Toda historia tiene otra versión, matices que se te escapan, un ángulo muerto que no ves por mucho que te gires o muevas el retrovisor. Toda cinta tiene su cara B. Y ésta es la mía.
Salí de Gran Hermano intentando readaptarme a la vida real, cosa que no se me hizo nada fácil. Esos tres meses me habían dejado desquiciada, aunque yo no lo veía en su momento. Si bien viendo mi trayectoria en el concurso creo que maduré bastante en ciertos aspectos, en otros me quedé estancada o incluso volví hacia atrás al salir de la casa. Pero claro, todo esto sólo puedo reflexionarlo ahora que ha pasado el tiempo y que lo veo todo desde otra perspectiva; entonces, en cambio, huía de mis propios pensamientos, no llamaba a las cosas por su nombre, me escondía de lo que más añoraba y lo que más temía: sentirme querida. Y supongo que pareceré una idiota por todo ello y que probablemente lo haya sido, pero es muy difícil explicar el estado en el que me encontraba por aquel entonces.
Era famosa porque había participado en un par de realities en los que lo único que hacía era ir de fiesta, pasármelo bien y dar espectáculo. Y me encantaba, no me malinterpretéis, pero yo era mucho más que eso, todos lo somos. El caso es que entré a Gran Hermano sin ser del todo consciente de que esa experiencia era muy diferente a las anteriores. Era muy complicado esconderse cuando podían verte 24 horas y aquello podía jugar a tu favor o en tu contra; yo me balancee entre ambas. Por un lado mucha gente vio que era más que una niña mimada, que atacaba pero solo cuando se me provocaba y que pese a que me perdían las formas mis valores eran más puros que los de gente que me doblaba la edad. Por otro lado estaba sobreexpuesta, empezaron a leerme mejor de lo que yo misma a veces lo hacía y sacaban a la luz cosas que yo reflejaba pero para las que todavía no estaba preparada. El final de esa etapa y el post concurso me vinieron grande, lo reconozco ahora.
Todo lo que me había pasado con Daniela me vino grande. Había besado a chicos y chicas en televisión y había tenido relaciones serias en la vida real, pero lo cierto es que nunca había conectado de esa forma con nadie. Y eso que no teníamos nada... Esa forma en la que nuestros cuerpos respondían sin hablar y en la que las señales conspiraban a nuestro favor pero las circunstancias en nuestra contra traspasó las pantallas. Todo el mundo lo veía, mi familia, los fans, hasta ella una vez fuera. Todos menos yo ¿Cómo pude estar tan ciega? Pues no lo sé, ni siquiera sé si lo estaba realmente o es que no quería verlo.
Sí fui consciente de algunas cosas mientras convivíamos encerradas: tenerla cerca hacía que temblaran mis decisiones; verla mal me hacía polvo, sobre todo cuento era yo la culpable; sentí celos que no sabía de dónde venían; la sombra de quién era yo y de pasadas decepciones pesaba más que quién me demostraba ser ella; aunque a veces no la entendiera siempre quería escucharla hablar y verla bailar me cortaba la respiración. Pero lo que pasó esos tres meses fue mucho más allá de eso y solo con el paso del tiempo conseguí ir encajando las piezas de mi propio puzzle. A veces, para alejarme, ni siquiera me permitía llamarla Alexandra en mi cabeza, mucho menos que saliese de mis labios. Como ella bien decía lo del nombre artístico servía como filtro, hay quien se quedaba con Daniela y quien iba más allá; yo quería poner todos los filtros, obstáculos y barreras posibles. Repito, es muy difícil explicar lo que me pasaba y aún más difícil de entender si nunca habéis sentido un miedo tan tan intenso que os paralizaba. Supongo que tengo que darle la razón en que era muy niña y no estaba preparada.
Necesitaba tiempo sí, pero también es cierto que esperaba que se pusiese en contacto conmigo cuando salimos de GH. Era injusto por mi parte quizás porque había sido yo la que había soltado por la boca cosas que lamentaba, pero al mismo tiempo yo me aferraba a sus palabras cuando nos despedimos en mi breve reingreso en la casa: "Ya lo hablaremos todo fuera, ¿vale?" Si no me había hablado quizás había cambiado de opinión sobre mí al verlo todo, quizás era un bonito recuerdo pero no quería tenerme en su vida o quizás yo tenía razón y todo había sido parte de un show. El caso es que yo me agarré a aquello con uñas y dientes y aunque confieso que a veces me tentaba la idea de ser yo la que diera el paso con tal de volver a sentirla, nunca me atreví a hacerlo.
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Incendios de nieve (Blumettra)
Fanfikce"Me llenaba la cabeza de ideas y los ojos de poesía, su risa lo inundaba todo. Su risa... Joder, ¿cómo pude dejar que escapara? ¿Volveremos a encontrarnos?" Una vez pasado el concurso y el tiempo, Alexandra se sienta a reflexionar y escribir sobre l...