Narra Magnus:
Seguí el consejo de Catarina a medias, dejé de ahogar mis penas en alcohol, ella tenía razón esto no solucionaba nada.
Regresé a la universidad y a mis clases particulares, pero yo ya no era el mismo, me había convertido en otra persona, más seria y huraña. Mis clases ya no eran divertidas, yo había cambiado, parecía una sombra de mi mismo. Adiós al payaso y hola al zombie, hacía las cosas por inercia, sin ganas. Intentaba comer aunque apenas tenía hambre. Las noches seguían siendo lo peor. Me despertaba muchas veces llorando, porque había soñado con él y ya no lo tenía a mi lado. Yo sabía que él también se lo estaba pasando mal, pues se veía más delgado y ojeroso.
Yo quería hablar con él, pero al mismo tiempo mi estúpido orgullo me lo impedía. ¡Joder! ¿Por qué coño tenía que tener de eso? ¿Para qué nos han hecho con orgullo? por su culpa dejamos pasar muchas oportunidades en esta vida para ser felices. No podía dejar de pensar en Alec. ¿Aún me amaría? ¿Me habría olvidado ya? Miles de preguntas sin respuesta se agolpaban en mi cabeza. Sus palabras las tenía grabadas en mi mente cual tatuaje permanente...... "Sí he de reconocer que sí que me gusto". No podía olvidarlas y me torturaban siempre que pensaba en él, o sea, casi a cada hora del día.
Él al principio había tratado de hablar conmigo, intentando que yo lo perdonara, pero yo estaba ofuscado en negarselo. Hasta que un día decidí cambiar de actitud, y hacer caso al consejo de Cata, ella tenia razón, si nunca hablaba con Alec, nunca sabría la respuesta a todas mis preguntas, nunca sabría si él aún me amaba o por el contrario me había olvidado. Habían pasado casi dos meses desde entonces. Era hora de actuar y luchar por recuperarlo.
Pero toda mi valentía y mi decisión de intentarlo, se fueron a la basura ese mismo día.
Las clases ya habían finalizado. Yo salí deprisa intentando alcanzar a Alec, este desde que yo me negué en redondo a hablar con él, ahora era de los primeros en abandonar las clases, como si le quemara el asiento en el culo. A mí si que me quemaba desde que él ya no visitaba el mío. Estaba nervioso, y a la vez esperanzado de que Alec me diera otra oportunidad, y me dejara volver a entrar en su vida de nuevo. Pero todo eso cambió cuando vi que Jonathan lo estaba esperando con la moto que le habían regalado sus padres hacía más o menos un mes. El rubio sonrió cuando vio como Alec se acercaba hasta él le tendió el casco y Alec se lo puso, montando a continuación en la moto, mientras Jonathan daba un fuerte acelerón, y se perdían los dos en el asfalto gris...... Gris como la cara que a mí se me quedo, al verlos alejarse los dos juntos.
¿Pero qué demonios había sido eso? ¿Es qué estaban juntos? ¿tan pronto? ¿Me había olvidado ya Alec reemplazandome por el macarra del rubio?
Desde el día en que dejé a Alec, no lo había vuelto a mencionar delante de Jonathan, excepto el día en que este me preguntó abiertamente si Alec estaba enfermo, y acabamos enfadados y discutiendo Jonathan y yo. Estuve tentado de preguntarle muchas veces por Alec, pero otra vez el maldito orgullo, arruinaba mi vida. Yo sabía que a Jonathan le gustaba Alec, el propio Alec me lo había dicho y Jonathan también, es más, el rubio me dijo que iba a hacer todo lo posible, para enamorarlo. ¿Lo había conseguido? ¿Había logrado enamorar a Alec? ¡Mierda! he sido un autentico imbécil ¿Pero qué coño he estado haciendo todo este tiempo? Tengo que averiguar si ellos están juntos, o aún puedo luchar por el amor de Alec. Aunque quizás ya sea demasiado tarde...... pero voy a intentarlo.
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A VECES TRES NO SON MULTITUD.......¿O SÍ?
RandomAlec Ligthwood, es un excelente estudiante universitario, pero repentinamente sus notas en historia empiezan a bajar. Magnus Bane, es un profesor que sustituye a otro, en la universidad donde va Alec, y también da clases particulares en su loft. J...