Capitulo 4

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  Me levante con un dolor de cabeza que no aguantaba, entre al baño, y escuche la regadera abierta, abrí la puerta de la ducha y vi a una mujer desnuda.

—¿Quién demonios eres? – le pregunte y ella me sonrió

—Soy Sarah, ¿no lo recuerdas?—dijo con un acento francés, me negué y ella me miró confundida – nos conocimos anoche en el bar y me invitaste unos tragos y luego me trajiste aquí, pasamos una gran noche – dijo rozando con su dedo mi pecho.

—¿Tuvimos sexo? – ella asintió y trato de besarme, pero la esquivé.

—Sí, cariño, pero veo que no lo recuerdas, aunque lo disfrutaste tanto como yo – salió de la ducha y de inmediato le di una toalla para que se tapara.

—oye, no recuerdo nada, así que me temo que tendrás que irte – le dije y ella arqueó una ceja.

—Ya lo sé amor, no tienes que ser un estúpido Americano – salió del baño y camino hacia el cuarto donde tomo su vestido y zapatos del suelo.

Era una peli roja de ojos café y pecas en las mejillas con un cuerpo muy definido y hermoso, pero aunque trataba recodar ¿Cómo termine con ella en mi cuarto? El dolor de cabeza era insoportable, espere que ella se fuera para bañarme y poder ir a desayunar, baje por el ascensor y fui directo hasta el restaurant que estaba en plata bajan, entre y me senté ordene unos huevos fritos con tocino y pan, a y mi juego de naranja bien cagado y fuerte cuando vi entrar a Alanna seguido de algunos de sus compañeros se sentó sola mientras que los demás estaban en grupo, era claro que no la trataban a ella como una compañera o amiga, me levante y camine hasta donde ella estaba.

—No eres muy sociable, ¿o sí? – ella sonrió, apenas me vio.

—No soy de muchos amigos, ¿Qué hace aquí, señor Chris?

Bueno, me hospedo aquí casualmente – ella arqueó una ceja y me sonrió.

—Con que “casualmente” – dijo

—Bueno, me puede acompañar en mi desayuno – me dijo señalando una silla, me senté frente a ella para tener un poco más de visión hacia ella.

—¿Y tu vuelo de 30 minutos? – le pregunté mientras la camarera tomaba su orden.

—Fue suspendido debido a que hay una tormenta de nieve – tome mi jugo para aliviar mi resaca.

—¿Entonces estás libre? – Ella asintió – bueno podríamos ir a conocer juntos las maravillas de esta ciudad, luego de que termine mi jefe algunas cosas – ella sonrió y asintió.

—Me encantaría aparte de que, no tengo ningún conocido o amigo aquí – esa chica era muy hermosa había algo en ella que me encantaba, no sabía si era su sonrisa, sus ojos, su forma de hablar o eso que hacía con el cabello cada vez que estaba leyendo algo, ella tomaba un mechon de cabello y lo rizaba con su dedo, o tal vez era todo lo que me hacía querer saber más y más de ella.

Disfrutamos de nuestro desayuno, y no pude evitar notar que algunos de sus compañeros de trabajo nos estaban mirando y comentaban algo entre sí.

—¿Cuánto tiempo tienes en la aerolínea Jackson? – le pregunté y ella tomó un sorbo de su café y me miro.

—Unos tres meses.

Mr. ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora