Alec Ligthwood, es un excelente estudiante universitario, pero repentinamente sus notas en historia empiezan a bajar.
Magnus Bane, es un profesor que sustituye a otro, en la universidad donde va Alec, y también da clases particulares en su loft.
J...
El guapo camarero de ojos color miel, llegó y nos dejó la carta, mientras nosotros apurábamos las copas que habíamos pedido en la barra. Una vez elegimos cada uno lo que queríamos para cenar nos tomó nota y nos pusimos animadamente a charlar.
__Me alegro de que todos hayáis aprobado eso demuestra lo buen profesor que soy -dije henchido de orgullo a todos, mientras tomaba un sorbo de mi copa de vino-
Mientras conversábamos, llego el camarero con nuestros pedidos. Jonathan pidió un solomillo de cerdo con salsa de frutos rojas, Alec entrecot de ternera con salsa de setas al de vino tinto. Las chicas unas brochetas de salmón con gambas para Emma, Cristina chuletas de cordero con ajos tiernos, y cebolla caramelizada y yo lenguado a la naranja. Todo esto acompañado de vino tinto para las carnes y un vino blanco bien frío para los que pedimos pescado.
La cena transcurrió animadamente, mientras las botellas de vino iban cayendo una tras o, otra y nuestra charla se hacía cada vez más alegre y divertida, ya que estábamos todos ya un poco bajo los efluvios del alcohol.
__Luego podríamos ir todos a la discoteca donde tú antes trabajabas, ¿no Alec? Esta noche me apetece bailar.
...... y besarte y delinear todos tus músculos con mi lengua, especialmente ese que tienes entre las piernas, y que me gustaba tanto, y follarte como si no hubiera un mañana, y retroceder el calendario para volver a estar otra vez contigo Alec. Mi rollito de primavera se estaba poniendo ya un poco juguetón, a causa de mis pensamientos. Noté como los pantalones empezaban a apretar demasiado por la zona de mi bragueta.... deteneos pensamientos morbosos, si seguís así mi bragueta puede explotar en cualquier momento.
__Lo siento Magnus, pero yo ya he quedado con mi novio Jules.
__Y yo con mis amigas -respondió Cristina-
__¡Oh qué lástima chicas! -las miré apenado- con lo bien que lo hubiéramos pasado todos juntos. -mi mirada se fue entonces hacia Alec y Jonathan- ¿Pero vosotros dos si venís verdad?
__No sé Magnus..... La verdad es que no me apetece mucho ir de discoteca -dijo Alec- ¿A ti te apetece Jonathan?
__Si no os apetece ir al Pandemónium, podemos ir a algún lugar donde pongan música buena y tomarnos unas copas -les miré a ambos a los ojos, rogando convencerlos y que me dijeran que sí- ¡Venga no seáis aguafiestas! No me he puesto así de divino, para irme ya a casa, además os he invitado a cenar.
__Está bien Magnus, esta noche iremos donde tú quieras -dijeron Alec y Jonathan-
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Mi cama sería un buen sitio, es muy grande cabemos perfectamente los tres. ¿Qué os parece la idea chicos? Nuestros cuerpos, nuestras bocas, un bote de vaselina, unos condones. Noté una sacudida debajo de mis pantalones, y es que no sé si os lo he contado pero cuando estoy alegre y algo borracho, mi cuerpo me pide salsa y no precisamente de barbacoa o de cuatro quesos. ¡Joder! a este paso los voy a reventar, y estos pantalones valen una pasta. Tú, estate quietecita ya, bonita a dormir, le dije mentalmente a mi polla.
