Adicto a tus besos [Jungkook y tú] (EN PAUSA)

Capítulo 12

NARRA JUNGKOOK

Nos encontrábamos en mi habitación, y ____ se había pasado media hora jugando con Justin.

No había absolutamente nadie en la casa. Mi madre había salido con Haru, probablemente estarían de compras.

Jungkook: Vale, admito que ahora sí que me estoy poniendo celoso.- Me reí.

____: Que pena que me de igual.- Sonrió y siguió prestándole atención al perro.

Jungkook: Eres un encanto de niña.- Bromeé.

_____: Gracias cielo.- Respondió en el mismo tono que yo había usado.

Jungkook: Cielo... Me gusta como suena.- Sonreí.- A partir de ahora llámame así.

____: Ni en sueños.

Jungkook: Oh vamos, se que a ti también te gusta.- Me acerqué a ella y me senté al lado.

____: Te equivocas.- Se rió.- Pero si te hace ilusión, te llamaré así ¿Contento?

Jungkook: Mucho.- Hice una extraña mueca que le hizo reír.

_____: A veces llegas a ser más pesado que yo.

Jungkook: Wow, no exageres.

_____: Eres idiota.- Me pegó en el pecho suavemente.

Jungkook: Me parezco a ti.- Le eché la lengua y luego sonreí.

____: Como digas.- Se hizo la indignada.

Jungkook: ¿Te puedo confesar algo?- Posé mi mano sobre la suya, la cual estaba acariciando a Justin, pero se detuvo al sentir mi contacto.

____: ¿El qué?- Me miró a los ojos.

Jungkook: No he parado de pensar en lo de la otra vez, ya sabes, el beso.- Estaba siendo sincero.- No se por qué, pero quiero volver a repetirlo.- Me acerqué más y ella retiró por completo la mano del pelaje de Justin haciendo que éste se bajara de la cama y saliera por la puerta.

_____: Jungkook...- No la dejé terminar de hablar.

Jungkook: No hace falta que digas nada.- Sonreí y acorté el poco espacio que había entre nosotros.

Durante los primeros segundos sus labios estaban estáticos, como si se negaran -Otra vez- A corresponder aquel beso, pero de repente comenzó a moverlos de una manera lenta.

Puse la mano en su mejilla, apegándola más a mí y aumentando la intensidad del beso.

Nos os hacéis una idea de lo bien que sabían sus labios. Al unirlos, una explosión de sensaciones estallaron en mi boca.

Eran suaves y tiernos. Abrí un poco más mi boca para después introducir mi lengua su cavidad bucal, sin siquiera pedir permiso.

Nuestras lenguas jugueteaban en un ritual de fuego, parecía que ambos competíamos por ser más profundos y placenteros.

Notaba como mi respiración se aceleraba cada vez más.
Sin despegar nuestros labios y sin abrir los ojos, ____ se sentó sobre mis piernas, colocando las suyas a cada lado de mis costados. Mientras que yo posé mis dos manos en sus glúteos.

Al notar como sus dientes dejaron intencionadamente una pequeña mordida en mi labio inferior, solté un pequeño gemido.

Me fui recostando lentamente en la cama sin dejar de besarla en ningún instante.

Mis manos subieron de sus glúteos hasta sus caderas, pegando su cuerpo contra el mío. En un rápido movimiento los papeles cambiaron.

Ahora era yo quien estaba al mando de la situación. Mis labios se desviaron dejando un rastro de besos sobre su cuello y alguna que otra lamida.