Capítulo 22 *SINCERO Y SIN MAQUILLAR*

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Narra Jonathan:

Esa noche fue la primera vez que me acosté con Magnus toda la noche entera sin Alec; sin tener a Alec en medio de los dos, y tengo que decir que me gustó. No hubo nada sexual en estar juntos y solos en su cama. Magnus no intentó nada conmigo como me había prometido, ni una insinuación, ni un roce casual, ni un abrazo intencionado. Es más, fui yo el que a mitad noche, lo abracé al oír cómo intentaba no despertarme sollozando y enterrando su cara en la almohada para que yo no oyera su llanto. Me acerqué a su cuerpo y lo envolví entre mis brazos.


__No hace falta que te escondas para llorar, no tengas pudor en hacerlo delante de mí.

__Siento haberte despertado....... no era esa mi intención.


Acuné su cabeza entre mi pecho, notando como la camiseta de pijama que él me había dejado, empezaba a empaparse a causa de sus lágrimas. Mi mano acariciaba sus cabellos, y la otra su espalda en un intento de reconfortarlo.


__Lo siento, siento ser tanto un fastidio para ti. Primero te hago perder el tiempo viniendo aquí para hablar sobre el regalo de Alec, y ahora resulta que no te estoy dejando ni dormir.

__No te preocupes por eso ahora, no es ningún problema para mí. Bueno, no en estos momentos, el resto del tiempo eres el mayor fastidio de toda mi vida, me sacas de mis casillas.


Una cantarina risa salió de la boca de Magnus, la cual por cierto me supo a gloria, después de tantas lágrimas derramadas en las últimas horas.


__Lo sé...... Sé que soy tu peor pesadilla. Pero es que me encanta hacerte rabiar. ¡Te ves tan tierno y adorable!

__¿En serio me ves así? ¿Ya no soy tu pequeño delincuente? -fingí un puchero- Yo creí que tú me veías como un chulo y un delincuente.

__Tú siempre serás mi pequeño delincuente Jonathan -acarició la mejilla con su mano Magnus- Pero yo sé que tú también tienes una máscara puesta al igual que yo. Tú tienes un gran corazón, solo que solo se lo enseñas a unos pocos afortunados. ¿Sabes? Aunque no lo creas, tú y yo nos parecemos bastante. Los dos nos ponemos la careta ante los demás, adoptando el rol que la gente y nosotros mismos nos hemos impuesto. Tú en plan chico rebelde y chulo peligroso, el cual pasa de todo, y yo con una aureola de frivolidad y superficialidad. Todo el mundo cree que yo solo busco diversión y sexo. Y sí, he de reconocer que he estado con muchas personas, pero hay que besar muchos sapos hasta encontrar al príncipe azul. La verdad es que toda mi vida he estado buscando el amor. El amor con mayúsculas. Querer a alguien más que a mi propia vida, y que me quieran a mí de la misma manera. Pero no sé porqué, al final todo el mundo termina por dejarme solo y por abandonarme. Y yo sé que tú con tu actitud de chico problemático, también buscas lo mismo. Yo lo sé, lo percibo, lo veo en tus ojos cuando estás con Alec. La manera en que lo miras, en lo tierno y cariñoso que eres con él, cosa que por otro lado me ha sorprendido bastante.


Magnus levantó la cabeza de mi pecho y me miró dulcemente, mientras me decía esto último, con una pequeña sonrisa surcando su rostro.


__La verdad es que yo también pensé, que tú solo buscabas enrollarte con cuantas más personas mejor. Creí que solo buscabas sexo, hasta que te vi hundido y siempre malhumorado cuando rompiste con Alec. Nunca creí que fueras de esa clase de personas que se enamoran tan fuerte. Entonces entendí que deberías amarlo mucho para estar tan destrozado. Es más, nunca pensé que tú con tantos amigos que tienes pudieras sentirte solo.

A VECES TRES NO SON MULTITUD.......¿O SÍ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora