simple vista notas que están del todo normal.

Pero cuando los haz visto millones de veces. "Miles y millones de veces" Creo, que aprendes a comprenderlos y saber que es lo que sienten. Lo que les gusta y lo que no.

...

Ella... no era la misma.

Su piel era aún más pálidas que siempre. Esta más delgada, y su cabello no tiene mucho brillo.

Regresando el tiempo, y recordar en el parque. Aquel... mi primer beso.

Su vida como pianista ocupaba todo su horario apartándome cada vez más de ella, pero... me aferré.

Las nubes blancas después de la lluvia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora