Apenas aterricé en el aeropuerto de Canadá, pensé en llamar a Alanna, pero no lo hice, no quería parecer desesperado, así que tenía que darle un tiempo.
- Joven, ¿por qué no termina de marcar el número y llamarla? - me preguntó John cuando nos bajamos de mi avión privado.
- Eh... no porque seguro ella está volando - le dije y guardé mi teléfono en mi bolsillo, me coloqué mis lentes de sol y caminé fuera del aeropuerto.
Miré para todos lados, con la esperanza de encontrármela, pero no fue así, no la vi. Entré en el auto, mientras John tomaba su puesto como mi chofer.
- Joven, ¿le gusta mucho la chica? - Lo miré, mirándome por el espejo del carro y asentí.
-Más de lo que alguna vez pude sentir por alguien - él sonrió - oye John, no me llames más joven Chris, pasamos todo el día juntos, es mejor que me llames Chris, yo a usted lo considero mi amigo - le dije y él asintió.
-Bien, Jo... - Hizo silencio y se corrigió - Chris - sonreímos.
Llegué a mí Pent-house y como siempre estaba limpio, olía a ese detergente para pisos que usaba Mary, ese que me recordaba tanto de mi nana René.
-joven Chris qué bueno que ya está en su casa - dijo Mary y me recibió con un fuerte abrazo.
-Me alegra mucho verte, Mary, ¿me extrañaste?
- Claro que sí, joven Chris, a demás le acabo de hacer el pollo al horno que tanto le gusta - me dijo mientras me ayudaba con las maletas.
Mi nana René y mi chofer Noé, eran como unos padres para mí y mis hermanas, ellos nos enseñaron muchas cosas, sobre todo a respetar y apreciar tanto a las personas de menor estatus económico, ellos decían que esas personas no podían tener todo el dinero del mundo, pero sí tenían mucha humildad y un gran corazón para amar a todos. Mis padres humildes, bueno, así lo llamaba siempre, ellos tenían mucha razón, y creo que por eso es que yo estaba jugando a hacer pobre, porque los pobres tienden a vivir mejor que los ricos y a sentir mejor...
-Oye, Mary, esto se ve y huele de un divino - le dije mientras ella lo sacaba del horno.
-Sabía que le iba a gustar - dijo ella. Me senté en uno de los bancos del mesón mientras ella picaba un trozo de pollo para John y para mí.
En la tarde llamé a mi papá y a Víctor para informarles que había llegado de viaje y para que me pusieran al corriente de las cosas, luego no pude evitar y llamé a Alanna, es que sentía que el teléfono me llamaba y me decía que la llamara, necesitaba escuchar su voz aunque sea por un segundo.
-Hola, Chris. ¿Cómo estás? - Y ahí estaba su dulce voz que me cortaba la respiración.
-Hola, Alanna, chévere, llegué a mi casa hace como una hora, ¿y tú, qué tal tu vuelo de regreso? - Le pregunté y escuché su suspiro, que me hizo saber que no estuvo para nada bueno. -¿Qué fue eso? - le pregunté.
-Mejor te digo que bien para no entrar en detalles - me dijo, pero me negué a solo escuchar eso y le pedí que me dijera - ¿Para qué quieres saber? Ni que fueras el dueño de la aerolínea para que eches a mis compañeros - tragué grueso cuando dijo eso, porque si lo era y si podía hacerlo, solo que ella aún eso no lo sabía.
-¿Eso quieres? Digo, ¿que los echen? - le pregunté y ella hizo silencio.
-La verdad no, aunque se lo merecen, pero no porque ellos tienen familia y seguro de eso viven - eso era lo que me gustaba de ella que, aunque se sienta mal por la vida que le estaban dando sus compañeros, ella era una guerrera y eso era lo que me gustaba aún más de ella.
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Mr. Zero
RomanceEsta es la historia de Chris Jackson un importante Empresario dueño de una de las mejores aerolínea llamada Air Jackson el negocio familiar, que ahora es turno de que el tome las riendas, Chris es un soltero que tiene una familia algo complicada y u...